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La conexión El Cairo-Wisconsin

La conexión El Cairo-Wisconsin

La conexión El Cairo-Wisconsin

por Noam Chomsky (Filadelfia, Estados Unidos, 1928)

Lingüista, filósofo, escritor y analista político considerado todo un referente intelectual para la izquierda alternativa y los movimientos antiglobalización de todo el mundo.

El 20 de febrero, Kamal Abbas, líder sindical egipcio y figura prominente del Movimiento 25 de Enero, envió un mensaje a los “trabajadores de Wisconsin”: “Estamos con ustedes, así como ustedes estuvieron con nosotros”.

Los trabajadores egipcios han luchado mucho tiempo por los derechos fundamentales que les denegaba el régimen de Hosni Mubarak respaldado por EEUU. Kamal tiene razón en invocar la solidaridad, que ha sido durante mucho tiempo la fuerza orientadora del movimiento de los trabajadores en el mundo, y en equiparar sus luchas por los derechos laborales y por la democracia.

Las dos están estrechamente interrelacionadas.

Los movimientos de trabajadores han estado en la vanguardia de la protección de la democracia y los derechos humanos y en la expansión de sus dominios, razón elemental que explica por qué son venenosos para los sistemas de poder, sean públicos o privados.

Las trayectorias de los movimientos en Egipto y EEUU están tomando direcciones opuestas: hacia la conquista de derechos, en Egipto, y hacia la defensa de derechos existentes, pero sometidos a duros ataques, en EEUU.

Los dos casos merecen una mirada más cercana.

La sublevación del 25 de enero fue encendida por los jóvenes usuarios de Facebook delMovimiento 6 de Abril, que se levantaron en Egipto en la primavera de 2008 en “solidaridad con los trabajadores textiles en huelga en Mahalla”, según señala el analista laboral Nada Matta.

El Estado reventó la huelga y las acciones de solidaridad, pero Mahalla quedó como “un símbolo de revuelta y desafío al régimen”, añade Matta.

La huelga se volvió particularmente amenazante para la dictadura cuando las demandas de los trabajadores se extendieron más allá de sus preocupaciones locales y reclamaron un salario mínimo para todos los egipcios.

Las observaciones de Matta son confirmadas por Joel Beinin, una autoridad estadounidense en materia laboral egipcia. Durante muchos años de lucha, informa Beinin, los trabajadores han establecido nexos y se pueden movilizar con presteza.

Cuando los trabajadores se sumaron al Movimiento 25 de Enero, el impacto fue decisivo y el comando militar se deshizo de Mubarak.

Fue una gran victoria para el movimiento por la democracia egipcia, aunque permanecen muchas barreras, internas y externas.

Las barreras internas son claras. EEUU y sus aliados no pueden tolerar fácilmente democracias que funcionen en el mundo árabe.

Las encuestas de opinión pública en Egipto y a lo largo y ancho de Oriente Próximo son elocuentes: por aplastantes mayorías, la gente considera a EEUU e Israel, y no a Irán, las mayores amenazas.

Más aún, la mayoría piensa que la región estaría mejor si Irán tuviese armas nucleares.

Podemos anticipar que Washington mantendrá su política tradicional, bien confirmada por los expertos: la democracia es tolerable sólo si se ajusta a objetivos estratégico-económicos.

La fábula del “anhelo por la democracia” de EEUU está reservada para ideólogos y propaganda.

La democracia en EEUU ha tomado una dirección diferente.

Después de la II Guerra Mundial, el país disfrutó de un crecimiento sin precedentes, ampliamente igualitario y acompañado de una legislación que beneficiaba a la mayoría de la gente. La tendencia continuó durante los años de Richard Nixon, hasta que llegó la era liberal.

La reacción contra el impacto democratizador del activismo de los sesenta y la traición de clase de Nixon no tardó en llegar mediante un gran incremento en las prácticas lobistas para diseñar las leyes, el establecimiento de think-tanks de derechas para capturar el espectro ideológico, y otros muchos medios.

La economía también cambió de curso hacia la financiarización y la exportación de la producción.

La desigualdad se disparó, primordialmente por la creciente riqueza del 1% de la población, o incluso una fracción menor, limitada fundamentalmente a presidentes de corporaciones, gestores de fondos de alto riesgo, etc.

Para la mayoría, los ingresos reales se estancaron.

Volvieron los horarios laborales más amplios, la deuda, la inflación.

Vino entonces la burbuja inmobiliaria de ocho billones de dólares, que la Reserva Federal y casi todos los economistas, embebidos en los dogmas de los mercados eficientes, no lograron prever.

Cuando la burbuja estalló, la economía se colapsó a niveles cercanos a los de la Depresión para los trabajadores de la industria y muchos otros.

La concentración del ingreso confiere poder político, que a su vez deriva en leyes que refuerzan más aún el privilegio de los superricos: políticas tributarias, normas de gobernanza corporativa y mucho más.

Junto a este círculo vicioso, los costes de campañas electorales han aumentado drásticamente, llevando a los dos partidos mayoritarios a nutrirse en el sector de las corporaciones: los republicanos de manera natural y los demócratas (ahora muy equivalentes a los republicanos moderados de años anteriores) siguiéndoles no muy atrás.

En 1978, mientras este proceso se desarrollaba, el entonces presidente de los Trabajadores Autónomos Unidos, Doug Fraser, condenó a los líderes empresariales por haber “elegido sumarse a una guerra unilateral de clases en este país: una guerra contra el pueblo trabajador, los pobres, las minorías, los muy jóvenes y muy viejos, e incluso muchos de la clase media de nuestra sociedad”, y haber “roto y deshecho el frágil pacto no escrito que existió previamente durante un periodo de crecimiento y progreso”.

Cuando los trabajadores ganaron derechos básicos en los años treinta, dirigentes empresariales advirtieron sobre “el peligro que afrontaban los industriales por el creciente poder político de las masas”, y reclamaron medidas urgentes para conjurar la amenaza, de acuerdo con el académico Alex Carey en Taking the risk out of democracy.

Esos hombres de negocios entendían, al igual que lo hizo Mubarak, que los sindicatos constituyen una fuerza directriz en el avance de los derechos y la democracia.

En EEUU, los sindicatos son el contrapoder primario a la tiranía corporativa.

De momento, los sindicatos del sector privado de EEUU han sido severamente debilitados.

Los sindicatos del sector público se encuentran últimamente sometidos a un ataque implacable desde la oposición de derechas, que explota cínicamente la crisis económica causada básicamente por la industria financiera y sus aliados en el Gobierno.

La ira popular debe ser desviada de los agentes de la crisis financiera, que se están beneficiando de ella; por ejemplo, Goldman Sachs, que está “en vías de pagar 17.500 millones de dólares en compensación por el ejercicio pasado”, según informa la prensa económica.

El presidente de la compañía, Lloyd Blankfein, recibirá un bonus de 12,6 millones de dólares mientras su sueldo se triplica hasta los dos millones.

En su lugar, la propaganda debe demonizar a los profesores y otros empleados públicos por sus grandes salarios y exorbitantes pensiones, todo ello un montaje que sigue un modelo que ya resulta demasiado familiar. Para el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, para la mayoría de los republicanos y muchos demócratas, el eslogan es que la austeridad debe ser compartida (con algunas excepciones notables).

La propaganda ha sido bastante eficaz. Walker puede contar con al menos una amplia minoría para apoyar su enorme esfuerzo para destruir los sindicatos. La invocación del déficit como excusa es pura farsa.

En sentidos diferentes, el destino de la democracia está en juego en Madison, Wisconsin, no menos de lo que está en la plaza Tahrir.

Vídeos. Michael Moore llega a Wisconsin y desmonta la mentira del gran presupuesto [Eng] vídeo

Moore dijo: “Solo tengo educación secundaria, pero el gobernador Walker va a tener que volver a estudiar, cuando estaba en la escuela teníamos que estudiar un semestre de economía para poder graduarnos y aprendí que el dinero no crece en los árboles, crece cuando hacemos cosas.

Crece cuando tenemos buenos empleos con buenos salarios y con ellos podemos comprar las cosas que necesitamos, y ¿adivinen qué? Eso crea más puestos de trabajo”. o-ellos-o-nosotros.blogspot.com/2011/03/video-michael-moore-se-une-las

Traducción automática del artículo

La gente estaba lleno de gente alrededor de la Estación de Bomberos N º 1 en Madison, Wisconsin alrededor de la 1:30 hora del centro esta tarde, esperando ansiosamente la llegada del cineasta Michael Moore, quien viajó a Madison, Wisconsin, para apoyar a los Derechos de los Trabajadores del Rally.Sí, de Mike en la Cámara.

El tema del levantamiento de los Trabajadores de hoy Manifestación por los Derechos en Wisconsin fue: “Somos Wisconsin y estamos ganando”.

Una multitud entusiasta, sin dejarse desalentar por una semana de Gobernador Walker y los intentos de los republicanos para cerrar y cerrar hacia fuera, gritaban, cantaban y marcharon alrededor de la rotonda del Capitolio.

Y luego vino la noticia de que un invitado muy especial se les sorprende.

Honorario Wisconsinite para el día, Michael Moore Parte 1 :

Michael Moore comenzó leyendo su declaración llamado Estados Unidos no está roto, “América no está roto.

Contrariamente a lo que están en el poder le gustaría que usted creyera lo que usted va a renunciar a su pensión, reducir sus salarios y conformarse con la vida de sus bisabuelos había.Estados Unidos no está roto. No por un tiro largo.

El país está inundado de riqueza y dinero en efectivo. Es sólo que no está en sus manos. “

Luego llamó a la redistribución de la riqueza gran conservador de Estados Unidos un atraco “, se ha transferido en el mayor atraco de la historia estadounidense de los trabajadores y los consumidores a los bancos y las carteras de los súper-ricos.

Ahora mismo esta tarde a unos 400 estadounidenses tienen más riqueza que la mitad de todos los estadounidenses combinadas.

Déjame decirlo de nuevo, y por favor, alguien en los medios de comunicación, sólo tiene que repetir este hecho una vez. No somos codiciosos.

Estaremos encantados de escucharla una sola vez. 400 personas obscenamente ricos, 400 Mubarak poco, la mayoría de los cuales se beneficiaron de algún modo de la multi-billones de dólares de rescate de los contribuyentes de 2008 tienen ahora más dinero en efectivo, acciones, y la propiedad de los activos de 155 millones de estadounidenses combinadas.

Aquí es la parte 2:

Ver en directo de vídeo de theuptake en livestream.com

Moore dijo: “No tengo nada más que una educación secundaria, pero el gobernador de Walker cuando yo estaba en la escuela todos los estudiantes tuvieron que tomar un semestre de la economía para poder graduarse, y esto es lo que aprendí.

El dinero no crece en los árboles, a menos que sea un árbol de palma. Crece cuando hacemos las cosas. Se crece cuando tenemos buenos empleos con buenos salarios que usamos para comprar las cosas que necesitamos, y ¿adivinen qué? Eso crea más puestos de trabajo.

Y añadió: “Se crece cuando se proporciona un excelente sistema de enseñanza. Un sistema educativo que luego crece una nueva generación de empresarios, inventores, científicos, pensadores.

Las personas que se van a plantear en la próxima gran idea para este planeta, y las ideas que crear puestos de trabajo, y los puestos de trabajo de carácter fiscal de impuestos, pero los pocos que tienen la mayor cantidad de dinero no quieren pagar su parte justa de los impuestos. “

Moore habló sobre cómo los ricos evasores de impuestos se estrelló nuestro sistema económico,

“Ellos prefieren invertirlo en un casino de juegos de azar conocido como Wall Street apuesta a favor o en contra de la bolsa de valores o en contra de su hipoteca, y sufre toda la población, ya que la riqueza se ha quitado de la circulación.

¿Qué es tan cínica de esto es que las mismas personas que no pagan sus impuestos se estrelló nuestro sistema económico.

Ellos crearon el desempleo, que nos ha costado los ingresos fiscales y los estados como Wisconsin han terminado con una crisis presupuestaria para los llamados, pero de Wisconsin no se rompió. “

Michael Moore llamó el presupuesto de Wisconsin, una crisis de las tres mentiras más grandes de la última década,

¿Qué son las tres más grandes mentiras de la última década?

Vamos a repetir.

El número uno de Wisconsin está roto.

El número dos no hay armas de destrucción masiva en Irak, y el número tres de los Packers necesidades Farve para ganar el Super Bowl.

La nación no está roto, mis amigos. Hay un montón de dinero para la vuelta, mucho, mucho. Es sólo que los responsables han desviado de que la riqueza en un pozo profundo que se encuentra en sus haciendas bien guardado.

Ellos saben. Ellos saben. Ellos han cometido crímenes para que esto suceda. “

Moore hizo algo brillante. Cambió la narración. Los republicanos quieren que la historia de Wisconsin que sobre el presupuesto.

A principios de los demócratas se centraron en las cuestiones de la libertad y la negociación colectiva. Moore ampliado el mensaje y crear una narrativa acerca de cómo tercera décadas de políticas económicas a favor de las empresas y pro-ricos han redistribuido la riqueza de la nación de la gente a un grupo pequeño de ricos muy ricos.

Esta es la historia que aterroriza a los políticos conservadores y la red de riqueza de los multimillonarios que les pertenece.

Wisconsin no se trata sólo de la libertad de los sindicatos y la negociación colectiva. En un nivel más profundo, Wisconsin es acerca de la redistribución de la riqueza sistémica que el Partido Republicano ha supervisado desde 1980.

Se trata de crear un sistema de castas económicas donde los ricos siempre ricos y estancia resto de nosotros estamos destinados a su servicio.

Los conservadores han experta escondieron sus verdaderos motivos por años con distracciones como las guerras de la cultura, ya veces tiro guerras como en Irak.

Mientras que Estados Unidos se centraba en el nivel de alerta terrorista, George W. Bush estaba recogiendo el manto de Ronald Reagan y la redistribución de la riqueza.

Si los republicanos y sus titiriteros tienen éxito en romper la espalda de los trabajadores organizados a continuación, millones de estadounidenses serán devueltos a una forma de servidumbre económica que se creía haber sido desterrado hace décadas.

Wisconsin es el campo de batalla y los sindicatos son nuestra última línea de defensa, y nada menos que la libertad económica, y el “sueño americano” dependerá de los resultados.

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