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Apostar por la austeridad es un suicidio y España es el ejemplo de que Europa no elige el camino correcto


España es el ejemplo de que Europa

no elige el camino correcto

para solucionar sus problemas

Europa Press
9/12/2011

Europa camina hacia un nuevo tratado basado en controlar lo máximo posible la situación fiscal de los países miembros. Pero para The Wall Street Journal, una supervisión más centralizada de los gobiernos europeos es «improbable» que haga frente a algunos de los problemas económicos claves que afectan a la Unión Monetaria y minan la confianza de los inversores. Cree que España es un ejemplo de ello.

 

El diario basa su argumento en la opinión de analistas que consideran que los planes para incentivar a los países miembros a recortar su deuda pública y mantener sus déficits en orden ignora la reciente historia de países como España, que cumplió con los límites marcados hasta 2008, pero incubó serias debilidades económicas en esa época, principalmente una burbuja inmobiliaria.

En este sentido, el economista jefe para Europa de Royal Bank of Scotland, Jacques Cailloux, cree que el nuevo plan promovido por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, es una «única respuesta para todo» que no hará frente a los problemas a los que se enfrentan algunos países, como una baja demanda interna, una débil competitividad internacional y un préstamo bancario casi congelado.

«Un ejemplo clave»

Así, el diario añade que España, la cuarta mayor economía de la eurozona, es «un ejemplo clave». «Hasta la crisis financiera de 2008, era uno de los pocos países de la eurozona, como Irlanda, que cumplía con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Desde 1998, el déficit presupuestario de España estaba por debajo del límite del 3% del PIB», recuerda.

En esta línea, añade que el país registró superávit durante varios años y la deuda pública, que sigue siendo inferior a la media europea, permaneció por debajo del 60% del PIB hasta el pasado año.

Sin embargo, Cailloux recalca que cumplir estos objetivos no preparó a España para arreglar los problemas que se habían creado en su economía durante el boom inmobiliario y que se pusieron de relieve tras su pinchazo de la burbuja en 2008.

Así, durante los años del boom, fluyó en España una ola de crédito barato y el elevado consumo de los hogares aumentó los ingresos fiscales y el empleo. En cambio, al mismo tiempo los costes laborales y el endeudamiento privado aumentaron rápidamente, incluso cuando la productividad se estancaba o disminuía.

The Wall Street Journal añade que, en medio de la continua crisis económica, España debe recuperar la confianza de los inversores para reducir sus costes de endeudamiento. El presidente electo, Mariano Rajoy, ya ha prometido cumplir el objetivo de reducir el déficit al 3% en 2013, pero también ha pedido más medidas para la crisis de deuda de la eurozona.

Por su parte, Simon Tilford, economista jefe del Centre for European Reform, cree que las débiles perspectivas de crecimiento para España pueden suponer un problema, ya que las empresas pueden ser reticentes a invertir mientras las previsiones de demanda sigan siendo débiles. Además, las medidas de austeridad del Gobierno pueden lastrar aún más la demanda, lo que impactaría en los ingresos fiscales e incluso en el PIB.

La verdadera crisis de Europa y la única solución posible

BY ALBERTO GARZÓN ESPINOSA ⋅ DECEMBER 6, 2011 ⋅
SOBRE ESTOS TEMAS:

Sería un grave error considerar que la crisis de Europa es una crisis de la deuda pública, cuando ante lo que realmente estamos es ante una crisis de la propia configuración de la Unión Europea y un modelo insostenible e incoherente de crecimiento económico.

Desgraciadamente la falta de cultura política y económica ha llevado a la errónea percepción de que la crisis económica es resultado de las políticas llevadas a cabo por un gobierno concreto en los años más recientes, algo que por cierto explica el cambio de color visto en las elecciones en todos los países. Sin embargo lo cierto es que la crisis actual es el resultado de políticas instaladas y aplicadas hace mucho más años y consensuadas por todos los gobiernos europeos.

Esta es una crisis de la Unión Europea y del sistema capitalista, y si no resolvemos los problemas subyacentes durará como mínimo una década más, tendrá un carácter mucho más grave y acabará en un nuevo orden social muy perjudicial para la amplia mayoría de la población.

La deuda pública no es el problema

Como todo agente económico, los Estados tienen una partida de ingresos y otra de gastos. Cuando la partida de gastos supera a la de ingresos se dice que se entra en déficit fiscal, y entonces el Estado tiene que endeudarse en los mercados financieros para compensar la diferencia.

La percepción general ante esta situación es que los gastos son insostenibles y que la crisis es consecuencia del excesivo peso de lo público en la economía. Algo que se suma a la percepción populista de que hay demasiados funcionarios, sueldos excesivos en la administración pública, derroche, corrupción desenfrenada…

Como toda gran mentira siempre hay algo de verdad, pero los datos revelan que no estamos ante la causa real del problema. Como se puede observar en el siguiente gráfico, España ha tenido hasta 2007 un superávit primario. Es decir, ingresaba más de lo que gastaba, y eso a pesar de las reformas fiscales regresivas que han reducido la cantidad de dinero que entraba en las arcas públicas.

Como se percibe con claridad en el gráfico, hay un incremento espectacular del déficit a partir de 2007. Como ya hemos dicho en este blog, eso es debido a la caída extraordinaria en los ingresos (que caen por la recesión a la que lleva la crisis financiera internacional y el estallido de la burbuja inmobiliaria) y al crecimiento de los gastos derivados de los rescates financieros, el pago de prestaciones por desempleo y el plan de estímulo económico (conocido como Plan E). Todo ello llevó a incrementar el endeudamiento, es decir, a pedir mucho más dinero prestado a los mercados financieros.

Como se puede comprobar en el gráfico previo, es algo común en toda la Zona Euro. En todas partes la crisis financiera internacional condujo a la recesión por vía del cierre del crédito, y en todas partes los Estados tuvieron que incrementar su deuda pública. Hasta niveles que los propios mercados financieros han considerado peligrosos.  Pero lo que debe quedar claro en este punto es que la deuda pública ha crecido como consecuencia de la crisis financiera.

La prima de riesgo no nos sirve para el análisis

El peligro que tenga un determinado nivel de la deuda pública depende del flujo de ingresos que genere un Estado determinado. Un 140% de deuda pública sobre el PIB no nos indica mucho, ya que lo que necesitamos saber es qué capacidad tiene cada Estado para devolver la deuda y sus intereses.

Por lo tanto lo que nos interesa es saber cuánto crece un país (porque al crecer se recaudan más impuestos y por lo tanto se crean flujos de ingresos con los que devolver la deuda). El actual peligro reside, precisamente, en que ningún país está creciendo a ritmos adecuados y la mayoría tiene perspectivas de entrar otra vez en recesión.

Y se entra en recesión porque se aplican políticas de recortes.

El error de los políticos y economistas liberales reside en dar por hecho que los recortes llevarán al crecimiento ahora o en el medio plazo, cuando en realidad lo que ocurre siempre es que al afectar al gasto público (que es un componente del crecimiento económico) también se afecta a los ingresos. El resultado final es que caen los gastos pero también los ingresos y por lo tanto la necesidad de endeudarse prosigue igual.

Con un Estado como Alemania creciendo poco y teniendo que pagar un 3% de intereses, todavía puede seguir el ritmo de los pagos. Pero con países como Italia, Grecia o España, que crecen nada o decrecen, afrontar intereses del 7% es apretar un poco más la soga. Por eso no conviene mirar la prima de riesgo, que es un simple diferencial, sino los indicadores fundamentales de cada país (ingresos, crecimiento, deuda y rentabilidad de la deuda).

Los dos modelos de crecimiento dentro de la Unión Europea

Que Alemania siga creciendo, aunque débilmente, y España esté en la frontera de la recesión se explica por el modelo de crecimiento que cada país mantiene. Mientras Alemania ha crecido en las últimas décadas gracias a un modelo de exportación, ayudado por su mayor competitividad, España ha crecido propulsando su demanda interna vía el crédito. Mirando la balanza comercial de cada país podemos comprobar cómo los países con menor competitividad (como España) han tenido un déficit comercial peligrosísimo mientras que países con mayor competitividad han tenido superávit.

Lo que explica este gráfico es que España ha tenido más importaciones que exportaciones, y que ha financiado esa diferencia a través de la cuenta financiera.

Dicho de otra forma, España ha crecido gracias a su burbuja inmobiliaria pero ésta no podría haber sido posible si los bancos no hubieran obtenido dinero desde el exterior para financiar todos los créditos inmobiliarios. Y ese dinero lo han obtenido los bancos de los mercados financieros internacionales, muy especialmente a través de la emisión de productos titulizados.

Es decir, el consumo interno español (componente del crecimiento económico) se ha sustentado no en altos salarios (que han sido en realidad cada vez menores como vimos aquí) sino en el crédito financiero. Pero ese crédito ha sido posible porque los propios bancos han pedido prestado ese dinero en el exterior. Ese esquema es el que refleja el gráfico anterior, con una cuenta corriente excesivamente deficitaria y una cuenta financiera que lo compensa.

Por contraposición, Alemania ha crecido porque ha exportado más de lo que ha importado. Estamos ante una relación centro-periferia en Europa que se parece mucho a la establecida entre Estados Unidos y China.

Alemania exporta más pero porque hay países que pueden comprar lo que Alemania vende. Y esos son países como España, Italia o Grecia. Y para ayudarles, Alemania y los países centrales de Europa han financiado esas mismas compras. Exactamente la misma relación que existe en el llamado Breton Woods 2 entre China y EEUU. Son polos opuestos que se necesitan mutuamente.

La distinta competitividad entre países y la chinarización de Europa

La mayor competitividad de Alemania se explica por una caída de los salarios mucho más aguda en Alemania que en España o en el resto de países periféricos. Aquí la actitud de los sindicatos alemanes lo explica todo, puesto que han aceptado caídas brutales en el  salario real. Ello ha posibilitado que Alemania ganara la carrera competitiva sobre los otros países, que no tuvieron más salida que crecer vía crédito.

Así, mientras que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento no sirvió para nada, porque sólo controlaba las cuentas públicas y no las privadas (y por lo tanto no alertaba de la exposición de las empresas y hogares), recientemente se aprobó el Pacto por el Euro. Dicho Pacto, que explicamos aquí, empuja a todos los países a ganar competitividad por la vía de recortes salariales y del gasto público.

Además de llevar a la recesión, la aplicación de esas propuestas llevará a una carrera a la baja entre países europeos que nunca podrá ser ganada por España. Y es que no todos los países pueden ser competitivos ni crecer mediante exportaciones.

Las exportaciones de unos son las importaciones de otros, y por lo tanto el Pacto del Euro es un camino hacia la chinarización de todos los países y sin que eso pueda llegar algún momento a producir crecimiento en los países con más retraso en dicha carrera, como España.

Lo que debería hacerse, un programa para la izquierda

Si la Unión Europea quiere mantenerse tiene que resolver los desequilibrios comerciales que existen en su seno. Si se quiere hacer de forma coordinada lo primero que Alemania tiene que hacer es promover una subida de la participación salarial en su economía. Esto se puede hacer fortaleciendo el peso de la centralización en la negociación salarial o llevando a un pacto capital-trabajo que refleje un creciente poder del componente salarial y un menor peso del margen de beneficios. Eso reducirá su superávit comercial y mejorará la balanza comercial de los países periféricos.

En el ámbito europeo hay que controlar el espacio financiero europeo. Hay que establecer controles de capital hacia fuera e imponer tasas financieras en el espacio europeo, declarando la zona euro una zona de autosuficiencia financiera.

La prohibición de las transacciones con los paraísos fiscales y territorios offshore será otro pilar, junto con el fortalecimiento de los mecanismos de lucha contra el fraude fiscal y la coordinación de un fuerte sistema fiscal progresivo.

Con todo ese dinero, más con un financiamiento directo del BCE (que tiene que refundarse), se pueden comenzar los planes de estímulo destinados a corregir todos los desequilibrios comerciales y a fortalecer un modelo sostenible de crecimiento (dirigido por los salarios y teniendo presente limitaciones medioambientales).

Todo ello tiene que estar acompañado de una ampliación de los servicios públicos y una reducción de la jornada laboral sin disminución de sueldo (que compense los años de crecimiento de la productividad por encima de salarios).

Los eurobonos pueden ser una buena opción, pero si no son suficientes el BCE debe financiar directamente.

Además, debe incrementarse fuertemente la regulación financiera, prohibiendo prácticas especulativas, e imponiendo tasas a los bonos de deuda públicas que por encima de una determinada cantidad sean del 100%. Eso es una reestructuración de la deuda que permite que sea progresiva.

En España debe acometerse un cambio en el modelo productivo, pero para ello es necesario impulsar también el mercado interno para no depender tanto de las dinámicas de otras economías. Algo similar a lo que está haciendo China desde hace varios años con objeto de reducir su exposición al exterior.

Para ello también hay que fortalecer la participación salarial e incrementar el peso del Gasto Público en la economía. Como herramientas fundamentales es necesario disponer de banca pública y de empresas públicas en los sectores clave (como le energía, vivienda o telecomunicaciones).

En definitiva, para la supervivencia de la Unión Europea y de nuestro planeta necesitamos un proceso fuerte de redistribución de la renta, de la riqueza, del trabajo y un mayor peso de las entidades públicas, que deberán ser gestionadas de forma transparente y democrática.
Todo lo que no sea eso, y como hemos revelado más arriba, nos conducirá a un nuevo orden social inestable, repleto de tensiones sociales inabarcables y que amenazaría con destruir todo atisbo de democracia.

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Pide reformas para estimular la recuperación

El Nobel Joseph Stiglitz avisa a Rajoy:

‘apostar por la austeridad es un suicidio’

El economista y premio Nobel Joseph Stiglitz. | EfeEl economista y premio Nobel Joseph Stiglitz. | Efe
  • ‘La clave es el parón. El parón causa déficit. No al revés’
  • Rajoy debería reestructurar el modelo de gastos e impuestos para incentivar la demanda’
  • ‘Lo más importante es volver a poner en marcha al país’

Pablo Rodríguez Suanzes (Enviado especial) | A Coruña

Actualizado viernes 25/11/2011

El premio Nobel de Economía de 2001, el estadounidense Joseph Stiglitz, ha avisado al próximo presidente del país, Mariano Rajoy, de que apostar ahora «por la austeridad es un suicidio».

En un acto organizado por la Fundación Barrié y el Banco Pastor en La Coruña, Stiglitz señaló que teme «que el PP se centre en la austeridad tras llegar al Gobierno» lo que «no resolverá el problema de España. Lo que debería hacer Rajoy es reestructurar el actual modelo de gastos e impuestos para incentivar la demanda. Apostar por la austeridad es un suicidio».

En los últimos meses el profesor de Columbia y ex economista jefe del Banco Mundial ha defendido por todo el mundo que los planes de ajuste por los que apuesta en Europa Alemania o Finlandia no sólo no son el mejor camino, sino que aumentan el riesgo de recesión en la Unión Europea.

Y aprovechó su primera visita a nuestro país tras las elecciones del 20-N para intentar convencer al Partido Popular de lo que no logró convencer al PSOE: «Subir impuestos a los ricos, hacerlos más progresivos e incentivar fiscalmente a las empresas que inviertan al tiempo que se penaliza a las que no lo hacen».

«Hace 10 años, En EEUU teníamos superávit. Tan grande que, de hecho, el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, decía que era un dolor de cabeza. Ahora tenemos un déficit preocupante. Como España antes y después del inicio de la crisis. ¿Por qué? Por el frenazo de la actividad. La clave es el parón.

El parón causa déficit. No al revés.

Y hay que recordarlo. Por eso lo más importante es volver a poner en marcha al país», añadió.

Tras reconocer que no es un «experto en el mercado laboral español», Stiglitz señaló que «hay rigideces» importantes, pero que la patronal española se equivoca al pedir moderación o recortes salariales.

«Una de las cosas que más me ha impresionado de España es la enorme calma con la que se ha enfrentado la ciudadanía a este nivel de paro. Pero quizás está sea la clave. Si habiendo mantenido la calma tanto tiempo la situación empeora en el mercado laboral y bajan los sueldos sí que puede desembocar en un conflicto social».

Igualmente, el Nobel se posicionó, una vez más, a favor de «los eurobonos» y en contra de la «postura alemana», exigiendo a los países del norte «más solidaridad». A su entender, los eurobonos no son la panacea para resolver todos los problemas pero «ayudarían mucho ahora mismo».

Al igual que una profunda reforma de los mercados. «¿Puede el capitalismo ser salvado de sí mismo? Sólo si los Gobiernos y la sociedad actúan. Hay una tendencia de los mercados, sin control alguno, a cometer excesos. Si no son controlados, destruirán el capitalismo».

ELMUNDO.ES

Krugman dice que la receta de austeridad generalizada es un error

elEconomista.es
4/12/2011 –

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Paul Krugman

elEconomista.es

El nobel de Economía Paul Krugman denuncia que la retórica pública «está dominada por los cascarrabias del déficit y los obsesos de la inflación» y que tanto Europa como EEUU lo que necesitan son «políticas fiscales y monetarias expansionistas para sostener la economía».

No hay novedad en sus palabras, pero al economista estadounidense Paul Krugmanno le queda otro remedio que repetir el mismo mensaje una y otra vez, variando el envoltorio y siempre ligado al devenir de los acontecimientos, al ver que los distintos Gobiernos caminan justo en la dirección opuesta a la que él recomienda.

Según Krugman, en un artículo publicado en el diario El País, «hasta los optimistas ven ahora que Europa se encamina hacia la recesión, mientras que los pesimistas advierten de que el euro podría convertirse en el epicentro de otra crisis financiera mundial».

Piensa que a esta situación extrema se ha llegado porque los intentos de los gobernantes de arreglar las cosas que se torcieron en 2008 no han hecho más queempeorarlas y la madre de todas las culpabilidades la tiene la receta de la austeridad generalizada junto con la obsesión por la inflación del Banco Central Europeo.

«La combinación de austeridad para todos y un banco central enfermizamente obsesionado con la inflación hace que sea básicamente imposible para los países endeudados escapar de la trampa de la deuda y, por consiguiente, es la fórmula para multiplicar las suspensiones de pagos, los pánicos bancarios y el desplome financiero», afirma en el diario de Prisa.

Krugman afirma que se equivocan los líderes europeos al fijar el foco en el gasto elevado en las naciones deudoras. » El auténtico problema es un gasto demasiado reducido en Europa en su conjunto«.

Como una de las posibles medidas concretas para cambiar la preocupante situación por la que atraviesa la economía europea, Krugman recomienda que el sur de Europa ganecompetitividad mediante el aumento de los precios en el norte, «aceptando temporalmente una inflación más alta para la eurozona en su conjunto».

«A estas alturas, los mercados han perdido fe en el euro en su conjunto», afirma el Nobel, quien predice problemas para todos los países europeos, deudores o no, derrochadores o no, en el presente contexto.

Volviendo la vista atrás, Krugman, siempre muy crítico con el papel del BCE, recuerda las palabras que al inicio de la crisis, en 2008, pronunciara el por aquel entonces presidente del organismo, Jean-Claude Trichet: «La idea de que las medidas de austeridad pueden provocar un estancamiento es errónea». Trichet creía que esas políticas inspirarían confianza, pero no fue así.

Años después los dirigentes insisten en aplicar las mismas fórmulas que, al menos por el momento, no han dado los frutos deseados. A Krugman no se le hace caso. Él continúa alzando la voz, denunciando lo que ve como un gravísimo error.

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2 pensamientos en “Apostar por la austeridad es un suicidio y España es el ejemplo de que Europa no elige el camino correcto

  1. Lucha_x_ti Wilson rebelde
    apostar por la austeridad es un suicidio elmundo.es/elmundo/2011/1…
    7 de dic Favorito Responder Borrar

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