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Para dar y tomar

NO al PAGO de la DEUDA

Chomsky, Loach a Grecia, Irlanda: “¡No paguéis!”

¿Qué tienen en común  el filósofo estadounidense Noam Chomsky; los economistas Samir Amin, Ben Fine, Gary Dymski, Philip Arestis, y Jawati Ghosh; el cineasta británico Ken Loach; el escritor irlandés  Fintan O´Toole –autor de la crítica demoledora a la oligarquía irlandesa Ship of fools-;  Sofia Sakorasa, la diputada independiente griega; y  el veterano laborista británico , Tony Benn?

Todos estos y muchos otros intelectuales de izquierdas en Europa, Asia  y EE.UU. creen que Grecia y otros países de la zona euro que sufren bajo el yugo de una deuda insostenible y sádicas políticas de ajuste, deberían estudiar la legitimidad de los créditos que fueron concedidos en la década de burbujas y excesos.

Y si -como sospechan- hay señales de irresponsabilidad y complicidad en corrupción, por parte de los acreedores, la respuesta debería ser, como diría el dramaturgo italiano Dario Fo: “Sotto paga! Non si paga!”

Mientras gobiernos de centro izquierda en España y Grecia y sus asesores económicos se han resignado ante la consigna thatcheriana de “no hay alternativa”, la oposición griega al plan de ajuste pactado con la UE y el FMI anunciará mañana –jueves- en Atenas,   la creación de una comisión informal de auditoria para estudiar la legitimidad de la astronómica deuda griega, 362.000 millones de euros, el 159% del PIB.

Compuesta por economistas, expertos jurídicos, diputados  y representantes de la sociedad civil, la idea se inspira en la comisión  creada por Ecuador en el 2008 antes de la reestructuración de la deuda ecuatoriana.

Un panel de economistas críticos, lideres del sindicato de funcionarios ADEDY y diputados como la disidente Sakorasa que abandonó el PASOK por sus discrepancias con el programa de ajuste,  ha presentado la idea en Atenas hoy. Piden pleno acceso a todos los acuerdos de endeudametno, emisiones de bonos, créditos bancarios acuerdos bilaterales y multilaterales. Pretenden que sea el inicio de una campaña no solo en Grecia sino también en otros países de Europa que arrastran una carga enorme de deuda. “Es un secreto a voces que vamos a reestructurar la deuda en Grecia y en Irlanda también”, dijo Costas Lapavitsas de la Universidad de Londres (SOAS), uno de los impulsores de la comisión. “Pero hay que establecer si esta es deuda ilegal, ilegitima o incluso odiosa“.

Si esto parece otra idea utópica de una izquierda que ha perdido el norte, cabe recordar que en Ecuador en el 2008 una comisión auditora fue nombrada por el recién elegido presidente   Rafael Correa, como se explica en un post anterior que hice en Quito. Cuando finalmente se reestructuró la deuda, el gobierno ecuatoriano negoció con dureza una moratoria sobre la parte que  considerada ilegitima. Al final, solo pagó 50 centavos sobre el dólar. Pese a ello, su cualificación de solvencia no bajó tras la moratoria. “Queremos importar algunas best practices desde América latina”, ironiza Lapavitsas. 116 intelectuales, entre ellos los ya citados, han firmado el documento.

Desobediencia civil

En Grecia, algunos deciden no pagar la crisis

Cada vez son más los griegos que deciden no pagar por unos servicios públicos cada vez más caros y llaman a la desobediencia civil para protestar contra las duras medidas de ajuste del Gobierno.

Efe – Atenas – 19/02/2011

Con enormes pancartas en las que se lee «Den Pliróno» (No pago), gente de todas las edades recibe a diario a los viajeros del metro y de los autobuses de Atenas con una pitada y cánticos del tipo: «No pagamos la crisis de otros».

Este movimiento ha decidido no rascarse el bolsillo por los billetes de transporte público, ni por los peajes de las autopistas, y anima a los ciudadanos a seguir su ejemplo, pese a la amenaza de multas.

El primer ministro griego, el socialista Yorgos Papandréu, ha manifestado ya en el Parlamento su preocupación por los casos de desobediencia civil y el portavoz del Gobierno, Yorgos Petalotís, declaró: «no es un movimiento, son unos aprovechados».

«Integramos el movimiento contra el robo de nuestros ingresos y no estamos dispuestos a pagar cuando ellos se revuelcan en dinero ajeno», dijo a Efe María, una indignada funcionaria.

Los empleados públicos y los jubilados han visto importantes recortes en sus sueldos y pensiones, lo que unido a la subida de los impuestos y la inflación ha hecho que algunos economistas hayan calculado que han perdido un 25 % de su poder adquisitivo.

Ante esta situación, desde hace dos meses grupos de ciudadanos se han organizado para protestar contra el aumento del precio de los billetes del transporte público, entre el 28 y el 80 %, según el medio y la ruta.

También protestan por el peaje en las autopistas y contra el incremento del precio de las consultas en los hospitales públicos, que han pasado de los tres a los cinco euros por visita.

Para protestar, sellan las máquinas expendedoras de billetes en las estaciones y llaman a los atenienses a resistir, «ya que el transporte público es más caro que usar el propio vehículo privado», claman.

El fenómeno de los pasajeros que viajan sin billetes ha aumentado hasta rozar el 40% en los autobuses y hasta un 15% en el resto de los medios de transporte, según estimaciones oficiales.

«Vivimos en un régimen de Junta dentro de la Democracia que recibe órdenes de los constructores y de los bancos», declaró a Efe Leonidas Papadópulos, portavoz del comité nacional «Den Pliróno».

En las multitudinarias manifestaciones que se han sucedido en Atenas, son miles las personas que piden que sea «la plutocracia» la que pague la factura de la crisis y exigen que se luche contra la evasión fiscal para tapar agujeros en el presupuesto estatal.

En el caso de las autopistas, cada vez son más los ciudadanos que deciden levantar las barreras del peaje, a pesar de la presencia de vigilantes. El fenómeno se ha extendido tanto que el Gobierno quiere endurecer las multas hasta los 200 euros.

Hace un mes Apostlos Gletsos, el alcalde de la localidad de Stilidas (Grecia Central), afectada por un caro peaje y sin ruta alternativa para ir a los pueblos del entorno, derribó con una excavadora el puesto de peaje. Fue detenido y tras ser puesto en libertad sus paisanos lo recibieron como un héroe.

Algunos analistas, como el columnista griego Yorgos Kitsos, han aprovechado este movimiento para criticar a las empresas concesionarias, ya que entre además del derecho a cobrar peaje recibieron del Estado entre el 50 y el 80 % del dinero de las obras para construir las autopistas.

Las empresas concesionarias han declarado a los medios que el peaje es esencial para financiar las obras y ponen como ejemplo que en la autopista entre Atenas y el puerto de Patras -de 200 kilómetros- más de un millón de conductores se han negado a pagar en los últimos dos años, lo que equivale a pérdidas de 100 millones de euros.

Los activistas de este movimiento han convocado a una manifestación pacífica en la plaza central de Atenas, frente al Parlamento, el 1 de marzo, con el lema «¿Quieren Guerra? la tendrán».

Iniciativa ciudadana: el movimiento ‘Yo no pago’ se hace fuerte en Grecia

elEconomista.es
3/03/2011 – 13:27

Lo que empezó como una iniciativa popular se está convirtiendo en un movimiento de desobediencia civil en toda regla que ya preocupa al Gobierno. Los griegos que optan por no pagar el transporte público o las autopistas son cada vez más y las arcas estatales se empiezan a resentir.

Bajo el lema ‘Den Pliróno’ (Yo no pago) se agrupan ciudadanos de todo tipo con un objetivo común: «No pagamos la crisis de otros». Este movimiento ha decidido no rascarse el bolsillo por el transporte público, ni por los peajes de las carreteras. Los activistas de este movimiento viajan sin billete, taponan las máquinas expendedoras o levantan las barreras de los peajes. Publican fotos en su web y animan a seguir su ejemplo.

Y lo cierto es que está cundiendo. Una encuesta elaborada por MRB y publicada este domingo por un medio local señala que más del 56% de los griegos aprueba esta forma de protesta, frente al 39% que no la apoya.

Iniciativa contagiosa

El número de pasajeros que opta por viajar gratis ha aumentado hasta rozar el 40% en los autobuses y hasta un 15% en el resto de los medios de transporte, según estimaciones oficiales recogidas por Efe. Y las empresas concesionarias estiman que entre un 15% y un 18% de los conductores no pagan los peajes, frente al 6% que lo hacía hace menos de un año. «Hablamos de unos 8.000 usuarios al día», afirman desde Nea Odos, una compañía que opera una de las autovía en el país.

El encarecimiento de las tarifas en el transporte urbano, que oscilan entre el 28% y el 80%, y también en los peajes ha elevado el tono de las acciones, que se han culminaron el pasado 1 de marzo en una manifestación que llegó a las puertas del Parlamento. «¿Pagar 1,40 euros por un billete? Es una subida del 40% cuando todo lo demás baja: sueldos, pensiones, ayudas», indica a Reuters Maro Fassea, un consultor de TI de 48 años de edad.

Desde que Grecia puso en marcha las medidas de austeridad para recortar el déficit y cumplir con las exigencias de Bruselas y el FMI, los empleados públicos y los jubilados han visto rebajados su salarios y pensiones. Además, impuestos como el IVA se han elevado al tiempo que sufren también el repunte de la inflación. La consecuencia es, según indican algunos economistas, una pérdida de hasta el 25% de su poder adquisitivo.

La consecuencia es que son ya miles las personas que piden que sea «la plutocracia» la que pague la factura de la crisis y exigen que se luche contra la evasión fiscal para tapar agujeros en el presupuesto estatal.

Los riesgos

Esto es así a pesar de pese a los esfuerzos del Gobierno heleno por frenar los actos de rebeldía ciudadana endureciendo las multas y criticando con dureza a sus instigadores.«No es un movimiento, son unos aprovechados», aseguraba recientemente el portavoz del Gobierno, Yorgos Petalotís.

Por su parte, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, ha advertido del creciente riesgo de que este movimiento afecte no sólo a los presupuestos del Estado, sino también a futuras inversiones comprometidas por las empresas. «Si los contratos fallan, lo que es una posibilidad, la credibilidad del país se verá dañada», afirmó en el Congreso.

El pasado mes de noviembre, Papandreu anunciaba que habían logrado retrasar hasta 2021 la devolución de las ayudas a la UE, que ascienden a unos 110.000 millones de euros.

El movimiento ‘No pago’ de Grecia es una más de las muchas iniciativas ciudadanas que están surgiendo en los países más afectados por la crisis. En España, por ejemplo, la Red está sirviendo de base a Juventud en Acción, Anonymous o Nolesvotes.com para organizarse y difundir sus protestas contra la gestión del Gobierno o los bancos, por ejemplo.

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