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España. Mitosis bancaria: banco bueno – banco malo

España. Mitosis bancaria: banco bueno – banco malo

 

Propuesta de los bancos e inmobiliarias españolas: «Crear una especie de congelador, donde se metan los peores activos inmobiliarios, fundamentalmente suelos, y que sea adquirido por el Estado.»


Que es un banco malo?

Se trata de una maniobra de ingeniería financiera para socializar las pérdidas financieras trasladando los activos tóxicos del balance de un banco a otra entidad – banco malo – sostenida con fondos públicos. Se presenta como una solución a la crisis bancaria dando por supuesto que el “banco bueno” resultante queda en condiciones de volver a ejercer como tal, mientras que el banco malo – sin la presión de la insolvencia a corto plazo – podrá recuperar parte del valor de los activos tóxicos vendiéndolos una vez superada la crisis.

Riesgo sistémico y banca zombie

La mayoría de las empresas no bancarias procuran mantener un Fondo de Maniobra positivo para mantener su solvencia a corto plazo (los activos a corto plazo superan sus pasivos a corto plazo). Los bancos tienen, por definición, un Fondo de Maniobra negativo, es decir, que si sus depositantes exigen la devolución de sus depósitos todos de golpe, el banco resultaría insolvente a corto plazo. De ahí el temor a un pánico bancario y al riesgo sistémico como el que se produjo en EEUU durante la Gran Depresión de los años 30, que barrió a miles de bancos sanos.

Para evitar una avalancha de este tipo se diseñó un sistema de garantías (Banco Central como prestamista de última instancia, Fondo de Garantía de Depósitos, …).

La desregulación financiera de las últimas décadas convirtió lo que era una garantía para el buen funcionamiento de las finanzas en un seguro para las manipulaciones financieras neoliberales. Burbuja tras burbuja, los participantes y actores principales siguen siendo siempre los mismos. Raramente se producen bajas. Los bancos, a diferencia del resto de negocios, no quiebran. Si la crisis perdura se convierten en bancos zombies, entubados al sistema de garantías, que no prestan y que esperan resucitar en una nueva burbuja.

Soluciones neoliberales: Bancos buenos y estados enfermos

Para devolver a la circulación a la banca zombie, el estado “compra” los activos tóxicos al falso precio que figura en sus balances. Los bancos se curan y el Estado enferma. Si usted no contrató una hipoteca antes de la crisis, la banca se las ha arreglado para colocarle una (de unos 20.000 € por habitante) a 30 años y sin necesidad de firma.

Esta socialización de pérdidas tiene dos variantes:

a) Se crea un “gran banco malo” que compra, en nombre del Estado, los activos tóxicos de todos los bancos (NAMA irlandés).

b) Mitosis bancaria neoliberal.


La normativa vigente permite al banco enfermo mantener en su Activo unos activos tóxicos (45) que si los hubiera de vender no sacaría más de 20. Si en lugar de 45 figuraran por 25, el banco precisaría de nuevas aportaciones de capital y/o más endeudamiento. Pero como nadie quiere comprar acciones ni arriesgarse a prestarle, el banco se dedica a atesorar y no presta a nadie. Es decir, no ejerce como banco. Se trata de un banco zombie.

Cada banco zombie se divide en dos. Un banco malo “compra” los activos tóxicos que pasan a formar parte de su Activo. En el Pasivo figura la deuda del dinero prestado por el estado para la compra y el capital, que puede ser del estado (todas las pérdidas las asume el Estado) o del banco bueno (los accionistas asumen una pequeña parte de las pérdidas). El banco bueno se queda con los activos.


Ahora el “banco bueno” tiene caja que prestar y posibilidades de ampliar su capital en el mercado (su ratio de capital es muy baja aun 10/105 = 1%). Los obligacionistas (que prestaron a la ligera al banco zombie) quedan asegurados y los accionistas ludópatas también.

Evolución posterior: Nada asegura que vuelva a prestar a los ciudadanos. Antes deberá aprovisionarse de capital. Mientras no lo consiga, los depositantes no pueden estar tranquilos puesto que la ratio de capitalización sigue siendo muy baja.


A medida que pasa el tiempo se multiplican los impagos y el banco malo se hace insolvente. Según los ponentes de esta solución, el “banco malo” intentará vender «paulatinamente» sus activos tóxicos para devolver el préstamo y las ayudas del Estado. Le llaman también «banco expiatorio» como si los pecados fueran de todos. En el caso español, como lo tóxico son inmuebles, su venta rebajaría su precio y dejaría a la mayor parte de la banca en pelotas. Si hay recuperación económica puede que el Estado recupere algo; sino la hay, lo más probable, la hipoteca queda a cargo de los contribuyentes indefinidamente.

Problemas de las soluciones neoliberales

Todos sus defensores no pueden dejar de soslayar que para que “funcionen” (no acaben en bancarrota del Estado benefactor) es necesaria una fuerte recuperación generalizada (una nueva burbuja) lo que no parece ser el caso.

Caven dos variantes monetarias

a) Si el Estado emite su propia moneda, la inyección monetaria se traducirá en una depreciación de su divisa y presiones inflacionarias (Suecia, EEUU). La depreciación aumentaría su competitividad exportadora.

b) Si el Banco Central no puede emitir su propia moneda, como en nuestro caso, significa que habrá de endeudarse para poder comprar los activos tóxicos. Si la mitosis bancaria se hace al principio de la crisis, cuando los niveles de endeudamiento no son preocupantes, se podría evitar el sobreendeudamiento y las malas cualificaciones por parte de las agencias de rating. Si se hace tarde, con una ratio deuda/PIB alta, el rescate a manos del FMI o/y una devaluación interna infernal hipotecará a más de una generación de contribuyentes.

Experiencias precedentes de bancos malos

EEUU

Son numerosos los experimentos precedentes de esta sofisticada ingeniería financiera. En los 80, el First City Nacional Bank de Houston creo un banco malo con la aportación pública de 1000 mill de $. El banco se recuperó pero volvería a las andadas unos años después. El Mellon Bank de Pittsburg experimentó otra mitosis a finales de los noventa.

Tras el crac de 2008 se planteó la creación de un banco malo en EEUU para rescatar a Wall Street. La ingeniería del rescate desestimó la idea dada la enorme magnitud de los balances requeridos. Se optó por diluir las transfusiones vía Fanni Mae y Freddy Mac (bancos hipotecarios nacionalizados que adquirieron los activos tóxicos) y la aseguradora AIG, sostenida con fondos públicos.

Suecia

En Suecia, la desreglamentación financiera de los 80 animó a los bancos a financiarse en el exterior y generó una burbuja inmobiliaria que afectó también a Noruega y Finlandia. La burbuja pinchó en 1990. Entre esta fecha y 1995 los precios de la vivienda cayeron un 25%. La moneda (corona escocesa) del país se tambaleó y forzó una subida de los tipos de interés del 500% para evitar una desbandada de los inversores internacionales. El desempleo pasó de menos del 3% en 1990 al 12 % en 1993. Varios bancos quebraron. El pánico bancario estaba a la vuelta de la esquina.

En septiembre de 1992 el estado sueco salió al rescate garantizando todos los depósitos y créditos a los 114 bancos del país pero exigió someterlos a una severa auditoria para evaluar sus pérdidas antes de acudir al fondo de rescate. El objetivo era que los inversores extranjeros siguieran prestando a los bancos suecos.

Las pérdidas declaradas por los 7 bancos más importantes equivalían al 12% del PIB. La morosidad se había elevado al 11%, cifra que superaba de largo los fondos propios de buena parte de los bancos. La auditoria demostró que el Gota y Nordebahken (los dos más importantes) eran insolventes por lo que fueron nacionalizados.

El estado creó dos grandes bancos malos, Securum y Retriva, que compraron los activos tóxicos (inmuebles, campos de golf en España, …) del resto de la banca sueca. Entre recapitalizaciones y adquisiciones de tóxicos, la factura se elevó a unos 11.700 mill. de dólares (unos 12.000 millones de euros actuales, es decir, más del 7% del PIB sueco.

España: FROB = 90.000 mill. €, de momento; FAAC = 30.000 mill. € ya gastados)

El saneamiento financiero permitió devaluar la corona sueca en un 30% con lo que se reactivó la economía vía exportaciones. En 1996 los bancos habían vuelto a prestar normalmente. Se retiraron las garantías estatales y los bancos malos consiguieron recuperar parte del dinero público del rescate en los años posteriores. Sin embargo, a principios del 2ª milenio, volvieron a las andadas con arriesgados préstamos – 90.000 mill.€, el 18% del PIB – que hincharon la burbuja inmobiliaria de los países bálticos.

El NAMA (National Asset Management Agency ), el banco malo irlandés

Irlanda está siguiendo el modelo sueco pero a lo bestia. En una pequeña economía (4,3 mill. de habitantes) el banco malo, NAMA pagará más de 90.000 millones de € a cambio de los activos tóxicos de la banca irlandesa (unos 18.000 €/persona). Los euros necesarios provendrán de las colocaciones de bonos emitidos por NAMA y garantizados por el Estado, en los mercados.

NAMA fue una entre otras medidas tomadas por el gobierno de Irlanda (deuda bancaria = 300% del PIB) tras el crac del 2008. Antes había garantizado todos los pasivos bancarios (depósitos y préstamos: 0.5 bill €), nacionalizado los quebrados Anglo-Irish Bank, AIB y Irish Nationwide, inyectado enormes sumas al resto de entidades vía fondo de pensiones (el fondo de pensiones irlandés ha adquirido las nuevas emisiones de acciones de los bancos). El resultado inmediato del banco malo ha sido el aumento de la deuda pública, el estímulo de la especulación, el subsiguiente rescate (85.000 mill. € al 5,8%) y la cesión del control de su economía al FMI.

La situación económica ha ido empeorando. El 24 de nov. de 2010 el gobierno irlandés aceptó las condiciones impuestas por el FMI: subida del IVA hasta el 23%, eliminación de 25.000 funcionarios, reducción de prestaciones sociales en 3.000 mill. €, subida del impuesto sobre la renta, utilización del fondo de pensiones para enjuagar la deuda bancaria, … cada familia de 4 miembros deberá 200.000 € de deuda pública en 2015. La juventud está abandonando Irlanda. Uno de cada tres jóvenes ya ha hecho las maletas.

La crisis hipotecaria y los desahucios se han mantenido a raya mediante ayudas estatales y financiación bancaria. Lo que viene es una avalancha de impagos y desahucios y caída en picado de los activos inmobiliarios a medida que discurre el tiempo y se acaba el dinero. Los mercados de CDSs están apostando por un default irlandés en 2105. (un 20% de los ingresos habrá que destinarlos a pagar intereses de la deuda)

Además, la laxa normativa que regula el NAMA ha generado fuertes suspicacias sobre su actuación (errática valoración de los activos adquiridos, opacas ventas de activos a precios infravalorados cuyos compradores los han revendido a precios superiores, …) y sus posibilidades de recuperación.

La mitosis bancaria llega a España

Una bomba de relojería:

Hasta el pasado verano el presidente del Banco de España se negó a contemplar esta posibilidad. La estrategia, hasta el momento, se basaba en negar que en España hubiera crisis financiera. Distorsionar los precios y engañar a los mercados. Las entidades se han dedicado a camuflar sus problemas dirigiendo todos sus recursos a alargar la vida de sus destartalados préstamos inmobiliarios. El estado ha garantizado todos los depósitos y avala las nuevas emisiones de deuda de las entidades.

Cuando finalmente quedó en evidencia que muchas entidades eran verdaderos zombies financieros – Caja Castilla la Mancha CCM, Caja Duero, Cajasur, Caja Cantabria, Caja Rioja, Caja España, Caja de Ahorros del Meditérraneo (CAM) Caixa Catalunya, …- , el Banco de España continuó con su estrategia intentando camuflarlas mezclándolas en los balances de entidades menos tocadas (fusiones frías con ayudas públicas). Del zombie Caixa Catalunya se ha pasado al zombie Catalunya Caixa y así por el estilo. Una retahíla de nombres y siglas para marear a los mercados (y, por supuesto, al contribuyente mientras se le van traspasando las pérdidas).

Pero los bancos y cajas siguen sin prestar y el colapso se hace evidente a medida que se acerca el vencimiento de la deuda exterior de las entidades. El endeudamiento exterior de nuestros bancos y cajas equivale a más del 54% del PIB (PIB =1 billón €). El 15% de esta deuda vence en junio de 2011, el 25% en 2012 y el 60% en 2013.

Finalmente, como en Irlanda, los mercados ya no tragan y exigen que se socialicen todas las pérdidas privadas.

¿Un NAMA hispano?

Según las estimaciones muy conservadoras del IESE, en España el coste de un banco malo tipo NAMA supondría un total de 100.000 millones, un 10% del PIB (un 20% del total de hipotecas). Como España está en Eurolandia, esto significaría colocar 0,1 billones de deuda pública adicionales en unos mercados que ya han forzado 3 rescates de PIGS.

Mejor una bomba racimo de bancos malos

Cuando en muchos casos aún no se había completado la fase de las fusiones frías, el FMI exige que se proceda de inmediato y sin delación posible a la socialización de las pérdidas financieras mediante múltiples “bancos malos”. La Caixa, Unicaja, Caja España-Duero, Novacaixagalicia, Bankia (SIP de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas; su banco malo – Banco Financiero y de Ahorros – cargará, el solito, con 53.000 mill de tóxicos), ya han anunciado, con sorprendente euforia, sus respectivos tandems “banco bueno – banco malo”. Bancos buenos dirigidos por los mismos elementos responsables de la crisis (y con las obligaciones de la banca extranjera en sus pasivos) y bancos malos cargados de activos inmobiliarios incobrables cuyos propietarios, vía FROB, vamos a ser los contribuyentes y que, por supuesto, no nos van a permitir dejarlos quebrar.

Bancos muy, pero que muy malos, puesto que las Cajas no tienen accionistas sobre los que repercutir parte del coste (como se hizo en Suecia, EEUU, Suiza, …), así que toda la penalización va a recaer en el contribuyente, pecador e hipotecado de por vida, propietario, sin quererlo ni beberlo, de una plétora de bancos «expiatorios».

¡VIVA EL FROB!

Mitosis alternativa (propuesta por Hall-Woodward-Bulow)

En febrero-marzo de 2009, a propósito de los rescates financieros en EEUU, se abrió un sonado debate a cerca de las mitosis bancarias. Un puñado de economistas abogaron por una mitosis que minimizara la intervención estatal e hiciera recaer el coste del ajuste en los verdaderos responsables de la crisis: accionistas y obligacionistas ludópatas.


En esta solución, el banco bueno se queda con los activos normales. En el pasivo se queda con los depósitos. Además cuenta con el préstamo público que podrá devolver sin dificultad. La diferencia constituye su patrimonio neto.

Evolución posterior: Su situación está saneada y puede volver a prestar a los ciudadanos. Los depositantes pueden estar tranquilos puesto que el banco es totalmente solvente y su capitalización es 16/48 = 33%


El banco malo se queda con los activos tóxicos, pero incorpora a su activo el capital en el banco bueno (le interesa que el banco bueno funcione). Se queda las obligaciones (deudas a la banca extranjera) en su pasivo con lo que su capital (Patrimonio Neto) se queda igual (8) que en la situación de partida.

Evolución posterior: A medida que se deterioren sus activos tóxicos el banco malo se va haciendo más insolvente con lo que el capital desaparece (el coste recae en los accionistas, no en los contribuyentes). La insolvencia significa que habrá que reestructurar la deuda (reducir las obligaciones) y vender las acciones del banco bueno, con lo que el coste recae en los acreedores y no en los contribuyentes.

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