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La derecha conservadora y antiliberal, ante la crisis de deuda


La derecha conservadora y antiliberal, ante la crisis de deuda

Teniendo presente todos los compromisos de gasto, el pasivo total español, tanto público como privado, alcanzaría el 350% del PIB.

2011-08-31
FERNANDO SERRA

Aunque las crisis económicas generan sobre todo penalidades, también sirven para incentivar el ahorro, fundamento básico de todo desarrollo capitalista, y para reasignar las inversiones excesivas o mal orientadas hacia actividades con mayor capacitad de generar riqueza. También los ciclos depresivos deberían aportar enseñanzas a analistas, agentes económicos e incluso a políticos para evitar que se vuelva a caer en errores anteriores.

La crisis actual se gestó por una política monetaria excesivamente laxa por parte de la Reserva Federal desde el inicio de la pasada década y por el Banco Central Europeo después, lo que multiplicó las inversiones con financiación ajena. Se hizo patente cuando muchos activos, los inmobiliarios especialmente, llegaron a estar tan revalorizados por la expansión crediticia que los bajos rendimientos obtenidos con ellos hicieron que a sus dueños les interesara más venderlos.

Estalló entonces la burbuja inmobiliaria que paralizó al resto de los sectores productivos y afectó también a un sistema financiero demasiado expuesto al mercado de la vivienda y ya pervertido por haber solapado muchos años atrás dos negocios bien diferentes.

Es decir, por permitirse que una misma entidad pueda endeudarse a corto plazo con sus depositantes y que utilice este dinero ajeno para realizar inversiones a largo, préstamos hipotecarios sobre todo, sin mantener una reserva fraccionaria suficiente que garantice su solvencia. Se creó por tanto un sistema bancario insolvente por naturaleza.

El error del keynesianismo

El ciclo depresivo se agravó cuando los gobiernos aplicaron políticas keynesianas que vanamente intentaron reactivar la «demanda agregada», es decir, el consumo y la inversión, con planes artificiales de estimulo que desincentivaron el ahorro y provocaron enormes desequilibrios fiscales y endeudamientos nunca conocidos.

Ha hecho falta en consecuencia emitir deuda pública de forma masiva y con vencimientos agobiantes, lo que ha absorbido recursos y gran parte de la oferta crediticia del sistema bancario, cerrándose entonces el grifo financiero hacia actividades productivas.

Los ajustes realizados, primero por el sector privado de forma espontánea y tardíamente decretados en el público, han determinado que las economías más estancadas apenas generen recursos suficientes para saldar sus deudas y que las administraciones sean incapaces de amortizar sus obligaciones de pago porque, al necesitar refinanciarse una vez tras otra, las emisiones de deuda son cada vez más costosas dado que los inversores reclaman lógicamente mayores intereses, y porque además la fuente de ingresos impositivos ha quedado casi agotada.

Esto ha llevado a los países más despilfarradores al borde de la suspensión de pagos y a que los menos endeudados acudan en su ayuda con préstamos pera salvar la moneda o el sistema financiero que comparten, pero ello hace que también los segundos sufran mayores desequilibrios en sus cuentas y que su actividad se frene igualmente.

La crisis puede haber llegado a un punto de no retorno porque si se deja quebrar a los países más insolventes o se producen salidas desordenadas de la eurozona, posiblemente se desencadene una crisis bancaria similar a la de la Gran Depresión.

Por el momento, lo que ya se ha generado es un círculo vicioso que está precipitando a las economías hacia una segunda recesión, agudizada este verano cuando una parte sustancial de la deuda privada es más difícil de saldar debido a que muchos valores cotizados se han desplomado.

Los problemas del euro y los mercados laborales

Una crisis tan compleja y extensa debería aportar muchas y nuevas enseñanzas, aunque tal vez lo más sorprendente es que no ha evitado caer en viejos errores. Ya se sabía que cuando se establece un área económica con moneda única hace falta fijar unos criterios comunes de homogeneidad y estabilidad.

Al crearse el euro los países integrantes quedaron sometidos a una única autoridad monetaria que fija iguales tipos básicos de interés y obligados a mantener una inflación controlada y unas cuentas públicas relativamente equilibradas en cuanto a déficit y deuda.

Quedaba por aprender, y los inversores del mercado de deuda soberana nos han enseñado en estos años de crisis, que también hace falta que exista en la zona euro otros factores de homogeneidad tan importantes como los establecidos en Maastricht.

Es bien sabido, por ejemplo, que un espacio económico con moneda única no puede subsistir sin total libertad de movimientos del factor capital y del factor trabajo, y así quedó establecido sobre el papel.

Pero mientras que esto resulta real con relación al capital, no existe en la práctica cuando la mano de obra intenta desplazarse por una zona monetaria que mantiene muy diferentes regulaciones laborales.

Los agentes de cualquier mercado cuentan con una información parcial y los que operan en los de deuda podrían considerar que una divergencia en las tasas de paro es señal suficiente para desconfiar de la solvencia de los países que sufren mayor desempleo.

Sin embargo, los inversores financieros exigen mayor información y, cuando se deshacen de títulos de deuda o reclaman una mayor prima de riesgo a la hora de adquirirlos, muestran su rechazo amercados laborares poco flexibles como el español, con modelos de contratación rígidos y con intervenciones sindicales que obligan a revisar salarios de acuerdo con la inflación.

Los mercados de deuda castigan, en suma, que no sea posible ajustar los costes laborales al incremento de la productividad marginal del trabajo o, dicho con otras palabras, que los salarios no reflejen la contribución del trabajador al aumento de la utilidad del producto o servicio.

La crisis del mercado de deuda ha venido a confirmar que la rigidez laboral que sufre España es incompatible con su integración en el euro y tiene un elevadísimo coste en desempleo.

El peligro de la inflación

Más enseñanzas se deducen del proceso que ha terminado en la crisis de solvencia que padecemos. Experiencias anteriores ya han demostrado que creando dinero por encima de lo que crece la economía solamente se consigue aumentar la inflación, lo que provoca a su vez que los tipos de interés reales, los que verdaderamente influyen sobre las decisiones de ahorro, inversión y consumo, tiendan a bajar.

Si además los bancos centrales mantienen los tipos básicos excesivamente reducidos, los ahorradores, inversores y consumidores recibirán una distorsionada información que les hará ahorrar poco y endeudarse mucho, realizando entonces las empresas inversiones arriesgadas y gatos excesivos los consumidores.

Y si para colmo los gobiernos –todos, aunque algunos más que otros- se endeudan alocadamente al aplicar estímulos económicos y monetarios artificiales, como el Plan E de Zapatero, se llega a la terrible situación actual.

Si bien el endeudamiento privado tiende a corregirse espontáneamente -aunque con grandes dificultades cuando se combina con uno público que resta recursos a empresas y particulares-, los mercados nos han mostrado que la deuda soberana tiene un límite que, sobrepasado, paraliza la actividad económica y conduce irremediablemente a la quiebra, resultando además incompatible con la estabilidad de una zona monetaria.

No obstante, el endeudamiento no es un fenómeno reciente sino que viene de muy lejos aunque se haya disparado por los estímulos artificiales aplicados durante los cuatro años de crisis.

Según datos de Intelligence Unit, el endeudamiento público mundial era ya el pasado año de 42,6 billones de dólares, casi el 60 por ciento del PIB del planeta, frente a los 28 billones de 2007 cuando empezó la crisis. Es decir, ha crecido un 50 por ciento en tres años.

No obstante, en 2000 la deuda pública mundial sumaba 18 billones, por lo que resulta que durante los tres años de recesión ha aumentado en unos 5 billones -1,6 billones de media cada año-, mientras que en los siete anteriores de expansión el endeudamiento creció 10 billones -1,4 billones por año-, una diferencia por tanto muy escasa. Y se ha concentrado más en los países desarrollados que en los emergentes, al margen del color político de sus gobiernos.

El descomunal aumento del sector público y de la deuda acumulada se debe sobre todo a un Estado de Bienestar que ha ido agigantándose a lo largo del siglo y que ya dedica en prestaciones sociales alrededor del 65% del gasto público total, como sucede en la zona euro. Las funciones esenciales y tradicionales del Estado -defensa, justicia, seguridad y política exterior- suponen aproximadamente el 10% del presupuesto, mientras que el gasto corriente, obras públicas, financiación de la deuda y otros asuntos económicos se llevan alrededor del 25% restante.

Así pues, el actual problema de deuda no se debe sólo a los recientes planes de estimulo, ni siquiera en la inyección monetaria y crediticia de la década anterior, sino que estas políticas han venido a colmar un endeudamiento que se ha ido acumulando por mantener deficitarios durante muchos años los ingresos sobre los gastos.

En España, durante el siglo y medio comprendido entre 1850 y 2000, solamente en 29 años los presupuestos se han cerrado sin déficit.

Insostenible gasto social

El núcleo de la crisis de la deuda actual reside en el insostenible, y en muchos casos ineficaz, gasto social –pensiones, sanidad, educación y desempleo, fundamentalmente-. Esto es lo que despierta las mayores dudas sobre la solvencia de los países que mantienen desequilibrios en sus cuentas, acumulan abultadas deudas, las refinancian con calendarios de vencimientos apretados y tienen sus economías estancadas.

Los mercados de deuda saben perfectamente que recortar el gasto corriente sin tocar el social es totalmente insuficiente para hacer frente a la abultadísima deuda, que en realidad en mucho mayor de lo que indica la contabilidad oficial.

Según los criterios de la UE, no se contabilizan como déficit los compromisos de pago derivados de un sistema piramidal y de reparto de las pensiones, y de una sanidad y educación públicas que, por gratuitas y universales, generan demandas infinitas, así como tampoco las facturas emitidas por proveedores pero no pagadas por las administraciones.

Teniendo presente todos estos compromisos, el pasivo total español, tanto público como privado, externo e interno, alcanzaría el 350% del PIB, es decir, tendríamos que estar tres años y medio trabajando sin consumir nada para saldar nuestra deuda.

Los mercados también expresan con claridad que un problema de deuda únicamente se soluciona conmedidas que tienen como objetivo principal saldarla o, si no es posible de forma inmediata, que se plantean negociar con los acreedores una quita sobre el principal o una ampliación de los plazos de vencimientos con nuevos intereses.

Algo simple y que bien conocen las empresas y particulares que se declaran en concurso de acreedores, pero que no terminan de entender los políticos.

Por ello fracasan estrepitosamente todas las alternativas que proponen: rescate de los países en quiebra con nuevos préstamos; compra de títulos por parte del Fondo de Estabilidad o del Banco Central Europeo, es decir, monetización de la deuda lo que genera inflación y transferencias de rentas desde los ahorradores a los deudores; emisión de eurobonos, o prohibición de operaciones especulativas a corto o de ventas al descubierto.

Peor es que se pretenda, como quieren el candidato Rubalcaba o el Nobel Krugman, insistir con nuevos planes de estímulo, es decir, con más endeudamiento. En esencia, todas las propuestas políticas suponen «pasarse la pelota» de un deudor a otro o, en el peor de los casos, «engordar la pelota» creando más deuda.

Ninguna empresa y particular con problemas de solvencia por haber gastado más de lo que ha ingresado durante un largo tiempo optaría por seguir endeudándose y pensaría, por el contrario, que sólo cabe ajustar drásticamente su presupuesto por el lado del gasto. Si el sentido común sigue imperando y la deuda creciendo, elegiría reducir primero la mayor partida del gasto. Parece sin embargo que este sentido es muy poco común entre la clase política de uno u otro signo.

Las funciones del Estado

Solamente el sector más opuesto al intervencionismo del Partido Republicano norteamericano parece comprender que el Estado debe volver a sus funciones decimonónicas, reduciendo su tamaño y ofreciendo prestaciones sociales de forma únicamente subsidiaria, mientras que la derecha europea es tan defensora del Estado de Bienestar como la izquierda, si no más. Basta recordar la posición que tomó Rajoy ante el sorprendente giro que realizó Zapatero cuando en mayo de 2010 anunció un tímido recorte del gasto.

El presidente del PP se opuso al paquete de medidas que se concretaron en una bajada de sueldos a los funcionarios, congelación temporal de las pensiones, paralización de obras públicas, eliminación del «cheque bebé» y reducción de la ayuda al desarrollo.

Y también se opusieron los populares a la única reforma de importancia realizada durante la crisis, la del sistema de pensiones, que supondrá una bajada de las prestaciones de alrededor del 20% a partir de 2013, un recorte absolutamente necesario para al menos alargar la vida de un sistema que está abocado a la quiebra, aunque seguramente llegará tarde para evitar la suspensión de pagos.

El PP se limita a decir machaconamente que el Gobierno de Zapatero ha hecho el mayor recorte de los «derechos sociales» de la historia y propone como alternativa meras reducciones del gasto corriente y la eliminación de algunas subvenciones, creyendo que así será posible recuperar la solvencia y generar empleo (sic).

Cuando un partido socialdemócrata como el PSOE se atreve a recortar el Estado del Bienestar –rebaja de las pensiones y del subsidio de desempleo-, sorprende que los dirigentes del partido de la oposición que más se proclaman liberales actúen en sentido opuesto.

Este es el caso de la presidenta madrileña Esperanza Aguirre cuando defiende con entusiasmo la prestación de la sanidad de forma «universal y gratuita» y se opone al copago, al tiempo que extiende la educación pública a cada vez más colectivos y con mayores servicios.

Al margen de que afortunadamente ninguna prestación es nunca totalmente universal ni gratuita, introducir el copago en la sanidad, como ya existe en casi todos los países europeos, tendría efectos beneficiosos sobre la demanda ya que sería al menos mínimamente regulada por el mecanismo de precios y no como ahora por las listas de espera o por la saturación del servicio, siendo lo de menos el efecto recaudatorio que tuviera.

Una política que tanto hace gala de sus convicciones liberales, y que en consecuencia es partidaria de reducciones impositivas, debería también entender que sin recortes del gasto las rebajas de impuestos son inútiles.

Cuando las empresas y familias soportan menos carga impositiva, los recursos liberados se dirigen más a incrementar el ahorro que hacia el consumo o la inversión en las etapas depresivas. Pero si al mismo tiempo el Tesoro se ve obligado a emitir títulos con rentabilidades atrayentes, al ahorro será absorbido por el mercado de deuda pública. Así pues, las bajadas de impuestos sin reducciones paralelas del gasto público no inciden positivamente sobre el ahorro y no ayudan por tanto a salir de la crisis.

Es indudable que la derecha, además de desconfiar de los estímulos gubernamentales encaminados a reactivar la economía, es más consciente que la izquierda de la importancia que tiene mantener el equilibrio presupuestario y una presión fiscal reducida.

Por eso suele ser más cuidadosa con el gasto público aunque es tan partidaria como la izquierda en dedicar ingentes partidas a la educación, la sanidad y las pensiones, los grandes pilares del Estado de Bienestar.

Pero lo que más sorprende es que también la derecha supuestamente liberal sea la más firme defensora de ofrecer estos servicios sociales de forma gratuita y universal, algo que encierra en su propia naturaleza el cáncer de la insolvencia por generar demandas infinitas con ofertas limitadas.

No resulta tan extraño al comprobar que a lo largo del pasado siglo fue la derecha la que creó y luego abanderó –aunque la socialdemocracia concluyó el proceso- la monopolización por parte del Estado de unos servicios sociales que antes eran ofrecidos por instituciones privadas, religiosas muchas de ellas. En su libro La economía explicada a Zapatero y a sus sucesores, Pedro Schwartz busca los pensadores y políticos que más han contribuido en lo que él califica «la disolución de la tradición liberal clásica a manos de élites sentimentales».

Cita Schwartz entre los protagonistas de este empeño al economista John Stuart Mill, al canciller alemán Otto von Bismarck, al presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, al reformador social británico William Henry Beveridge, e incluso a John M. Keynes cuando su pensamiento «bipolar» le acercaba al liberalismo. Posiblemente habría que añadir al teórico de la justicia social John Rawls.

Todos ellos mantuvieron posturas contrarias al socialismo marxista y, desde posiciones conservadores, e incluso liberales en algunos aspectos, crearon las bases teóricas y políticas de lo que hoy se entiende como Estado de Bienestar y que, curiosamente, ha terminado siendo la principal seña de identidad de la izquierda, tanto la socialdemócrata como la comunista.

Mill porque defendió la economía de mercado para la producción y el socialismo para la distribución; Bismarck porque fue el primero que instauró el sistema de seguridad social para los trabajadores industriales alemanes que luego se universalizó bajo el Tercer Reich; Roosevelt porque con su New Deal consiguió que en Estados Unidos se denomine «liberal» a lo en Europa se entiende como «socialista», Beveridge porque en su famoso informe defendió que el bienestar de la sociedad sea «responsabilidad del Estado», y Keynes porque siendo simpatizante en los años veinte del Partido Liberal comenzó a defender la posibilidad de reducir el desempleo gracias a un Estado benefactor que realice obras públicas.

Por su parte, el filósofo norteamericano «liberal» Rawls defiende el papel social de los poderes públicos desde la ética al considerar injusto que no exista control individual frente a las desigualdades, siendo entonces el Estado de Bienestar el encargado de garantizar la equidad.

Todos ellos han contribuido a que nuestros políticos actuales, ya sean de izquierdas o de derechas,hayan asumido una ideología que considera «derechos» a lo que son meras «necesidades», y a complacer a sus electorados con servicios sociales cada vez más costosos sin aceptar el incómodo coste de elevar los impuestos para pagarlos.

Como han demostrado James Buchanan y Richard Wagner en su obra Democracia en déficit, al romperse el nexo entre gasto público y tributación, la clase política ha descubierto que endeudándose consigue transferir la carga a generaciones futuras sin poner en peligro su poder.

Y a los ciudadanos-contribuyentes sólo les queda la posibilidad de elegir entre unos políticos y otros igualmente manirrotos.

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Commotion, la red de comunicación paralela, cifrada y no monitorizable


Commotion, la red de comunicación paralela, cifrada y no monitorizable

 

avatarArnau Fuentes  31 de agosto de 2011 | 15:47

Red casera

Uno de puntos fuertes de la batalla por Internet es el ansia de control total de las comunicaciones.Quien habla con quien, sobre qué, cuando y con que frecuencia. Para dificultar que los estados y sus agencias consigan esa información, los usuarios podemos aplicar diversos esquemas de protección, cifrado y navegación más o menos anónimaal menos hasta que los prohiban.

Pero Internet no es solamente la web, o el correo, o la mensajería instantánea o el intercambio de ficheros. Existen más cosas, como por ejemplo Usenet, o Free Net, ambos siendoejemplos claros que demuestran que no es necesario ejercer control ni crear legislación añadida sobre las redes de comunicaciones para que éstas funcionen a la perfección, sin problemas mayores.

En la actualidad, tanto Usenet como Free Net ‘trabajan’ en su mayor parte usando la red de comunicación conocida como Internet, y que se basa en las conexiones que proporcionan las operadoras de telefonía. Por tanto, dichas operadoras pueden llegar a convertirse en una suerte de filtros, si finalmente se aprueban las nuevas leyes restrictivas destinadas a protegernos de nosotros mismos.

También existen redes de comunicación ‘paralelas’ a las que nos ofrecen las operadoras, como bien podría ser Guifi.net, que empezó sus andanzas hace ya años en las tierras de la Catalunya central y que ahora se extiende por todo el planeta.

Pero ahora imagínense lo mejor de cada casa, remezclado y unido en un solo paquete: un sistema de comunicaciones global, cifrado, distribuido y fuera del control de las agencias gubernamentales. Se llama Commotion y las primeras versiones completamente operativas podrían estar listas a finales de otoño o inicios de 2012.

Commotion es un conjunto de software que permite la creación de redes inalámbricas independientes, sin utilizar cables de teléfono, fibra óptica ni satélites, si no que conecta ‘directamente’ los dispositivos cifrando todo el tráfico, lo que lo hace casi imposible de monitorizar. No se sabe quién está comunicándose con quien, y mucho menos, de qué están hablando.

Los dispositivos en los que trabajaría Commotion serían routers Wi-Fi, ordenadores, smartphones o cualquier aparato con capacidad para captar ondas de las redes de telecomunicaciones, usándolas como ‘carrier’ para crear una red paralela.

El software se instalaría desde un pendrive USB y se podría conjuntar el uso con el sistema Freedom Box para permitir o restablecer las comunicaciones en casos como el de Siria o los ‘apagones’ de Internet de Egipto.

Por ejemplo, con una Freedom Box, cualquier ciudadano que realizara fotografías ‘perniciosas’ las podría mandar a la ‘caja’, que automáticamente la re-enviaría por todo el mundo en cuanto consiguiese acceder a Internet, ya fuera gracias al restablecimiento de la misma, o mediante cualquier enlace por precario y temporal que fuese.

Pero Commotion tiene detractores, especialmente por parte de las actuales operadoras, que tachan al sistema, como ya hicieron con Guifi.net y otros intentos de crear redes ciudadanas, de competencia desleal, aunque sabiendo como se las gastan los de las ‘Telecos’, esa acusación sería como mínimo motivo de unas buenas risas.

Pero además de detractores, sorprende el principal apoyo que tiene Commotion. Ni más ni menos que el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, con Hillary R. Clinton a la cabeza, que financia el proyecto con unos 2 millones de dólares anuales.

Sus razones tendrán, y seguramente tengan que ver con sus planes de actuación en caso de ‘apagón de Internet’. Primero la zanahoria, y luego igual venga el palo.

Sea como sea, Commotion puede llegar a ser una gran herramienta para aquellos que crean en una red de comunicaciones libre, neutral, cifrada y sin intervención externa a parte de sus propios usuarios, es decir, una red en la que ni las operadoras ni los estados metan las zarpas. Habrá que esperar un poco más.

Vía | Le Monde
Foto | Sven

Algunos multimillonarios quieren pagar más impuestos, ¿por qué?


Algunos multimillonarios quieren pagar más impuestos, ¿por qué?

31 Agosto 2011 | Categorías: Justicia Fiscal Global |

Francisco Morote Costa  ATTAC Canarias.

Primero fue el estadounidense W. Buffet, el tercer hombre más rico del mundo, y ahora un grupo de 16 multimillonarios franceses los que han declarado públicamente que quieren pagar más impuestos.

¿Cómo es posible esta declaración que entra directamente en contradicción con las teorías ultraliberales que durante tres décadas establecieron el dogma de que, a toda costa, si se quería que los ricos invirtieran y crearan puestos de trabajo, se les debía bajar los impuestos?

¿Es un reconocimiento tardío de que aquel dogma neoliberal era una falacia completa? ¿Son unos extravagantes estos multimillonarios? ¿Unos filántropos presa de un repentino ataque de solidaridad hacia sus conciudadanos y la mayoría depauperada de la especie humana?

¿Han descubierto, de golpe, que es extraordinariamente injusto que la carga fiscal de casi todos los sistemas tributarios del mundo recaiga sobre las rentas del trabajo asalariado y no sobre las rentas del capital?

¿Se curan en salud haciendo de la necesidad virtud al anticiparse a una previsible subida de sus impuestos que tal vez sea así menos severa? ¿Por qué ahora, precisamente, se declaran dispuestos a pagar más impuestos?

Mi impresión es que más bien estos multimillonarios han hecho una lectura inteligente, lúcida, de la situación económica, social y política de sus propios países y del mundo en general.

Ellos, y no sé si otros multimillonarios capitalistas les seguirán, han comprendido que la crisis global del sistema, de su sistema capitalista, en la versión de la globalización neoliberal que tanto les ha favorecido, tiene tan mal cariz, está provocando un descontento social tan extendido, una respuesta en forma de contestación pacífica, pero también de revueltas violentas de los de abajo hacia los de arriba, que para evitar males mayores, que las rebeliones se puedan convertir en revoluciones, tienen que poner los medios, en este caso, permitir que se implanten los mecanismos fiscales por los que los Estados redistribuyen la riqueza, que hoy se concentra en el polo del capital, en detrimento del polo del trabajo asalariado y del inmenso ejército social de reserva de los excluidos del sistema.

¿Es tan extraño que esto haya podido suceder?

No, no lo creo, ni tampoco quiero decir que el ejemplo vaya a cundir, que en sus países y en el resto del mundo los multimillonarios capitalistas vayan a seguir el camino trazado por W. Buffet y los multimillonarios franceses. Y, sin embargo, si quieren salvar la situación y al menos prolongar la existencia de su sistema, dejando a un lado el recurso de mantener a cualquier precio, aún el de la violencia totalitaria, sus privilegios, lo más sensato es ceder algo.

¿Ceder? ¿En qué pueden ceder?

Sin duda, en materia de justicia fiscal. Eso o dejar que la mayoría de la ciudadanía, cada vez más universal e informada, empiece a plantearse seriamente la posibilidad, que barajó Marx, de expropiar a los expropiadores.

Para mi es relevante, además, que haya sido en Estados Unidos y en Francia, los dos países donde la cuestión fiscal fue el detonante que abrió las puertas a una revolución y guerra de independencia (Estados Unidos, tras el Motín del té de 1773) y a la más grande de las revoluciones burguesas (Francia, tras la Revuelta de los privilegiados de 1787), donde haya tenido lugar esta toma de posición de quienes seguramente han comprendido que cerrar la puerta a las reformas es abrirla a la revoluciones.

O tal vez, después de todo, sospechen y empiecen a aceptar que el sistema, su sistema, ecocida (responsable del cambio climático y sus múltiples consecuencias) y ¿laboricida? (descartador cada vez más del trabajo asalariado estable, con sus dramáticos efectos), está llamado a ser reemplazado por un nuevo sistema económicamente sostenible, socialmente más justo y políticamente más democrático.

Lo que les cuesta entender a los diputados socialistas sobre la reforma de la constitución


Aug30

Lo que les cuesta entender a los diputados socialistas

Posted in Política

Yo soy de los que cree que el texto que se pretende introducir en la Constitución puede traer aspectos positivos. El imponer un keynesianismo razonable en épocas de bonanza que impida adquirir demasiado déficit (y yo hasta firmaría que obligando a un superávit), es teniendo en cuenta ciertos detalles algo extraordinariamente positivo.

Ahora bien, lo que hay algo que les cuesta entender a algunos gestores políticos que una medida positiva puede adquirir formas negativas. Mientras decenas de diputados socialistas creen que el problema está en explicar los aspectos positivos del control del gasto público para evitar déficit estructural. Sí, esta reforma no es la reforma neoliberal que nos temíamos. Sí,esta reforma es positiva, pero insignificante en este momento (reformas que comenzarán a aplicarse en el 2020 es politicamente como si dijeran que la aplican en el 2500). El textoestá mejor de lo que esperábamos algunos.

Señores diputados, NO, el problema no está en el texto de la reforma, sino en el mero hecho de reformar la Constitución y la forma en que se pretende hacer.

Si hemos “sacralizado” la Constitución sobretodo por parte, precisamente de los propios diputados y las cámaras, hasta el punto que encajes muy importantes como la financiación autonómica o la construcción del estado de bienestar (para, por ejemplo, porder garantizar la financiación de los mismos servicios de salud en todos los territorios) no hemos querido tocar la constitución, para este tema sí lo hagamos y con un mero acuerdo de los dos principales partiddos, es algo que termina encabronando a una parte importante de la sociedad.

El mensaje que van a dar los diputados este Viernes es sencillo: “Para los mercados tocamos hasta la constitución, para los derechos básicos sociales no”.

Lo pinten como lo pinten, lo hagan como lo hagan, lo intenten vender como lo intenten vender, niellos mismos se lo creen. El mensaje que está dando es precisamente este y la manera de terminar lastrar la poca credibilidad en la política es gracias a este acto.

El mismo problema podría ventilarse de dos maneras bien distintas:

– Si el PSOE quiere introducir el control del déficit que lo ponga en el programa y lo prometa, tal y como ha prometido otras cosas molonas (como aumentar los impuestos a los ricos) pero no las aplica ahora de “bulla y corriendo” a última hora. Si la gente le vota, adelante, que haga una ley orgánica que establezca los límites y adelante. Este sería uno de los motivos que tal vez permitan que les vuelva a votar.

– Si realmente es algo que se pretende acordar y que los dos principales partidos encuentran positivo y es un gesto que pretendemos ser creibles a los mercados. Hagamos una ley orgánica YA y que tenga de aplicación inmediata para cuando el PIB de España comience a crecer. Un compromiso de aplicación al 2013, 2014 o 2015, cuando comienzan a vencer un número importante de deuda pública, no en el 2020 donde solo vence la de más largo plazo que es la que además se mueve con menos pánicos que las de vencimiento a corto.

En todo caso, no le hurtamos a los ciudadanos con una reforma de la Constitución, todo lo legal y formal que queramos, pero con una legitimidad más que cuestionable, y aplicamos las medidas políticas económicas que se creen positivas.

Pero a estas alturas, exigirles a los diputados que esto lo entiendan y salgan de su burbuja, es posible que sea exigirles demasiado, o no que alguna excepción hay en la bancada socialista(¿aplicarán como Antonio Gutiérrez su criterio mediante un voto diferenciado?). Luego nos quejaremos que en las elecciones de noviembre, el PP gane por mayoría absoluta aplastante.

http://www.joserodriguez.info/bloc/

Por qué la deuda griega es básicamente culpa de Alemania


Por qué la deuda griega es básicamente culpa de Alemania

Grecia vivirá la próxima semana la cuarta huelga general de 2011 contra los ajustes fiscales y las privatizaciones (Foto: cosasbizarras.blogspot.com)

La canciller alemana Ángela Merkel ha bloqueado una segunda ayuda financiera al Estado griego mientras el Ejecutivo de Yorgos Papandreu no garantice que va a a llevar a cabo unas medidas de austeridad y privatizacionestodavía más drásticas que las ya aplicadas. La oposición helena no acepta y parte de los países europeos no están de acuerdo con algunas exigencias germanas, como que participen los bancos privados en el rescate.

Mientras escribo estas líneas los jefes de gobierno de la Unión Europea están reunidos en Bruselas con Grecia como único punto del orden del día. En Atenas, mientras tanto, los sindicatos han convocado para la semana que viene la cuarta huelga general del año coincidiendo con la votación de las polémicas medidas de ajuste en el Parlamento.

La deuda griega, que asciende al 150% de su Producto Interior Bruto (340.000 millones de euros para una población de 11,3 millones de habitantes), tiene entre sus principales acreedores al Banco Central Europeo (BCE) y los bancos franceses y alemanes. Una parte importante de la deuda pública griega es consecuencia de contratos con multinacionales alemanas como Siemens, que está acusada de haber pagado comisiones y sobornos por importe cercano a 1.000 millones de euros, o la naval HDW, que vendió submarinos a Grecia por importe de 5.000 millones de euros.

Alemania no tuvo que esforzarse en absoluto en alcanzar un equilibrio fiscal como el que exige ahora a Grecia porque la política de tipos bajos del BCE y las burbujas inmobiliarias se lo dieron hecho

Es decir, el BCE y los bancos europeos financiaron generosamente a la Administración helena, aún conocedores de su falsedad en las estadísticas europeas y de su elevada corrupción, para vender sus equipos y servicios o para sacar una buena tajada con motivo de los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004, cuyo presupuesto inicial de 1.300 millones de dólares acabó siendo en realidad de 14.200 millones, según cifras oficiales.

Pero la responsabilidad del BCE, y Alemania en particular, en relación con la crisis de la deuda griega es más estructural y tiene que ver también con otros países periféricos del sur, como España. Tras la explosión de la burbuja de las empresas punto com, en el 2000, las familias y empresas germanas quedaron malparadas y el BCE acudió en su auxilio con una política de tipos de interés extremadamente bajos durante casi una década. El Reino Unido, que conserva la libra, tenía tipos del 5% cuando en la zona euro eran inferiores al 2%.

Consejo Europeo del 23 y 24 de Junio de 2011. Asunto: Deuda griega (Foto: Yves Herman/Reuters)

El resultado de ese dinero barato fue muy positivo para la economía alemana, que pudo amortizar las deudas contraídas, salvándose de la recesión, y rehacer sus exportaciones (2/3 de las cuales van a los países de la zona euro).

Por el contrario, ese dinero a tipos de interés reales negativos para países con alta inflación como España, Portugal, Italia o Grecia fue la causa de que se disparara el crédito y, con él, los precios de la vivienda y del coste de la vida en general.

Además, esta burbuja aumentó considerablemente la demanda de productos alemanes, de modo que puede decirse que lo que curó a Alemania dañó gravemente el equilibrio económico de estos países mediterráneos, Portugal e Irlanda.

En resumidas cuentas, Alemania no tuvo que esforzarse en absoluto en alcanzar un equilibrio fiscal como el que exige ahora a Grecia y otros estados (hacer los deberes) porque, gracias a la política de tipos del BCE y la burbuja inmobiliaria que suscitó en sus clientes del sur, tuvo los ingresos fiscales necesarios y superávit comercial.

Y casualmente, uno de los sectores que más se expandió por la Europa mediterránea fue la banca alemana, la misma que ahora pretende recuperar a toda costa capital e intereses de los créditos concedidos alegremente a las empresas y la Administración griegas. También la banca francesa está en buena parte atrapada en el laberinto heleno.

La oposición helena, de derechas, se opone, con razón, diciendo que no van a tomar la misma medicina (más endeudamiento) que ha causado la enfermedad (el déficit desbocado)

Por otro lado, es muy significativo que hoy el Consejo Europeo haya designado como sucesor de Jean-Claude Trichet en el BCE al italiano Mario Draghi, anterior responsable de Goldman Sachs en Europa; precisamente el banco de negocios de EEUU que ayudó a Grecia a esconder una parte de su déficit fiscalante el mismísimo BCE con ingeniería contable ¿Le suena lo de meter la zorra en el gallinero?

Además, el Consejo Europeo, férreamente controlado por Merkel, ha prometido al Gobierno heleno que, si pone en marcha el nuevo plan de ajuste, los bancos alemanes, franceses, griegos y fondos de pensiones holandeses renovarán los bonos griegos a su vencimiento durante la próxima década, lo que supondría una aportación de entre 25.000 y 30.000 millones de euros. En todo caso, no habrá dinero de la Comisión Europea para Grecia porque Gran Bretaña y otros socios comunitarios  se oponen.

La semana próxima el Parlamento griego decidirá si aprueba el durísimo plan de ajuste exigido por Merkel y el sistema financiero internacional (FMI). La oposición helena, de derechas, se opone, con razón, diciendo que no van a tomar la misma medicina (más endeudamiento) que ha causado la enfermedad (el déficit desbocado). Pero los acreedores están dispuestos a hacer valer su influencia en la UE y no admiten una alternativa más clemente con la sociedad griega.

Alemania debería recordar que el BCE no dudó en tirar los tipos para evitarle una recesión hace diez años, perjudicando a otros países, y que ahora son estos estados quienes necesitan ese mismo trato de favor, incluida España. Esa es la mejor salida, la solidaria, la impepinable.

Fuentes: elpaís.comlainformacion.comGlobalizaciónlavozdeasturias.es,elmundo.es  
Fotos: Crónicas Color EscarlataReuters

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Diez vicios que asfixian a la democracia española


Diez vicios que asfixian a la democracia española

Ediles detenidos por presunta corrupción entre 2006 y 2009 (Mapa: 4.bp.blogspot.com)

José Luis Rodríguez Zapatero es el peor presidente de la democracia que disfrutamos desde la aprobación de la Constitución de 1978 porque en su segunda legislatura ha permitido, e incluso propiciado con su miopía y bandazos de criterio, un desastre económico de tal envergadura que nos ha llevado a perder prácticamente toda la soberanía económica y política como nunca antes, ni siquiera en tiempos de Franco, nos había pasado.

Su incapacidad para controlar el gasto público desde 2004 combinada con la sequía de liquidez provocada por la crisis financiera desatada en 2008 nos han llevado a la astracanesca situación de pretender reformar la Carta Magna para incluir en ella un límite muy estricto de la capacidad de endeudamiento de las Administraciones Públicas. Y esta decisión la han tomado PSOE y PP justo cuando ya hay fecha para las elecciones anticipadas (20 de Noviembre de 2011) y en pleno mes de Agosto, como quien dice a espaldas de los ciudadanos.Así lo ha denunciado la asociación Jueces para la Democracia.

Es hora de forzar un cambio político histórico, de dar un salto cualitativo que perfeccione la democracia que se diseñó en los años 70. El movimiento 15M es la vanguardia de esta transformación que empiezan a pedir a gritos los ciudadanos en las calles.

Eso es, claramente, pretender dejar hecho el trabajo sucio a quienes ganen las elecciones, supuestamente el Partido Popular; porque conceder credibilidad al candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba es como hacerse una lobotomía.

En el plano económico, las políticas de PSOE y PP son totalmente intercambiables, como lo demuestra la historia reciente en materia de fiscalidad, vivienda, clientelismo con los nacionalistas, medios de comunicación, educación, protección de la industria financiera o farmacéutica, desregulación del mercado laboral, abuso del déficit público, tolerancia hacia sus alcaldes y concejales corruptos, privatizaciones, reforma de las pensiones, infraestructuras de transporte, medioambiente, telecomunicaciones, energía, propiedad intelectual, desprotección de los consumidores, reiterado incumplimiento de las promesas electorales…

Zapatero y Rajoy son las dos caras de una misma moneda, producto de las reglas de juego de la política que hemos vivido en España durante los últimos 30 años.

Estas imperfecciones del sistema político eran menos evidentes mientras la economía era boyante, pero con la última crisis estos vicios han destacado cual bengalas en la noche.

Es hora de forzar un cambio político histórico, de dar un salto cualitativo que perfeccione la democracia que se diseñó en los años 70.

El movimiento 15M es la vanguardia de esta transformación que empiezan a pedir a gritos los ciudadanos en las calles.

Sin ánimo de ser exhaustivo, habría que resolver ya estos 10 graves problemas de nuestro sistema político:

  1. La separación de poderes es inexistente. Todo el poder está en Presidencia, que impone su criterio a los ministros y al grupo parlamentario. La Justicia en España sigue siendo mala y lenta porque así lo ha querido toda la clase política, salvo excepciones.
  2. Los políticos no representan a los españoles, sino a sus respectivas formaciones políticas, que es muy distinto.
  3. Los partidos son auténticas agencias de lobby, si tocan poder; si no son poco más que ONGs que viven de las subvenciones. Sin democracia interna ni listas abiertas, las formaciones políticas actuales están en manos de un puñado de profesionales de la política con buenas conexiones con los principales agentes económicos y grupos de presión religiosos, medios de comunicación, ciertos colectivos profesionales, etcétera.
  4. El ejercicio de un cargo político no sólo está exento de toda responsabilidad política o civil, sino que incluso goza de inmunidad penal en la práctica, como demuestran las decenas de casos de corrupción que acaban en condenas simbólicas o absoluciones.
  5. La legislación sobre incompatibilidades de los políticos y altos cargos es totalmente escandalosa. Un señor que ha sido alto cargo del Banco de España no puede pasar a trabajar de la noche a la mañana en una entidad financiera privada.
  6. La publicación de información pública y el acceso de los ciudadanos y periodistas a la misma sigue sin estar reguladaal mismo nivel de los socios europeos. Esta falta de transparencia se ve agravada por una lamentable situación de precariedad de la profesión periodística que desincentiva la búsqueda de datos públicos en la Administración y el periodismo de investigación.
  7. Los alcaldes disponen de un poder excesivo en los ayuntamientos, donde algunas empresas públicas pueden equipararse en volumen de facturación y beneficios a las multinacionales (Ifema o el Canal de Ysabel II en Madrid, por ejemplo) y donde la concejalía de Urbanismo es en muchas ocasiones la auténtica concejalía de Hacienda.
  8. Tener en el siglo XXI más de 8.000 municipios es un anacronismo caro que no tenemos porqué sostener. Es hora de una reorganización de los mismos en base a las comunidades autónomas y de acuerdo a criterios culturales y de eficiencia administrativa.
  9. El actual sistema mayoritario electoral (Ley D´Hont) es perjudicial para los electores de las grandes ciudades, donde se concentra la mayoría de la población, y prima a las provincias poco pobladas (un diputado en Madrid necesita obtener casi cuatro veces más de votos que en Soria). Esto potencia el bipartidismo y otorga a las formaciones nacionalistas una representación parlamentaria que no se corresponde con la cifra de sus votantes.
  10. La financiación de los partidos y de las campañas electorales debe ser completamente transparente; el patrimonio de los candidatos y sus intereses profesionales o familiares ser hechos públicos y las pensiones vitalicias de ex ministro, ex presidente y otros altos cargos, deben ser limitadas a aquellos casos personales que realmente las necesiten, suprimiéndose para el resto.

Puedes continuar la lista tú mismo.

FUENTE del post

Fuentes: El PaísFOESPúblico.esJugaba en el Betis…Wikipedia,laverdad.es
Mapa: Convocatoria por Los Molinos

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El gráfico que explica porque los mercados están en modo pánico


El gráfico que explica porque los mercados están en modo pánico

Por Gurus Hucky el 28 agosto, 2011

banca europa credit crunch

Ni la crisis Griega, ni los problemas de la Europa periférica, ni el límite del techo de la deuda en los EEUU, ni la posible entrada en recesión de la economía, ni Merkel, ni ZP, ni la FED y ni cualquier otro motivo de los que habéis leído estos días. Si aún os estáis preguntando porque las Bolsas se desplomaron en Agosto, yo de vosotros le daría un vistazo al gráfico que os adjuntamos y que encontramos en Zero Hedge.

Estamos hablando de como está evolucionando la financiación de la Banca de la Eurozona. El gráfico lo dice todo, a partir del mes de Junio, la financiación de los mercados a la Banca en la zona Euro se empezó a secar. En Agosto prácticamente ha desaparecido. Nadie le presta a los banco Europeos. Nadie se fía de nadie en la banca.

financiación bancos eurozona

La situación empieza a ser similar a la del 2008, sólo recordar que la banca toma prestado a corto plazo para invertir a largo plazo, si a un Banco le cortan la financiación a corto entra rápidamente en una crisis de liquidez y por muy solvente que sea su quiebra es sólo cuestión de semanas. Recordemos la caída fulminante de Lehman.

Cierto es que para el 2011, la banca ya realizó los deberes, y prácticamente tiene cubiertas sus necesidades de financiación, pero para 2012 la banca Europea necesita refinanciar 230 mil millones de euros.

Con la banca en modo pánico ¿Alguién se extraña que las Bolsas se desplomen?

Por cierto, otra muestra del miedo que azota a la banca. Los depósitos  de la banca en el BCE se han disparado hasta los 126 mil millones de euros. Los bancos prefieren depositar su liquidez en el BCE a cambio de una mísera rentabilidad antes que prestarle a otro banco.

La financiación entre 3 a 12 meses vista entre bancos simplemente a desaparecido, ahora con suerte sólo pueden pedir prestado a unos días o semanas vista lo que implica vivir al filo de la navaja, y tener que renovar los créditos continuamente. Demasiado estrés.

FUENTE GURUSBLOG


 

 

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La reformas que sí necesita la Constitución según Público


La Constitución que no se toca

La reforma del Senado, la igualdad en la sucesión a la Corona, el modelo territorial o las normas electorales son modificaciones planteadas por diversos partidos, pero que siguen olvidadas en un cajón

CAROLINA MARTÍN MADRID 28/08/2011

En los minutos de descuento de la legislatura, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, han llegado a un acuerdo para reformar la Constitución. Podría ser motivo de celebración para el Ejecutivo, tras dos legislaturas buscando el consenso de los grupos para hacer una modificación «limitada y pactada» de la Carta Magna, pero la iniciativa ha despertado múltiples recelos en todas las formaciones, excepto el PP. La urgencia en su tramitación y la naturaleza de la modificación, que pretende fijar un límite al déficit público, están detrás de la desconfianza.

El primer retoque al texto constitucional, y único hasta la fecha, se lo dieron los partidos en 1992. Entonces, los grupos parlamentarios propusieron un cambio para que los extranjeros pudiesen presentarse y ser elegidos en las elecciones municipales. La modificación fue aprobada por unanimidad y no se celebró referéndum porque nadie lo pidió.

Contestación minoritaria

La reforma exprés que comienza a tramitarse este martes con el objetivo de que se apruebe en poco más de una semana es más profunda. Y aunque cuenta con el acuerdo de los dos partidos mayoritarios, hay una fuerte contestación entre los minoritarios.

Desde diversos sectores del PSOE se apunta a los efectos perjudiciales que tendrá para España, al restarle margen de maniobra en su política fiscal, y al menos un par de diputados socialistas son partidarios de pedir un referéndum. De momento, parece difícil la celebración de una consulta, que se debe convocar si lo reclaman un 10% de diputados o senadores. Pero el rechazo está siendo especialmente fuerte en la red, donde la iniciativa #yoquierovotar ya ha sido secundada por más de 80.000 personas.

El Consejo de Estado elaboró un informe en 2006, que no ha servido para nada

Las propuestas para reformar la Constitución de 1978 llevan décadas sobre la mesa. Según el constitucionalista Antonio Torres del Moral, se está a vueltas con su modificación casi «desde el día posterior a su promulgación», sobre todo de su Título VIII, centrado en la organización territorial del Estado. En 1996, el entonces candidato del PP José María Aznar se erigió en adalid de la reforma de la Carta Magna, en lo referido al Senado, para convertirlo en una verdadera Cámara de representación territorial. Tras su victoria electoral y, sobre todo, con la mayoría absoluta del año 2000, los conservadores y Aznar silenciaron el debate sobre el modelo territorial.

Las voces a favor de una reforma no volvieron a alzarse hasta 2004. Tras el enlace de Felipe de Borbón con Letizia Ortiz, la discusión en torno a la modificación de la Constitución resurgió, esta vez para acabar con la discriminación de la mujer en la sucesión a la Corona. Actualmente, tiene preferencia el varón en la línea sucesoria.

Siete años sin acuerdo

Este fue uno de los cuatro puntos de reforma constitucional que recogió el PSOE en su programa de 2004, junto a la inclusión del nombre de las 17 comunidades autónomas, la referencia a la Constitución Europea y la reforma del Senado. En la campaña electoral de 2008, la mayoría de las formaciones plantearon la necesidad de modificar la Constitución. Unas, apostaban por la celebración de un referéndum para elegir entre monarquía o república (IU), otras lo hicieron para impulsar la pluralidad lingüística y cultural (ERC y CiU), sustituir la provincia por la comunidad como circunscripción electoral (UPyD) o blindar las competencias del Estado (PP).

Los intentos de los grupos por actualizar la Carta Magna han sido muchos. Pero todos han sido en vano por la falta de acuerdo entre los partidos y la rigidez del procedimiento de reforma en determinados asuntos, que obliga a disolver las Cortes y convocar un referéndum. Muchas de las modificaciones sugeridas por los partidos y que duermen en el cajón tendrían que realizarse por este procedimiento agravado.

La corona
República y sucesión

El PSOE propone desde 2004 la eliminación de la discriminación por razón de sexo en el acceso a la Corona, recogida en el Título II de la Constitución. El Gobierno pidió al Consejo de Estado en 2005 un informe sobre esta modificación, que afectaría al artículo 57.1, pero pidiendo que se salvaguardase «expresamente los derechos del Príncipe de Asturias». El Consejo de Estado se pronunció en 2006, proponiendo como solución introducir literalmente que la sucesión le corresponde a Felipe de Borbón y eliminar la referencia a que se prefiere al varón a la mujer.

Más de 80.000 ciudadanos piden votar la reforma de PSOE y PP

Como partidarios de la república frente a la monarquía, Izquierda Unida (IU) defiende la modificación del artículo 1.3, que tendría que hacerse por el procedimiento agravado. En el marco de las reformas constitucionales previstas para esta legislatura, IU abogó por la celebración de un referéndum sobre la forma del Estado si bien este no es vinculante como paso previo a plantear esa modificación.

La revisión de «la figura del rey y la monarquía» están también entre los deberes pendientes,según el diputado Joan Tardá, de Esquerra Republicana. «Hay muchas reformas en el tintero», insistió una vez conocida la que pretenden PSOE y PP.

Senado
Más poder legislativo

La petición de una reforma de la Cámara Alta fue casi unánime en 2008, con la excepción del PP, que no la recogió en su programa electoral, si bien propuso la aprobación de un nuevo Reglamento para hacerlo más «ágil» y lograr que conectase con las preocupaciones sociales. Cuatro años antes sí abogaba por la modificación, pero sin que afectase a la Constitución. El texto constitucional se refiere a las Cortes, en general, y al Senado, en particular, en el Título III. Por tanto, su modificación seguiría el procedimiento ordinario.

Entre las formaciones que defienden la necesidad de reformar el Senado, el objetivo es convertirlo en un verdadera Cámara de representación territorial y no de segunda lectura, como ha terminado siendo. UpyD, por ejemplo, aboga por una Cámara donde las comunidades puedan defender sus intereses autonómicos.

La petición de una reforma de la Cámara Alta fue casi unánime en 2008

Los nacionalistas catalanes de CiU aspiran a que este órgano refleje la existencia de diversas naciones dentro del Estado. La propuesta del BNG pasa por modificar las funciones y la forma de elegir a los senadores, que deberían ser designados por los parlamentos autonómicos. También señala la necesidad de reformar el artículo 74.2, con el objetivo de que algunas iniciativas legislativas partan de esta Cámara.

El Gobierno de Zapatero sostuvo en la primera legislatura que sólo con una reforma constitucional podría lograrse que la Cámara tuviera «identidad propia» y que no constituyese «una reiteración corregida del proceso parlamentario ya transitado en el Congreso».

Este fue otro de los puntos que analizó el Consejo de Estado, que consideró que el Senado era una «Cámara excepcionalmente numerosa y singularmente desprovista de poder». Así, sugirió atribuirle competencias legislativas directas y reducir sensiblemente el número de senadores que serían elegidos coincidiendo con las elecciones autonómicas a razón de seis por comunidad, más uno por cada provincia. Se reducirían así en un centenar los 260 senadores actuales.

Competencias
Centralizar o no

El Título VIII de la Constitución configura el modelo territorial español, conocido como Estado de las Autonomías. Algunos expertos sostienen que este capítulo de la Carta Magna que pretende dar encaje a las nacionalidades históricas se cerró en falso. De ahí que el debate sobre centralizar o descentralizar esté a la orden del día.

La aprobación de la reforma del Estatut de Catalunya supuso una fractura entre PP y PSOE con el modelo de Estado de fondo. Así, los conservadores concurrieron en 2008 con una propuesta de reforma para garantizar la estabilidad del sistema autonómico y dotar al Estado de los instrumentos para reafirmar la igualdad de los españoles.

La aprobación de la reforma del Estatut de Catalunya supuso una fractura entre PP y PSOE

En este sentido, apostaron por declarar «irrenunciables e intransferibles» las competencias estatales fijadas en el artículo 149.1. También propusieron modificar el artículo 150.2 que abre la puerta a las transferencias a las comunidades reduciendo la delegación a supuestos tasados.

La formación que lidera Rosa Díez suscribe la tesis de «cerrar la distribución de competencias» entre el Estado y las comunidades. De ahí que proponga establecer como «intransferibles» la representación internacional, la educación y la legislación básica que afecte a sanidad, el medio ambiente y el urbanismo. UpyD también aboga por suprimir la disposición transitoria que afecta a Navarra y la disposición adicional que consagra los derechos históricos de los territorios forales.

El Consejo de Estado se pronunció, aunque no fue preguntado por ello, sobre los límites en la distribución territorial, porque el reparto de competencias «no puede considerarse cerrado definitivamente». No obstante, el informe apunta que sería conveniente precisar que lo que se cede a las comunidades por el 150.2 es el ejercicio de facultades sobre materias de titularidad estatal. Por otro lado, señala que «convendría delimitar el ámbito de las facultades de titularidad estatal que puedan ser delegadas» de una forma más precisa que la que recoge la Carta Magna. Por ello, señala que sería adecuado determinar qué facultades son indelegables.

Nación de naciones
Estado plurinacional

Frente a la corriente centralizadora, las formaciones nacionalistas, IU y el PSOE apuestan porque se reconozca la diversidad cultural y territorial. Tanto CiU como ERC y BNG exigen el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado. Los independentistas catalanes, por ejemplo, siguen planteando la necesidad de aclarar si el sujeto de la soberanía es el Estado y defienden impulsar la pluralidad lingüística y cultural. En la misma dirección van las reclamaciones de CiU, que también apunta el renococimiento explícito de los símbolos de Catalunya.

La federación de izquierdas liderada por Cayo Lara propone avanzar hacia un Estado federal republicano. Desde el PNV, su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, planteó esta semana la posibilidad de «aprovechar» la reforma anunciada por los dos partidos mayoritarios para defender su «paquete de reformas», con el derecho de los vascos a decidir en lo más alto de sus reivindicaciones.

Sistema electoral
Más proporcional

Por la vía de la reforma constitucional, tanto IU como UPyD reclaman un cambio en la circunscripción electoral, que el artículo 68.2 de la Constitución establece que es la provincia. Ambas formaciones ven más adecuado que sea la comunidad autónoma.

La modificación del sistema electoral, sin embargo, no se agota aquí. También se han propuesto impulsar una reforma de la Ley Electoral. Buscando mayor proporcionalidad en el reparto de escaños, IU es partidaria de ampliar a 400 el número de diputados, sustituir la Ley D’Hont por la fórmula St. Lagüe para determinar el reparto de escaños, reducir a uno el número mínimo de diputados por provincia y crear una bolsa de restos para que mejore el ratio entre población y diputados. UpyD defiende una reforma en términos muy similares.

Otras reformas
Europa y derechos

Los socialistas abogaron por incorporar el nombre de las comunidades autónomas en el texto constitucional y hacer una referencia al papel de España en la UE. Las dos modificaciones fueron estudiadas por el Consejo de Estado, que no apreció mayores reparos para incluirlas. Sin embargo, están paralizadas.

El PP aboga por constitucionalizar varios principios, como el de lealtad constitucional o la unidad de mercado, entre otros.

Desde UPyD también han propuesto reformar el artículo 16.3 sobre la libertad religiosa y eliminar la mención a la cooperación de los poderes públicos con la Iglesia católica, para que se limite a decir que «ninguna confesión tendrá carácter estatal». También propone incorporar la «lengua» en el artículo 14, como una de las razones por las que no se puede discriminar a nadie

FUENTE PUBLICO

Por qué EE.UU. y el dólar no se pueden caer


El Imperio en rojo
Por qué EE.UU. y el dólar no se pueden caer
IAR Noticias
En la trama del sistema capitalista globalizado la moneda estadounidense cumple las funciones de reserva mundial, sirve de respaldo para la mayoría de las monedas, interviene en la mayoría de las transacciones comerciales y operaciones financieras, y hace de medio internacional de pago.

En este escenario, su caída significaría el fin del patrón dólar, y generaría una mundialización de la crisis en la que ningún Estado capitalista podría sobrevivir.

Si se cayeran EEUU y el dólar, sería como si una bomba nuclear estallase en la economía y en el sistema capitalista y nadie podría escapar con vida de la radiación que se desataría a escala planetaria.

El reinado del dólar

Con la divisa estadounidense en declive y con EEUU con sus finanzas en rojo y al borde de un default (cesación de pagos) reaparecen  nuevamente las míticas (y siempre fallidas) teorías del «fin de la era del dólar» y de la supremacía imperial estadounidense.

Hay ocho razones principales por las cuales ninguna potencia (central o emergente) podría «desacoplarse» del actual modelo funcional del sistema capitalista estructurado alrededor del dólar como moneda patrón y de la hegemonía de EEUU como primera potencia imperial:

1) El dólar es la moneda de cambio y de reserva internacional, y los países de todos los continentes (Europa, Asia, Latinoamérica, Ausralia y África) la utilizan en sus transacciones comerciales y tienen la mayoría de sus reservas en dólares, por lo que el fin del dólar implicaría un derrumbe mundial generalizado del sistema capitalista de la que ningún país estaría a salvo.

2) Más de un 70% de las reservas mundiales están en dólares, frente a un 25% en euros de la Unión Europea, que también utiliza el dólar. China, la tercera economía mundial, después de EEUU y la UE, tiene sus reservas en dólares, según el Banco Mundial y el FMI.

3) El dólar está involucrado en el 86% de los US$3,2 billones (millones de millones) de transacciones diarias de divisas en el mundo, a menudo como paso intermedio en el intercambio de otras dos divisas, según el Banco Internacional de Pagos. Aunque esto constituye un descenso con relación al 90% que representaba en 2001, ninguna divisa se le acerca.

4) Casi dos terceras partes de las reservas de los bancos centrales del mundo están denominadas en dólares, a pesar del temor de que se produzca un éxodo masivo de la divisa. Según el Banco Internacional de Pagos, el banco central de los bancos centrales, el dólar continúa siendo la «moneda favorita de los bancos centrales» y representa un 55% de sus activos y pasivos en moneda extranjera.

5) Un 80% de las transacciones internacionales, un 70% de las importaciones mundiales y la casi totalidad del comercio petrolero se realizan en dólares, según el Banco Mundial y el departamento de Comercio estadounidense.

6) El sistema financiero especulativo internacional está «dolarizado», y las bolsas y los mercados internacionales del dinero operan mayoritariamente con la divisa estadounidense a través de las acciones y bonos desparramadas a escala global por los grandes bancos y fondos de inversión que tiene su central operativa en Wall Street, EEUU.

La Bolsa de Nueva York, o NYSE,  es el mayor mercado de dinero del mundo y concentra el mayor volumen de operaciones financieras en dólares que realizan  empresas trasnacionales cotizantes a escala global. En la bolsa neoyorquina cotizan las principales empresas trasnacionales de los EEUU y del mundo, y si colapsara el dólar como divisa, estallaría Wall Street y arrastraría consigo a todos los mercados del dinero a escala global.

7) Los países emergentes y las potencias económicas desarrolladas generan más del 75% del PBI mundial en dólares (el resto se genera en euros y otras monedas), según el Banco Mundial. Para los países con una fuerte dependencia de las exportaciones de materias primas como el petróleo, las cifras pueden ser incluso más altas. El dólar también está profundamente arraigado en el comercio mundial. Las empresas reducen sus costos de transacción al usar una divisa común.

8) Las empresas y los grupos financieros transnacionales que controlan los sistemas financieros especulativos  y los sistemas económicos productivos a escala mundial (por encima de los gobiernos) realizan mayoritariamente sus volúmenes de negocios, inversiones y tomas de ganancias en dólares, por lo cual un colapso terminal de la moneda estadounidense (como vaticinan los partidarios de la teoría del «desacople») produciría una parálisis de la actividad económica mundial en cuestión de horas.

En definitiva, para deshacer esta trama con el «reinado del dólar», no solamente habría que reformular y rediseñar un nuevo orden económico y financiero internacional, sino que también habría que convencer a EEUU de que se olvide de su arsenal militar-nuclear, de sus siete flotas atómicas y de sus casi mil bases militares distribuidas por todo el planeta, y renuncie «pacíficamente»  a su rol de potencia hegemónica del sistema capitalista.

La trama del mundo dolarizado

EEUU, la primera economía mundial, Europa, la segunda economía mundial (como bloque) y China, la tercera economía mundial realizan la mayoría de su comercio en  dólares. Si la divisa estadounidense colapsara, colapsarían EEUU, la Unión Europea y China (los mayores vendedores y compradores del mundo), que juntos suman más de la mitad de la economía mundial.

Paradojalmente, los países señalados por los teóricos del «desacople» como los que van a terminar con la vigencia de la economía «dolarizada» (China, Rusia, Brasil, India, etc) lideran la acumulación mundial de las reservas en dólares.

Además, los motores del crecimiento asiático, China, India, los «tigres asiáticos» (Hong Kong, Singapur, Corea del sur,Taiwán) y Japón son dependientes del comercio exterior en dólares con EEUU.

Por lo tanto, en la realidad fuera del discurso, los más interesados en salvar al dólar y a EEUU del colapso son Europa y las potencias centrales, además de China y las potencias emergentes, cuyo desarrollo económico depende de EEUU y de Europa y del entramado de la economía global que tiene al dólar como moneda patrón.

Esto explica porque el gobierno chino, en pleno declive del dólar frente al euro, ratificó su decisión de mantener sus reservas en dólares, y explica porqué la UE y el banco central europeo salieron a contener el avance del euro frente al dólar.

Las empresas y los grupos financieros transnacionales que controlan los sistemas financieros especulativos y los sistemas económicos productivos a escala mundial (por encima de los gobiernos) realizan mayoritariamente sus volúmenes de negocios, inversiones y tomas de ganancias en dólares.

Por lo cual un colapso terminal de la moneda estadounidense (como vaticinan los partidarios de la teoría del «desacople») produciría una parálisis de la actividad económica mundial en cuestión de horas.

En 2008, en plena crisis financiera, China lanzó una propuesta de crear una moneda de reserva internacional alternativa al dólar, luego de que Rusia lanzara una iniciativa similar.

Al igual que China, Rusia recomendó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) emitiera la moneda y destacó que la propuesta provenía de una necesidad de actualizar «el obsoleto orden económico mundial unipolar».

No obstante, la divisa estadounidense se siguió  revalorizando en la crisis impulsada por la demanda de los bancos de todo el mundo, desde Asia, América Latina y Europa, que pugnan por obtener dólares USA y bonos del Tesoro de EEUU.

La demanda y suba del dólar en plena agudización de la crisis financiera, mientras el euro (promocionado como su «sepulturero») se desplomaba, resultó la más clara señal de que los países y potencias capitalistas (pese  a su doble discurso en los foros internacionales) lo consideran como la única moneda segura.

En consecuencia, si EEUU y el dólar colapsaran, simultáneamente colapsarían el comercio exterior, el sistema financiero y el sistema económico productivo, tanto de los países centrales como de los periféricos y emergentes.

El Imperio hegemónico

Así como detrás de cada gran hombre, siempre hay una gran mujer, detrás del reinado del dólar hay una gran potencia imperial. Por eso el dólar y EEUU son sinónimos.

EEUU no domina el mundo por formulaciones doctrinarias político-diplomáticas o eventuales discursos «democráticos» o «militaristas» de sus presidentes, sino porque impone al resto de los países el dólar y la lógica de su poderío militar y económico, indestructible, salvo por un estallido nuclear del planeta.

Entonces, como primer concepto estratégico, es necesario aclarar que EEUU no domina el mundo ni se constituyó en primera potencia imperial capitalista con los discursos de sus administradores eventuales, sino con el aparato nuclear-militar más poderoso del mundo, siete flotas con poder atómico surcando los océanos y cerca de mil bases militares rodeando los puntos estratégicos del planeta.

Este es el punto central que explica porqué esas trasnacionales (con activos e ingresos que superan al de decenas de estados dependientes juntos) protegidas por la bandera y  las embajadas estadounidenses, amparadas en el poderío de la maquinaria militar-nuclear de EEUU, cosechan el grueso de sus ganancias fuera de los EEUU y las transfieren impunemente a través del dólar a los países centrales.

Utilizando al dólar como poder de tracción esos bancos y corporaciones transfieren sus ganancias y activos (cosechados en el mundo dependiente) y los convierten en bonos y acciones de la catedral mundial del capital imperial parásito y especulativo: Wall Street, la «casa matriz» del sistema financiero sionista internacional.

En resumen, los que toman las decisiones y manejan la economía mundial capitalista «dolarizada» (tanto en EEUU y los países centrales como en Asia, África o América Latina) son los grupos financieros sionistas y las corporaciones trasnacionales «sin fronteras» que tienen como baluarte principal de sus operaciones a la Reserva Federal de EEUU y a Wall Street, y controlan los resortes decisivos del FMI, el Banco Mundial, los bancos centrales de los cinco continentes, Silicon Valley, y el Complejo Militar Industrial estadounidense.

En la era del «capitalismo sin fronteras», el imperialismo ya no es el imperialismo de los monopolios estatales (que se repartían el mundo a través de las guerras) que estudiaba Lenin, sino grupos súper-concentrados de bancos y trasnacionales que controlan países, economías  y gobiernos despojándolos de su soberanía y convirtiéndolos en gerencias de enclave de sus operaciones comerciales a escala global.

Los bancos y grupos financieros así como las transnacionales que operan en Europa y EEUU, son las mismas que operan en Asia, África y América Latina, y han convertido al mundo en un sistema de economía de enclave cuya gerencia central funciona en Nueva York protegida por el arsenal nuclear y convencional del Pentágono.

Protegidas por el paraguas nuclear-militar del Estado imperial estadounidense (su gendarme mundial) las trasnacionales capitalistas extraen (roban) las riquezas y recursos naturales de los países dependientes, que luego transfieren y reciclan en forma de capital especulativo en el sistema financiero internacional con central operativa en Wall Street y la Reserva Federal de EEUU que controla el dólar.

En resumen, su pertenencia «territorial» al Estado estadounidense (donde generalmente se encuentran sus casas matrices) les permite, protegidas por el poder militar del Imperio, operar con total impunidad con sus gerencias de enclave extendidas a través de todo el mundo dependiente.

El mito del ocaso y la caída 

Los números y el análisis estructural de la economía capitalista globalizada demuestran claramente que la  teoría del «fin de la era del dólar» y de la supremacía imperial estadounidense es falsa e impracticable.

La afirmación de que la crisis de la economía mundial capitalista referenciada en el dólar posibilitará el declive de la supremacía imperial de EEUU poniendo en el centro de la hegemonía económica mundial a China y al resto de los países emergentes (en crecimiento acelerado) de Asia o América Latina, es un mito que no resiste ningún análisis.

Por lo tanto, los más interesados en salvar al dólar y a EEUU del colapso son Europa y las potencias centrales, además de China y las potencias emergentes, cuyo desarrollo económico depende de EEUU y de Europa y del entramado de la economía que tiene al dólar como moneda patrón.

Esto explica porque la Reserva Federal y los bancos centrales europeos, asiáticos y latinoamericanos luego de estallar la crisis financiera con las subprime y de devaluarse el dólar por efecto de la especulación con los precios del petróleo en el 2008, corrieron al rescate de la divisa estadounidense.

Según The Economist, al desatarse la crisis en EEUU, además de los bancos centrales de Europa, los países emergentes (incluida China) han inyectado más de 69 mil millones de dólares para «salvar al dólar y a los bancos del Norte».

Las propias  autoridades monetarias de EEUU y Europa, así como los principales analistas y voceros periodísticos del sionismo financiero (como The Wall Street Journal, The Economist y The Financial Times) advirtieron que  la caída del dólar estadounidense, y en su inter-relación con la suba de los precios del petróleo y los conflictos geopolíticos y militares, desataría un proceso recesivo con detención de la producción y de los márgenes de rentabilidad del actual modelo de desarrollo y «crecimiento capitalista» a escala global.

Los expertos y analistas bien informados del sistema (aunque no lo digan por complicidad interesada) saben que las decisiones de  la economía mundial no la toman los gobiernos (gerencias de enclave del capitalismo transnacional) sino la Reserva Federal de EEUU y los grupos sionistas que controlan los bancos centrales de Europa, Asia y América Latina, y que extraen su principal tasa de rentabilidad capitalista de la especulación financiera y de la economía dolarizada a escala global.

El dólar, más que una moneda, es el instrumento oficial de cambio, reserva y transacciones de la economía internacional regida por el sistema capitalista en niveles de interdependencia nunca vistos.

En Asia, Europa y América Latina operan las mismas trasnacionales y grupos financieros que establecen a Wall Street como cabecera central de sus operaciones especulativas financieras con el dólar y utilizan los bonos del Tesoro de EEUU como refugio ante cualquier desequilibrio mundial.

Esto torna imposible pensar que el dólar desaparezca como moneda patrón sin un derrumbe generalizado del mundo capitalista en su conjunto.

Aquellas potencias emergentes que quisieran «desacoplarse» del sistema hegemonizado por el dólar y el Imperio estadounidense desprendiéndose de sus reservas en la divisa estadounidense se convertirían en las víctimas y (a la vez) victimarias del descalabro del sistema mundial capitalista que producirían.

Especulación financiera, comercio exterior, armamentismo, tecnología, están sujetos a operaciones a escala global con el dólar como moneda de transacción y cambio.

EEUU es la mayor potencia militar (convencional y nuclear) mundial, y su presupuesto armamentista de más de  US$ 800.000 millones se concreta con créditos y efectivo en moneda estadounidense, por lo cual una caída del dólar terminaría con la supremacía del poder militar del Imperio estadounidense, algo imposible de pensar sin que antes vuele todo  el planeta.

La exportación e importación de equipos de computación y sistemas informáticos que mueven el mundo desde el polo norte al polo sur, se realizan principalmente en dólares, y un derrumbe de la moneda estadounidense produciría un colapso mundial de los sistemas financieros y económico productivos, administrativos, informáticos y de comunicaciones a escala mundial.

En el centro del modelo imperial-económico capitalista globalizado , y a modo de protagonistas centrales, se encuentran EEUU y la Unión Europea (los principales compradores mundiales), y China (el principal vendedor mundial), cuyas economías entrelazadas se proyectan como claves y dominantes en el funcionamiento de todo el sistema capitalista a escala global. Las operaciones se realizan mayoritariamente con el dólar como moneda de transacción. Además, China tiene el 70% de sus reservas en valores y títulos del Tesoro de EEUU.

Como se sabe, EEUU es el principal comprador de productos chinos en dólares, y el gigante asiático, a su vez, es el principal importador de petróleo y materias primas de los «países emergentes» en dólares, con lo que se puede deducir que si la divisa y el Imperio estadounidense colapsaran (tal como vaticinan los garúes del «desacople») el impacto se va a proyectar inevitablemente en una crisis de China proyectada a los «países emergentes» y a los países centrales.

Si China, Japón, India, Rusia, Tailandia y Corea del Sur (los mayores tenedores de reservas en dólares) resolvieran desprenderse de la divisa estadounidense, como vaticinan los teóricos del «desacople,  el mundo se llenaría de papeles estadounidenses sin respaldo (el producto de la especulación financiera y la deuda USA por casi un PBI mundial), estallaría una recesión mundial proyectada desde EEUU y el dólar colapsaría junto con el comercio exterior, el sistema financiero y el sistema económico productivo, tanto de los países centrales como de los periféricos y emergentes.

En resumen, si se cayeran EEUU y el dólar, sería como si una bomba nuclear estallase en la economía capitalista a escala planetaria y nadie podría escapar con vida de la radiación que se desataría por efecto encadenado.

Y como el dólar tiene las funciones de reserva internacional, sirve de respaldo para la mayoría de las monedas, y hace de medio internacional de pago, su caída  significaría el fin del patrón dólar, y generaría una mundialización de la crisis en la que ningún estado capitalista podría sobrevivir.

Fuente: http://www.iarnoticias.com/2011/secciones/contrainformacion/0063_dolar_no_puede_caer_30jul2011.html

Las dos realidades de la crisis de deuda en los países industrializados


Las dos realidades de la crisis de deuda en los países industrializados

by Miguel Kiguel on 24 agosto, 2011 ·

¿Estamos en la antesala de una nueva crisis financiera internacional? 

Las bolsas ya han caído un 20%, la volatilidad ha subido casi a los niveles del 2008 y los fantasmas de deudas impagables aparecen tanto en EEUU como en Europa. 

Todavía no se ve la luz al final del túnel, pero todo indica que estamos ante dilemas de política económica a ambas márgenes del océano Atlántico del Norte, que son de naturaleza diferente y que seguramente tendrán finales distintos.

Si bien la situación es compleja, lo cierto es que hoy no esperamos una crisis financiera como la del 2008, especialmente porque los bancos en EEUU y en el Reino Unido han limpiado en gran medida sus balances y asumido la mayor parte de las pérdidas relacionadas con el sector inmobiliario.

Por otro lado en Europa la dinámica de la deuda, del crecimiento y de la competitividad es preocupante en los llamados países periféricos y por ahora no se ve una salida ordenada de la crisis.

El gran problema en el 2008 fue que luego de la caída de Lehman Brohers se generó una gran desconfianza que llevó a que prácticamente desaparecieran los créditos entre instituciones financieras, y aparecieran importantes problemas de liquidez que incluso afectaron la colación de papeles comerciales y los pagos de los rescates de los llamados money markets. 

Fue un pánico financiero de libro de texto, donde la corrida esta vez no fue de depósitos, sino de otros pasivos financieros como por ejemplo pases, líneas bancarias o créditos relacionados con operaciones con derivados.

La solución al pánico del 2008 fue un aumento importante en el monto del seguro de depósitos y la extensión de una garantía por parte del gobierno de todos los pasivos financieros bancarios (excluyendo bonos subordinados y acciones preferidas), lo que llevó a una inmediata descompresión de los spreads crediticios y de un aumento en las financiaciones interbancarias. 

La Reserva Federal además inyectó liquidez en el sistema financiero y compró papeles comerciales de empresas de primera línea para sostener el precio de los instrumentos financieros de corto plazo.

La “tecnología” para evitar un pánico financiero por ende ya existe y seguramente se va a usar nuevamente en caso de ser necesario.

Al mismo tiempo, y a pesar de que la deuda en EEUU ha subido mucho y que por el tamaño de los déficits fiscales se espera que aumente aún más, no cabe esperar una crisis de deuda ya que la capacidad de pago existe y seguramente se mantendrá a pesar de la baja de la calificación crediticia que recientemente hizo S&P.

El principal problema que enfrenta EEUU hoy es el riesgo de una recesión ante la cual tiene pocas posibilidades de responder con políticas macroeconómicas expansivas. La munición gruesa ya se utilizó para combatir la crisis financiera del 2008 y queda poco margen de acción tanto en lo que hace a la política fiscal como a la monetaria.

Por el lado fiscal, el país mantiene déficits del orden del 10% del PBI, lo que explica que el stock de deuda pública ya representa casi 100% del PBI.

Ciertamente no hay espacio para mantener estos déficits fiscales por muchos años, especialmente porque Obama sigue jaqueado por un lado por el ala fundamentalista del partido republicano, el llamado Tea Party, que quiere presupuestos balanceados lo antes posible y se niega a aumentar los impuestos y por el otro por las agencias de calificación crediticia que miran con preocupación el aumento de la deuda pública.

Las mayores fichas están puestas en Ben Bernanke, de la Reserva Federal, quien tampoco tiene mucho margen de acción.

Las tasas de interés ya están en cero y ha aumentado la base monetaria un 250% a través de las expansiones cuantitativas QE1 y QE2. 

Estas expansiones en la cantidad de dinero no han logrado estimular a la economía, principalmente porque los bancos han aumentado muy poco el crédito a pesar de la suba en la base monetaria.

Hoy los mercados han puesto las esperanzas nuevamente en la FED, que seguramente implementará un QE3, aunque no parece que la política monetaria pueda por sí sola revertir la situación económica.

Sin la posibilidad de implementar políticas expansivas la suerte de la economía americana dependerá de que se recupere el sector inmobiliario (que pareciera estar en el último año de la recesión) y que el reciente repunte del crédito bancario le dé impulso al consumo.

Al otro lado del océano las cosas lucen un poco más complejas y el panorama más sombrío. Europa está pagando un precio muy alto por construir una unión monetaria que no incluye una política fiscal común y en la que tampoco existen mecanismos centralizados que tengan a cargo la regulación y la re-capitalización de los bancos.

Una debilidad de esta unión es que cada país se tiene que hacer cargo de los problemas de solvencia de sus bancos, y dado que el tamaño de los mismos es grande (activos de más del 100% del PBI), cualquier problema de solvencia que aparezca puede requerir una importante emisión de deuda pública para rescatarlos. Esto es lo que ocurrió en Irlanda e Islandia, y lo que llevó a que estos dos países sufrieran crisis de deuda pública.

Uno de los principales riesgos que enfrentan los países de la Eurozona es que los problemas de deuda se agudicen como resultado de que la recesión se profundice y que la caída en los precios de los bonos lo que afectaría la solvencia de los bancos, y llevaría a la necesidad de rescates que generen problemas de endeudamiento en diferentes países. 

Esto podría generar un efecto dominó, en la que cada país que sufre un problema de deuda arrastra a los demás.

Una de las alternativas para evitar este escenario sombrío es que se tomen medidas conjuntas, tales como la emisión de Eurobonos que estarían respaldados por todos los países de la Eurozona. Esta opción hoy no parece probable, pero en algún momento va a ser necesaria.

El segundo problema que enfrenta la Eurozona es que tiene sólo una moneda pero dos realidades muy diferentes. Por un lado están los países de la Europa periférica, entre los cuales el que está en la situación más complicada es por lejos Grecia, que tienen problemas fiscales, de deuda y de empleo y de competitividad por lo que necesitan un Euro débil.

Los programas de ajuste fiscal y de baja de costos internos no están dando resultados, especialmente porque no ayudan al crecimiento y terminan profundizando la recesión, aumentando el desempleo y los déficits fiscales..

La tragedia griega tiene un final anunciado, y la duda es si el default será acompañado o no por la creación de una cuasi-moneda.

Alemania, por otro lado, es un país que está creciendo, que tiene un sector exportador dinámico y que podría tolerar un Euro incluso más fuerte que el actual.  Paradójicamente, la preocupación en Alemania es el recalentamiento de la economía y la inflación, lo que ha llevado a que  el Banco Central Europeo  (BCE) haya subido las tasas de interés.

En la medida en que la crisis se circunscriba a Grecia, Irlanda y Portugal (que juntos sólo representan el 6% del área del Euro), parecería que los montos a financiar son manejables. El problema serio aparecería si la crisis de deuda se expande a Italia y España (que representan respectivamente 12%  y 17%), con lo cual se pondría en riesgo la solvencia de la Eurozona.  La suba del riesgo crediticio en estos dos países hace unas semanas fue una señal de alerta y causó estupor en los mercados y sólo se frenó gracias a la intervención del BCE. Pero el problema no ha desaparecido y no queda claro hasta qué monto el BCE seguirá interviniendo.

Europa enfrenta problemas en la estructura de la unión monetaria que complican cualquier solución que se busque para los países periféricos, y la política de aumento de las tasas de interés que ha seguido el BCE debilita a los países de la periferia.  Esto implica que a menos que haya importantes cambios en la política económica la crisis de Europa no habría terminado ni tocado fondo.

Para evitar que la crisis se profundice en Europa va a ser necesario que el BCE intensifique la política de expansión cuantitativa (siguiendo el ejemplo de EEUU), baje las tasas de interés de corto plazo a cero y logre debilitar significativamente al Euro.  La alternativa sería una fuerte transferencia de recursos financieros a los países de la Europa periférica que le dé un estímulo fiscal a estas economías sin que esto signifique un deterioro en la situación fiscal.  Pero esta última alternativa requiere que los alemanes subsidien a los griegos, lo portugueses y los irlandeses, algo que hoy no parece que sea aceptable para el votante alemán. Si sigue el status quo, que parece el escenario más probable, la situación económica y financiera en Europa seguramente se seguirá deteriorando.

En conclusión.  En EEUU el mayor riesgo parecería ser el de una nueva recesión o que se mantenga un período de bajo crecimiento por varios años.  No parece haber un riesgo de una nueva crisis financiera.  En Europa el panorama luce más complicado, ya que no sólo aparece el fantasma de una nueva recesión sino que también existe el riesgo de una crisis de deuda cuyas consecuencias aparecen hoy como imprevisibles y sólo pueden ser avizoradas por los autores del realismo mágico.

http://focoeconomico.org/2011/08/24/las-dos-realidades-de-la-crisis-de-deuda-en-los-paises-industrializados/

¿Por cuánto tiempo pueden el BCE y la Fed seguir apuntalando al actual sistema financiero?


¿Por cuánto tiempo pueden el BCE y la Fed seguir apuntalando al actual sistema financiero?

avatar Marco Antonio Moreno   27 de agosto de 2011 |

Fed_BCE

A cuatro años del estallido de la crisis subprime en Estados Unidos, que desencadenó la actual crisis financiera, la Fed y el BCE se han convertido en los prestamistas de última instancia de la banca.

Desde hace tres años, tras la quiebra de Lehman, la Reserva Federal de Estados Unidos ha entregado en secreto 16 billones de dólares a la banca europea y estadounidense, y hoy estas instituciones se han hecho completamente adictas a las inyecciones de la Fed y el BCE.

Este es un mecanismo que trasgrede los propios principios del BCE, pero que el BCE los ejecuta para mantener a la banca a flote; total, al otro lado del Atlántico, la Fed hace exactamente lo mismo.

El problema es ¿Cuánto tiempo puede mantenerse esta situación?

De hecho, la mitad de los 30 principales deudores en el marco del programa original de la Fed fueron los bancos europeos.

Algunas de estas instituciones que han tomado recursos de la Fed son el británico Royal Bank of Scotland, con 541.000 millones de dólares, el suizo Credit Suisse Group, que tomó 262.800 millones de dólares y el alemán Deutsche Bank, al que la Fed prestó 354.000 millones de dólares.

Con posterioridad, la Fed defendió estas acciones, argumentando que fue para repeler una posible catástrofe al estilo de la de 1929.

El Banco Central Europeo ha mantenido la misma tónica comprando en secreto miles de millones de activos riesgosos (o basura tóxica) a modo de ayuda colateral para los bancos privados que luchan por mantenerse a flote.

Dada la inestabilidad de los mercados y al hecho de que los bancos no se están prestando entre ellos (por las sospechas en la credibilidad de sus balances) y porque están cada vez más nerviosos por desconocer qué bancos están expuestos, ningún banco presta a otro banco

Tal como ocurre en el juego de las sillas musicales, la música se detendrá en cualquier momento, y se pueden quedar con las manos vacías.

Por eso las quiebras bancarias han sido cuantiosas, y los despidos de personal también. Como señalo en este post, la banca programa para los próximos meses más de un millón de despidos.

No sólo los bancos privados pudieron disfrutar de los préstamos de la Fed.

También lo hicieron muchas corporaciones y bancos centrales a través de líneas de swap. Los préstamos por esta vía incluyen a los bancos centrales de Australia, Dinamarca, Inglaterra, Japón, México, Noruega, Corea del Sur, Suecia y Suiza.

Los fondos de pensiones en Suecia y Japón también se beneficiaron de este programa de ayuda de la Reserva Federal que operó en secreto y a espaldas del gobierno.

El monto llega a 16 billones de dólares, y puede consutarse aquí versión completa de la Fed.

Entre los mayores bancos privados del mundo que buscaron la ayuda de la Fed en medio de la crisis, se cuentan el británico Barclays, el francés Société Généralea, los suizos UBS y Credit Suisse, el belga Dexia, los alemanes Bayerische, Deutsche Bank y Dresdner Bank.

El gigante de seguros American International Group es el ejemplo más notorio de este fenómeno. De los 182.000 millones dólares que AIG recibió a través del programa TARP, 61.600 millones los derivó a empresas extranjeras.

En total, 87 instituciones financieras se beneficiaron del rescate de AIG, de las cuales 43 eran europeas. Los bancos en Francia, Alemania, Canadá, Gran Bretaña y Suiza recibieron dinero de los contribuyentes de Estados Unidos a través de AIG.

El BCE no se ha quedado atrás y también ha desarrollado numerosas inyecciones de liquidez a la banca privada, a modo de anticipo de los 440 mil millones de euros del Fondo de Estabilización que estará disponible el año 2013.

La idea de crear un Fondo de Estabilización en medio de la crisis es algo que se critica a la UE… si no fue capaz de crearlo en el período de las vacas gordas, menos puede generar ahorro en las vacas flacas.

Esto demuestra que las políticas del BCE han sido procíclicas y han potenciado el ciclo económico: estimulándolo aún más en los períodos de expansión y burbuja, y contrayéndolo violentamente en los períodos de crisis por la vía de los recortes y ajustes presupuestarios.

Una política opuesta a la que se debería hacer para amortiguar el ciclo.

La clave indica que hay que contraer y reducir la expansión en los períodos de auge y, a su vez, liberar y expandir en los períodos de crisis. Pero esta receta fue considerada obsoleta por la corriente que argumentó tener el control del ciclo económico.

Y señaló que era absurdo pensar en un control externo dado que los más sano era la autorregulación. Y ahora vemos los resultados.

Las políticas del BCE, con su imperativo único de las metas de inflación, desplazaron todos los otros objetivos como las metas de crecimiento o el empleo. De esta forma, las metas de inflación se convirtieron en la única variable a tomar en cuenta por el BCE, y ya sabemos Quien ganó con las metas de inflación.

Ahora, en concreto, los bancos centrales se han quedado sin herramientas de política dado que han agotado todo su instrumental teórico y lo único que les queda es la inyección de más y más dinero fresco como si el solo dinero pusiera en marcha a la economía. Y no hay tal.

Lo imperdonable es que mientras el BCE sigue asfixiando a la economía real por la vía de los ajustes, recortes presupuestarios y planes de austeridad, inyecta cuantiosos recursos a la banca para mantener a flote a un sistema que se cae a pedazos.

Se le sustraen recursos a la economía real, que es la genera empleo y da vida al sistema financiero (la salud del sistema financiero está, principalmente, en la actividad real de la economía), para dárselos a la banca que nos metió en este lío. Es el mundo al revés.

Y el problema continúa porque los bancos no hacen nada productivo con el dinero que reciben, sólo tapar sus grandiosos agujeros.

Para hacerlo productivo, los bancos deben ponerlo en circulación junto a las empresas que producen, justamente lo que no están haciendo, y que es una de las razones que han llevado a reducir las proyecciones de crecimiento para la zona euro a 0,5% para el próximo año. Lejos del pronostico de 1,2% previsto anteriormente.

Esto es porque la banca dejó de cumplir su rol y se hizo adicta al dinero fácil de los fraudes y las apuestas de casino.

Esta es la razón por la que el actual sistema financiero está pronto a morir de obsolescencia.

Aunque en verdad ya está muerto y la Fed y el BCE lo mantienen aún artificialmente conectado para mantener las apariencias.

En El Blog Salmón | Colapsa la banca mundial y el sistema se va a pique antes de lo previsto,

¿Es conveniente un límite constitucional del déficit público?


¿Es conveniente un límite constitucional del déficit público?

by Pablo Vázquez on 25/08/2011

En Fedea hemos preparado un documento titulado “¿Es conveniente un límite constitucional del déficit público? Límites constitucionales: Sí, pero creíbles y flexibles”. Creemos que este pequeño apunte puede servir para dar ciertas claves sobre la próxima reforma constitucional.

Introducción
Las consecuencias fiscales de la crisis y la situación de los mercados de deuda están obligando a ser muy exigentes con el control los déficits y a revertir el rápido incremento de la deuda.

Por otro lado, la propia crisis ha puesto de manifiesto que la supervivencia del euro exige mejorar sus mecanismos de gobernanza e intensificar a coordinación de políticas fiscales. Este es el contexto en el que se plantea la reforma constitucional.

En este documento elaborado por FEDEA discutimos en qué medida puede ayudar el establecimiento de un límite constitucional al déficit público, a la recuperación del equilibrio de las cuentas públicas y a la salida de esta crisis recurrente.

Desarrollamos nuestro análisis en dos partes. En la primera nos preguntamos si son convenientes las reglas fiscales que limitan el déficit y a continuación nos preguntamos si hay que hacerlo en la constitución. Finalmente concluimos que estas reglas serán inútiles sino se atacan los problemas estructurales de la economía española.

¿Son convenientes reglas fiscales que limiten los déficits públicos?

Una regla fiscal es un diseño de comportamiento de la política fiscal de un Estado a lo largo del tiempo.

El contenido concreto de una regla fiscal puede ser muy diverso, y pueden orientarse a controlar los gastos públicos, ajustar impuestos, o a fijar objetivos de déficit de las administraciones públicas y/o ratios de endeudamiento (deuda pública sobre PIB).

Las reglas fiscales que limitan los déficit públicos pueden cumplir dos misiones:

  1. 1. Ofrecer coherencia temporal a las decisiones de política fiscal de las administraciones públicas.
  2. 2. Asegurar la sostenibilidad de las cuentas públicas en el medio y largo plazo.

Bien diseñadas, además de permitir un crecimiento más equilibrado de la economía a lo largo del tiempo, refuerzan la credibilidad de un Estado y facilitan su acceso a los mercados de deuda.

En definitiva, aseguran la coherencia del objetivo a corto plazo del Gobierno en cada momento con los intereses del país a medio y largo plazo. Es importante enfatizar que una regla fiscal puede acomodar tanto gastos e impuestos altos, como gastos e impuestos bajos.

Por tanto, una regla fiscal no tiene por qué implicar recortes de gastos ni una reducción del Estado del Bienestar. De hecho los creadores del Estado de Bienestar en Suecia eran partidarios de garantizar un superávit en las fases ascendentes del ciclo para hacer sostenible el gasto social.

No obstante, las reglas fiscales que limitan los déficits públicos también tienen aspectos negativos. El más importante es que restan capacidad de reacción a los gestores públicos frente a las crisis.

Por tanto, es fundamental que la regla fiscal deje suficiente margen para la flexibilidad. El sistema fiscal español (como el de todos los países modernos) incorpora en su diseño lo que los economistas llamamos “estabilizadores automáticos”.

Cuando la economía crece deprisa, los ingresos crecen aún más y cuando la economía se contrae los ingresos caen también más aun sin ningún tipo de decisión política explícita de las administraciones públicas. Algo similar, pero con el signo opuesto, ocurre con los gastos, estos crecen en las recesiones y caen en las expansiones.

Dos ejemplos concretos nos ayudan a entender este comportamiento:

  1. Las ganancias de capital o los beneficios de las empresas responden de manera aguda al ciclo económico y con ellos los impuestos devengados por estas categorías.
  2. Desde el lado del gasto, las prestaciones por desempleo se disparan en las recesiones y caen en las expansiones.

Para valorar el tamaño de estos efectos, recordemos que, durante la última recesión el saldo presupuestario del conjunto de las administraciones públicas pasó de un superávit del 1.9% del PIB en 2007 a un déficit del 11.1% en 2009, un cambio de 13%. De estos 13 puntos, 9 puntos fueron causados por los estabilizadores automáticos y solo 4 puntos por las decisiones discrecionales de las administraciones.

La palabra “estabilizador” viene de que, casi siempre, reducir los ingresos en una recesión y subirlos en una expansión estabiliza la economía (y al revés con los gastos: subirlos en una crisis y reducirlos en un boom aminora las fluctuaciones del PIB). La palabra “automático” viene de que el cambio en la recaudación se produce sin que las administraciones públicas actúen: el ciclo económico produce por sí solo este resultado.

¿Qué ocurriría si forzásemos, por ejemplo, a un déficit cero año a año? Imaginémonos que España parte de una situación de déficit cero y, por una negativa sorpresa, sufre un shock externo, pongamos un shock petrolífero del que no somos culpables. El encarecimiento del precio de la energía contrae la economía y con ello caen los ingresos y sube el gasto.

Si quisiéramos re-establecer el equilibrio presupuestario en ESE periodo en concreto, esto nos llevaría a tener que subir los impuestos o reducir el gasto, con lo que se agrava la recesión (lo que genera, a su vez, caídas adicionales de ingreso y subida de gasto, en una espiral tremendamente negativa como la que se observa ahora en Grecia).

Al revés, si no exigimos superávit en el medio de una expansión (por seguir en el ejemplo anterior, causada por una fuerte caída del precio del petróleo), existe la tentación de subir el gasto público o bajar los impuestos, calentando aún más a la economía.

Cualquier regla fiscal debe basarse, por consiguiente, no en el déficit corriente en un año en concreto, sino en una medida de superávit o déficit “estructural” que corrige por los estabilizadores automáticos. Además, debe considerar dos factores en el objetivo de superávit estructural:

  1. Un sesgo positivo, por ejemplo, del 1.5% del PIB. Este sesgo asegura la existencia de un suficiente grado de maniobra fiscal en el caso de la llegada súbita de crisis económicas de importancia como la experimentada estos años.

Un factor que corrija por la razón de deuda pública sobre PIB. Por ejemplo, por cada punto de la razón por encima de 50%, el objetivo de superávit estructural podría subir un 0.02% (y al revés en caso de que la deuda fuera inferior). Así, con una deuda de un 80% del PIB, el objetivo de superávit estructural sería el 2.1%. Si la deuda pública fuera el 20% del PIB, el objetivo de superávit estructural sería el 0.9%.

Teniendo en cuenta tanto los aspectos positivos como negativos de reglas fiscales que limiten el déficit público, y dados los problemas de sostenibilidad presupuestaria a los que nos enfrentamos y la negativa experiencia de España con los mercados internacionales de deuda, la introducción de una regla fiscal puede contribuir, en el marco de un programa global de reformas, a afianzar la recuperación de nuestra economía, al crecimiento del empleo y a garantizar un estado del bienestar generoso e integrador.

¿Es necesario que la regla fiscal tenga rango constitucional?

Aún bien diseñada, la regla fiscal puede fracasar porque no se implemente adecuadamente. Otorgarle un rango constitucional puede contribuir a afianzar su credibilidad y a demostrar el serio compromiso de una sociedad con la responsabilidad fiscal y con la creación de instituciones de calidad. Nótese, no obstante, los dos prerrequisitos fundamentales: debe estar bien diseñada y debe ser un reflejo del consenso social a favor de la responsabilidad fiscal.

En este contexto, una institución que ayuda a demostrar el consenso social a favor de la responsabilidad fiscal y ayuda a implementar una regla fiscal es un Consejo de Política Fiscal, dirigido por un grupo de expertos independientes, con un equipo y presupuesto propio estudiaría las condiciones de la economía española y contabilizaría las cuentas públicas y el efecto del ciclo económico sobre las mismas.

Existen dos precedentes en los que basar este Consejo.

Uno, los consejos existentes en países de nuestro entorno, como Suecia, Holanda, Bélgica, Dinamarca o Reino Unido (aunque con diferencias en su funcionamiento con respecto al consejo que sería más apropiado para España) han demostrado independencia y profesionalidad.

Dos, los bancos centrales independientes en la mayoría de los países avanzados.

Un buen diseño institucional, con mecanismos de supervisión como auditorias periódicas por expertos internacionales o informes a las Cortes, garantizarían el correcto funcionamiento del Consejo.

Aún con rango constitucional, una regla fiscal es inútil si de su incumplimiento no se deriva ninguna consecuencia. Por ello, es importante establecer mecanismos automáticos que respondan a las desviaciones del objetivo trazado.

Sin entrar en una enumeración exhaustiva de los posibles mecanismos automáticos, tres sencillas medidas serían:

  1. Establecer recargos automáticos sobre IRPF, Impuesto de Sociedades e IVA en casos de déficits excesivos.
  2. Establecer límites de gasto automáticos en consumo e inversión pública en casos de déficits excesivos.
  3. Establecer reducciones automáticas de sueldo de los miembros del gobierno nacional, autonómico y locales en casos de déficits excesivos.

Conclusión

En definitiva, las reglas constitucionales, si están bien diseñadas y tienen el suficiente rango son útiles para mejorar nuestra gobernanza de la economía.

Pero la regla fiscal, aún con rango constitucional, será inútil si no se resuelven los problemas estructurales de nuestra economía, que no son solo de índole fiscal.

Hay que reorientar las reformas en nuestro mercado de trabajo, en el sistema financiero y en la educación. Son medidas más difíciles, pero más importantes a medio plazo.

La reforma constitucional, el déficit y la sorprendente historia de Guy Abeille


La reforma constitucional, el déficit y la sorprendente historia de Guy Abeille

Sábado 27 de agosto de 2011. Nodo50 | Descargar artículo en PDF

 

Fuente : No sin mi bici

Hace dos días se produjo en el parlamento el anuncio de lo que puede ser un verdadero atentado contra la soberanía económica de España: el Presidente, sin ni siquiera haberlo discutido con su propio partido, propone una reforma por vía de urgencia de la constitución para fijar un límite al déficit y al gasto público, un hecho de especial trascendencia para la vida económica del país que no se someterá a referéndum, aceptando una propuesta de la oposición que tiempo antes se había menospreciado y a poco más de dos meses vista de las elecciones generales.

Con la sospecha, más que fundada, de que se actúa bajo mandato directo del Banco Central Europeo y las presiones de Alemania.

 

Después de 30 años sin atender a justas y necesarias demandas de reforma constitucional (ley electoral, posibilidad de referéndum vinculante, elección de cargos del poder judicial, reforma del senado, etc) resulta que un Presidente al que le quedan dos telediarios quiere reformar la constitución por presiones de poderes económicos exteriores.

La reforma consiste en limitar de forma estricta mediante mandato constitucional el déficit y el gasto público. Esto de limitar el déficit, en principio, está muy bien, y si nunca fuera necesario pues mucho mejor. Pero el déficit no es más que una diferencia negativa de los ingresos respecto a los gastos.

Resulta que en todos estos años de crisis no sólo no hemos visto ni una sola medida seria para reducirlo aumentando los ingresos (fiscalizar las grandes fortunas -como se hará en Francia, hasta algunos grandes empresarios lo han pedido voluntariamente-, luchar a fondo contra el fraude fiscal y la sangrante evasión de divisas a los paraísos fiscales, plantear un debate acuciante sobre la tasación de las transacciones financieras…) y ahora nos salen con que van imponer constitucionalmente un límite estricto y sin precedentes al gasto público.

Esto, como cualquiera puede imaginar, supone un aval constitucional a decisiones que impliquen disminución de la inversión pública, recortes del gasto social, recortes salariales de los funcionarios, políticas de privatización de bienes y servicios públicos y limitación de políticas de reactivación económica mediante el gasto público que aumenten de forma razonable el déficit.

Por otra parte, no hace falta ser catedrático de economía para saber que esta magnitud es una medida que por si sola no dice gran cosa, y que incurrir en él (al igual que cuando nos endeudamos al pedir un crédito) no tiene por que ser siempre negativo.

Sin embargo, si puede ser necesario y fundamental para la política económica de un país en determinadas coyunturas. Por otro lado, es particularmente curioso y grave que esta decisión se tome en un país que no tiene una excesiva deuda pública, sino una gran deuda privada que puede aumentar si perdemos servicios y bienes públicos en el futuro a causa de este cerrojazo.

Observa la ministra Salgado que es una medida acertada porque genera confianza en los mercados… pero ¿qué coño les importará a los buitres que especulan día a día una reforma que entrará en vigor entre 2018 y 2020?

En fin, así es el Presidente del talante, que será talante de cualquier cosa menos democrático. Porque cuando se toma una decisión unilateral que afecta directa y sustancialmente a nuestra soberanía económica, nada menos que reformando la constitución, sin consultar al pueblo y cediendo ante las presiones de la Europa más conservadora, entonces se puede afirmar que, como siempre digo, lo que tenemos no es una democracia, sino una plutocracia de libro. Y todavía recuerdo aquél «no os decepcionaré» gritado desde Ferraz el día que ganó las primeras elecciones…

Hasta aquí la opinión. Ahora la parte más interesante de este artículo, en la que os contaré una historia que muy pocos conocen (supongo que Zapatero tampoco) y que todo el mundo debería saber, para ser conscientes de hasta que punto las grandes decisiones económicas (como la que se va a tomar en nuestro país) se apoyan a veces en dogmas sin ningún fundamento ni sentido. Os presento la historia del amigo Guy Abeille y el origen del ratio déficit/PIB como criterio sagrado de la estabilidad presupuestaria.

La sorprendente historia de Guy Abeille

Como sabéis, uno de los criterios de convergencia del Tratado de Maastrich, y quizás el más cacareado, es el de que los estados miembros no deben sobrepasar un déficit del 3% en relación al PIB. Uno podría pensar que es un criterio económico elaborado por sesudos expertos y fundamentado en sólidas teorías económicas.

Pues bien, nada más lejos de la realidad. Fue una invención oportunista, una operación de imagen sin ningún sentido económico para contener las ansias inversoras de los ministros del primer gobierno de Mitterrand en la Francia de 1981 y poder tranquilizar a la opinión pública sobre el aumento constante del déficit.

Sin más, os dejo con la aleccionadora historia de Guy Abeille, revelada en La Tribune de 01/10/2010 (este es el enlace para los que puedan leer en francés), contada en primera persona por su protagonista y resumida por mí. Pásalo, porque en este criterio sin criterio puede apoyarse el despropósito que Zapatero y Rajoy están cocinando.

“Soy un antiguo funcionario del Ministerio de Economía, destinado entre octubre de 1977 y junio de 1982 a la Dirección de Presupuesto. Me encargué de seguir y analizar mes a mes la ejecución de los presupuestos generales y de proporcionar a lo largo de todo el año la previsión de su saldo, y, en consecuencia, del déficit. Esta información la comunicaba redactando una nota mensual revisada y firmada por mis superiores que llegaba al ministro y, finalmente, al Eliseo.

Al final del ejercicio recibíamos la orden, en función de la proximidad de las elecciones y del clima electoral, de jugar sobre determinadas partidas poco claras de la contabilidad para arreglar el resultado que terminaría siendo publicado, traspasando de un ejercicio a otro determinadas facturas o gastos que se habían vuelto milagrosamente migratorios. Era yo y sólo yo quién entre diciembre y febrero estaba encargado, haciendo gala de inventiva y sagacidad, de establecer la lista cifrada y manuscrita (no se imprimiría nada) de lo que fuera posible hacer para el arreglo. Todo sin otro apoyo que la aprobación oral dada por mis superiores.

La llegada del déficit

En 1973 llegó la crisis del petróleo que cuadruplicó los precios y trastornó la economía mundial. A partir de 1975, con el plan de reactivación de Chirac (un modelo keynesiano de libro) las finanzas públicas se ponen al rojo, un déficit del que ya nunca se saldrá. A continuación, en 1979, llega la segunda crisis del petróleo. El presidente Giscard d’Estaing tiene una fijación: no dejar que el déficit supere la linea de los 30 mil millones de francos. Los dos presupuestos antes de la llegada de la izquierda aguantan en ese nivel (31 mil millones en los años 79 y 80), mediante el arte de los manejos contables que después de tres años de práctica en la Dirección del Presupuesto ya dominaba bastante.

Llega 1981

Con la llegada de Mitterrand, la cifra del déficit se actualiza a 55 mil millones de francos, cifra que el ministro del Presupuesto Laurent Fabius hace pública.

A finales de junio, urge preparar los presupuestos generales del año 1982, que serán los primero con la izquierda en el poder. Pero los nuevos ministros multiplican sus ruegos al Presidente para obtener más créditos para satisfacer sus necesidades. Entonces nos damos cuenta de que vamos a sobrepasar el límite de los 100 mil millones de francos, cifra que ni los más osados jamás se hubieran atrevido a murmurar.

Un encargo de última hora

En estas circunstancias recibimos una llamada del reciente número 2 de la Dirección del Presupuesto, para convocarnos a una reunión a mí y a Roland de Villepin, jefe del despacho. Eramos considerados entre la fauna local como esa especie, rara en la Dirección, de los economistas manipuladores de cifras (somo de alguna forma ingenieros de la economía). Nos hacen saber que el Presidente ha pedido personal y urgentemente disponer de una regla simple y práctica, pero con la marca del experto y por lo tanto sin apelación, que pueda blandir ante los más coriáceos visitantes «presupuestívoros».

Es necesario actuar rápido. Villepin (primo de Dominique de Villepin) y yo, no tenemos ni idea de qué hacer y a decir verdad ninguna teoría económica nos puede orientar. Pero la petición viene de lo más alto. Ponemos pues al animal presupuestario sobre la mesa de disección. Miramos del lado de los gastos, de su volumen, su estructura, con deuda y sin ella, reagrupando por aquí y por allá. Podemos establecer diversos índices, pero ninguno contundente como arma arrojadiza. Damos la vuelta a la bestia del lado de los ingresos: miramos por el lado de los impuestos, pero estos fluctúan con la coyuntura, varios tienen un desfase de un año… Todo es confuso y difícil de argumentar, y nos han pedido algo para la ostentación pública. El camino de los ingresos no tiene salida. Sólo nos queda una vía: el déficit.

El déficit le suena a todo el mundo: tener déficit es estar mal de dinero; o, si se prefiere, tirar de cheques que habrá que pagar mañana. Además el déficit ha adquirido después de Keynes su título de nobleza económica: es una de las variables más visibles de los modelos económicos. Por si sólo, tiene la envergadura y la claridad para salir del paso. ¡El déficit! Pero, ¿que hacemos con él? ¿A qué compromiso hay que someterle para extraer una norma?

La cosa está clara: el salvavidas todo-terreno de los macro-economistas con falta de referencias es el PIB: todo empieza y acaba en el PIB. Todo lo que es un poco grande parece dirigirse razonablemente a él. Así pues, será el ratio del déficit sobre el PIB. Simple; elemental incluso. Con el déficit sobre el PIB, parece que enseguida vemos algo claro.

Un criterio dudoso

Llegados a este punto se impone un poco de reflexión. Comiéncese por notar que el déficit es un saldo, no una magnitud económica de primer orden, sino el resultado de una operación entre dos magnitudes. Este simple hecho, trivial, comporta dos observaciones. La primera es que un mismo déficit puede obtenerse por la diferencia entre dos cantidades de magnitud muy desigual: 20 mil millones son tanto la diferencia entre 50 y 70 mil millones como entre 150 y 170 mil millones. Ahora bien, y esta es la segunda observación, no puede ser en absoluto indiferente a la economía el hecho de que la masa de gastos e ingresos públicos sea de una cierta amplitud (menos del 35% del PIB como en EEUU o Japón) o que lo sea de otra mucho más grande (más del 50% como en Francia o los países escandinavos); sin ni tan siquiera hablar del contenido de cada una de las masas: no es lo mismo un cierto volumen de ingresos con un IVA al 10% y un impuesto sobre la renta que llegue hasta el 80%, que con un IVA al 20% y un impuesto sobre la renta del 30% como máximo. O alinear un mismo volumen de gastos, pero con un 5% de subvenciones en inversión en un caso o del 20% en el otro. Por lo tanto, vemos que el valor del déficit por si mismo sólo tiene un sentido relativo.

La segunda observación afecta a la pertinencia del índice mismo: ¿dividimos coliflores entre zanahorias? Un déficit no es más que una deuda: es la cifra exacta de lo que hace falta pedir prestado a otros, y, por lo tanto, de lo que habrá que ahorrar durante los próximos años para devolver ese préstamo. Dicho de otro modo, mostrar un déficit en relación al PIB, es relacionar el flujo particionado, escalonado, de los vencimientos a pagar en los años venideros con la única riqueza producida en el año de origen. Hay un desfase temporal. De donde se deduce que el único criterio pertinente es el de la capacidad de reembolso en un horizonte dado (que es el del préstamo), la cual está en función, no tanto del déficit consentido en un año dado, como de la deuda global acumulada (ese año, pero también los precedentes y quizás los venideros) y de la previsión que se puede hacer de los recursos futuros, es decir, de la pareja crecimiento/rendimiento fiscal. El resto no es más que imagen.

Ultima observación, más general: un déficit no tiene el mismo sentido económico según sea algo puramente puntual en una serie de años de equilibrio, el cual será reabsorvido en unos años por la reactivación misma de la economía que ese choque habrá provocado (keynesianismo puro), o según sea un jalón más de un largo período de déficits instalados de forma crónica en la marcha de la economía.

Se comprende entonces que fijarse en el déficit de un año dado no tiene sentido. Y que llevarlo al PIB de ese mismo año menos aún. El ratio déficit sobre el PIB puede como mucho servir de indicador. Sopesa una magnitud y proporciona una idea, inmediata, intuitiva, de la deriva, pero nada más. En ningún caso puede servir de brújula de una política económica. No mide nada: no es un criterio. Sólo tiene el valor de un análisis razonado de la capacidad de reembolso, es decir, de un análisis de la solvencia.

Sin embargo, la cuestión política, no económica, permanece: ¿cómo trasmutar el plomo de un análisis razonado de la solvencia en el oro aparente de una regla sonora, impactante, que pueda ser una llave maestra? Es la cuestión que a última hora de la tarde, en junio del 81, se nos plantea.

Fabricar una norma

Presionados fabricamos la idea del déficit sobre el PIB, una redonda y bonita quimera. Ese será el ratio. Queda ponerle una tasa. Es cuestión de segundos. Miramos cual es la previsión del PIB más reciente proyectada por el INSEE (Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos) para el 82. Por otro lado tenemos 100 mil millones de euros de déficit para nuestros presupuestos en preparación. Metemos calculadora: la relación entre los dos no está lejos de dar el 3%.

Efectivamente, el 3%. No tiene otro fundamento que el de las circunstancias, pero está bien. 1% sería poco, 2% inaceptablemente comprometido en estos momentos y con pinta de ser demasiado redondo, prefabricado. Mientras que el 3 es una cifra sólida. Y además, en camino de los 100 mil millones de francos de déficit, marca la última frontera que somos capaces de concebir.

Volvemos a la Dirección del Presupuesto con nuestro 3% del PIB, del cual estamos contentos sin llegar a estar orgullosos, y les decimos que en vista de la hora que es y palabra de economista, es lo más serio y fundado que tenemos en ese momento en la trastienda.

Como se dispara el 3%

Francia se hunde. Mitterrand rebaja el déficit real de 120 mil millones de francos hasta los 95 mil millones que son anunciados, menos que el umbral simbólico de los 100 (nuestro 3% del PIB). Es la primera vez en la historia que Laurent Fabius refiere el déficit al PIB, para volverlo más leve, ya que, al fin y al cabo, el 2,6% del PIB que cita a los periodistas no es más que un pellizquito de este.

En el eterno combate económico con Alemania, el Ministro de Economía, Jacques Delors, es el primero en hacer saber que el déficit no debe sobrepasar el 3% del PIB. Aquí nacen las nociones de «déficits aceptables» y de «cifras razonables». A partir de entonces, en las declaraciones de Fabius, Delors y del Primer Ministro Mauroy, el 3% del PIB es la luz que alumbra el camino. Se convierte en el martilleo de una «política controlada de las finanzas públicas». El proceso de aculturación está terminado: lo que es razonable, no es ver en el déficit un accidente, quizás necesario, pero que es necesario corregir; no, lo que se decreta como razonable es añadir cada año a la deuda solamente una centena de miles de millones de francos.

Extensión del alcance del ratio

Y un buen dia aparece el Tratado de Maastricht. Teniamos el 3% en la manga. ¡En Francia lo usamos, es una cifra de expertos! Así pues, pasa a Europa. Y de ahí se extendería a todo el mundo. Sin ningún contenido, y fruto de las circunstancias, de un cálculo por encargo a falta de algo mejor, un buen día, ¡voilà el paradigma!

A veces, cuando oigo como un mantra repetir el 3% del PIB, me divierto con ese 3 que escogimos y me viene a la memoria el proverbio «numero deus impare gaudet»: Dios ama los números impares.”

Noam Chomsky: “EEUU en decadencia, enfrentado a la perspectiva de su deterioro definitivo”


Noam Chomsky: “EEUU en decadencia, enfrentado a la perspectiva de su deterioro definitivo”

“Es un tema común que Estados Unidos, que ’apenas hace unos años’ era visto como un coloso que recorrería el mundo con un poder sin paralelo y un atractivo sin igual (…), está en decadencia, enfrentado fatalmente a la perspectiva de su deterioro definitivo”, señala Giacomo Chiozza en el número actual de Political Science Quarterly.

Artículos de Opinión | Contrainjerencia |

La creencia en este tema, efectivamente, está muy difundida. Y con cierta razón, si bien habría que hacer cierto número de precisiones. Para empezar, la decadencia ha avanzado desde el punto culminante del poderío de Estados Unidos después del seguimiento, y el notable triunfalismo de los años noventa, después de la guerra del Golfo, fue básicamente un autoengaño.

Otro tema común, al menos entre quienes no se ciegan deliberadamente, es que la decadencia de Estados Unidos, en gran medida, es autoinfligida. La ópera bufa que vimos este verano en Washington, que disgustó al país y dejó perplejo al mundo, podría no tener parangón en los anales de la democracia parlamentaria.

El espectáculo incluso está llegando a asustar a los patrocinadores de esta parodia. Ahora, al poder corporativo le preocupa que los extremistas que ayudó a poner en el Congreso de hecho derriben el edificio del que dependen su propia riqueza y sus privilegios, el poderoso Estado-niñera que atiende a sus intereses.

La supremacía del poder corporativo sobre la política y la sociedad -por lo pronto básicamente financiera- ha llegado al grado de que las dos formaciones políticas, que en esta etapa apenas se parecen a los partidos tradicionales, están mucho más a la derecha de la población en los principales temas a debate.

Para el pueblo, la principal preocupación interna es el desempleo. En las circunstancias actuales, esta crisis puede ser remontada sólo mediante un significativo estímulo del Gobierno, mucho más allá del más reciente, que apenas hizo coincidir el deterioro en el gasto estatal y local, aunque esa iniciativa tan limitada probablemente haya salvado millones de empleos.

Pero para las instituciones financieras, la principal preocupación es el déficit. Por lo tanto, sólo está en discusión el déficit. Una gran mayoría de la población está en favor de abordar el déficit gravando a los muy ricos (72% con 27% en contra), según precisa una encuesta de The Washington Post y ABC News. Recortar los programas de atención médica cuenta con la oposición de una abrumadora mayoría (69% Medicaid, 78% Medicare). El resultado probable, por lo tanto, es lo opuesto.

El Programa sobre Actitudes de Política Internacional (Pipa) investigó cómo eliminaría el déficit la gente. Steven Kull, director de Pipa, afirma: “Es evidente que tanto el Gobierno como la Cámara (de Representantes) dirigida por los republicanos están fuera de sincronía con los valores y prioridades de la gente con lo que respecta al presupuesto”.

La encuesta ilustra la profunda división: “La mayor diferencia en gasto es que el pueblo favorece recortes profundos en el gasto de defensa, mientras que el Gobierno y la Cámara de Representantes proponen aumentos modestos. El pueblo también favorece aumentar el gasto en la capacitación para el trabajo, la educación y el combate de la contaminación en mayor medida que el Gobierno o la Cámara”.

El “compromiso” final -o más precisamente, la capitulación ante la extrema derecha- es lo opuesto en todos los sentidos y casi con toda certeza provocará un crecimiento más lento y daños a largo plazo a todos, menos a los ricos y a las corporaciones, que están gozando de beneficios sin precedentes.

Ni siquiera se discutió que el déficit podría eliminarse si, como ha demostrado el economista Dean Baker, se remplazara el disfuncional sistema de atención médica privada de Estados Unidos por uno semejante al de otras sociedades industrializadas, que tienen la mitad del costo per cápita y sus resultados médicos son equivalentes o aun mejores.

Las instituciones financieras y las grandes compañías farmacéuticas son demasiado poderosas para que siquiera se analicen esas opciones, aunque la idea difícilmente parece utópica. Fuera de la agenda por razones similares también se encuentran otras opciones económicamente sensatas, como la del impuesto a las transacciones financieras pequeñas.

Entretanto, Wall Street recibe regularmente generosos regalos. El comité de asignaciones de la Cámara de Representantes le recortó el presupuesto a la Comisión de Títulos y Bolsa, la principal barrera contra el fraude financiero. Y es poco probable que sobreviva intacta la Agencia de Protección del Consumidor.

El Congreso blande otras armas en su batalla contra las generaciones futuras. Enfrentada a la oposición republicana a la protección ambiental, la importante compañía de electricidad American Electric Power archivó “el esfuerzo más destacado del país para captar el bióxido de carbono de una planta actualmente impulsada por carbón, dándole un fuerte golpe a las campañas por refrenar las emisiones causantes del calentamiento global”, informó The New York Times. Esos golpes autoinfligidos, aunque cada vez son más potentes, no son una innovación reciente. Datan de los años setenta, cuando la política económica nacional sufrió importantes transformaciones que pusieron fin a lo que suele llamarse “la época de oro del capitalismo” de Estado.

Dos importantes elementos de ello fueron la financialización (el desplazamiento de las preferencias de inversión, de la producción industrial a las finanzas, los seguros y los bienes raíces) y la externalización de la producción. El triunfo ideológico de las “doctrinas de libre mercado”, muy selectivo como siempre, le asestó aún más golpes, conforme se traducía en desregulación, reglas de administración corporativa que condicionaban las enormes recompensas a los directores generales con los beneficios de corto plazo y otras decisiones de políticas similares.

La concentración resultante de riqueza produjo mayor poder político acelerando un círculo vicioso que le ha aportado una riqueza extraordinaria a la fracción de 1% de la población, básicamente directores generales de grandes corporaciones, gerentes de fondos de garantía y similares, mientras la gran mayoría de los ingresos reales prácticamente se estancaron.

Al mismo tiempo, el costo de las elecciones se disparó a las nubes, lo cual hizo que los dos partidos tuvieran que escarbar más hondo en los bolsillos de las corporaciones. Lo que quedaba de democracia política fue socavado aún más cuando ambos partidos recurrieron a la subasta de puestos directivos en el Congreso, como delineó el economista Thomas Ferguson en The Financial Times.

“Los principales partidos políticos adoptaron una práctica de los grandes detallistas, como Walmart, Best Buy y Target”, escribe Ferguson. “Caso único en las legislaturas del mundo desarrollado, los partidos estadounidenses en el Congreso le ponen precio a puestos clave en el proceso legislativo”. Los legisladores que aportan más fondos al partido son los que obtienen esos puestos.

El resultado, de acuerdo con Ferguson, es que los debates “se basan fuertemente en la repetición interminable de un puñado de consignas, que han sido probadas por su atractivo para los bloques de inversionistas y grupos de interés nacionales, de los que la directiva depende para obtener recursos”. Y que se condene el país.

Antes del crac de 2007, del cual fueron responsables en gran medida, las instituciones financieras posteriores a la época de oro habían obtenido un sorprendente poder económico, multiplicando por más de tres su participación en las ganancias corporativas. Después del crac, numerosos economistas empezaron a investigar su función en términos puramente económicos. Robert Solow, premio Nobel de Economía, concluyó que su efecto podría ser negativo: “Su éxito aporta muy poco o nada a la eficiencia de la economía real, mientras que sus desastres transfieren la riqueza de los contribuyentes hacia los financieros”.

Al triturar los restos de la democracia política, las instituciones financieras están echando las bases para hacer avanzar aún más este proceso letal… en tanto sus víctimas estén dispuestas a sufrirlo en silencio.

(El libro más reciente de Noam Chomsky es “9-11: Tenth Anniversary”. Chomsky es profesor emérito de Lingüística y Filosofía del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Cambridge, Mass.)

http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article28118

¿Qué hay detrás del teatro de la guerra en Libia? Petróleo, agua, la CIA, Al-Qaeda, manipulación masiva


¿Qué hay detrás del teatro de la guerra en Libia? Petróleo, agua, la CIA, Al-Qaeda, manipulación masiva

La guerra contra Libia parece haber sido planeada desde tiempo atrás y preparada por la inteligencia estadounidense para agenciarse el petróleo de este país o estratégicamente dentro de la agenda política global

En materia de guerras, el ciudadano de este planeta ha perdido la inocencia y seguramente no puede ya creer en que estas recurrentes empresas bélicas son orquestadas, como retóricamente se sostiene, en pro de la democracia o de la ayuda humanitaria, como se busca suavizar en nuestros tiempos.

Es una lástima perder la inocencia, pero acaso queda la posibilidad de la conciencia. Conciencia de que los conflictos bélicos que vemos en el mundo, actualmente Afganistán (y un poco Pakistán), Irak y ahora Libia son sofisticadas manipulaciones de la opinión pública que encubren oscuros intereses imperialistas, ocultas agendas geopolíticas o simplemente redondos negocios para grupos elitistas en el poder.

El caso de Libia probablemente no sea distinto al de Irak, y Gaddaf, dentro del guión, es el nuevo dictador desequilibrado del cual las grandes potencias -como superhéroes- deben de proteger al pueblo de Libia y al mundo.

Existen numerosos factores que llevan a pensar que la guerra de Libia no se trata de lo que han manifestado la ONU y la OTAN: impedir que Gaddafi reprima un movimiento de protesta democrático y desencadene un río de sangre inocente.

Habría que ser, no inocentes, sino totalmente ingenuos, para creer que el país del reciente Premio Nobel de la Paz, Barack Obama,  y sus aliados están dispuestos a gastar miles de millones de dólares an armas solamente para proteger a los desamparados ciudadanos de Libia, un país en el norte de África, que ha sido históricamente objeto de la explotación occidental (los generales de Mussolini cometieron sendas atrocidades en este país hace 90 años).

Asimismo, es de una lógica perversa querer proteger a la población civil y luego arrojar mísiles y bombas a los lugares donde viven.

Libia es el país que más petróleo produce de África, lo cual le da cierta solvencia económica, siendo que es un país con un extenso territorio pero con poca población.

 La ONU coloca a a Libia como el país #53 en su índice de desarrollo, el primero en África, arriba de países como México y Brasil (sospechosamente, Bahrein, otro país donde se está gestando una revolución, antecede a Libia, en el lugar 39) .

Gaddafi, pese a su incuestionable excentricidad y notable corrupción, ha hecho de Libia un país relativamente desarrollado, aprovechando sus enormes recursos naturales, que también incluyen grandes  (y valiosas) reservas de agua (y un impresionante río artificial).

El movimiento de rebelión de Libia desde occidente es visto como parte del contagio revolucionario que se ha esparcido por el mundo árabe como fuego silvestre.

Básicamente dentro de la diálectica polarizada de la democracia que vemos en todas estos movimientos de protesta (cuyo antecedente fallido es Irán en el 2009), donde existe un dictador maligno y un pueblo oprimido que busca liberarse utilizando las herramientas que occidente ha puesto en sus manos, clamando por ser liberado y conquistar la mítica democracia.

Aunque uno se podría preguntar si este contagio revolucionario es un contagio orgánico o más bien un virus -un caballo de troya- diseñado en los laboratorios de inteligencia de la CIA y demás dependencias de este estilo.

Una ola preparatoria para llegar al punto donde es necesario intervenir porque las condiciones así lo obligan (el Nobel de la Paz, Barack Obama, justificó su pronta intervención -posiblemente ilegal- diciendo que las circunstancias lo obligaban a intervenir).

El movimiento de rebelión en Libia -aunque sea editado bajo la la óptica polarizadora de los medios occidentales- no es en el fondo un movimiento del pueblo oprimido que busca liberarse a como dé lugar ( después de todo Libia es el país al que mejor nivel de vida tiene en África).

Aunque existe un obvia rebelión y un resentimiento ante la dictadura de 40 años de Gaddafi que podría encendesre ante lo sucedido en su frontera este, en Egipto, el movimiento de protesta en Libia es más una guerra civil entre distintos grupos de poder.

Hay que recordar que Libia había sido dividido en Tripolitana, con Tripoli como capital y en Cirenaica, con Benghazi como capital. Igualmente hoy el gobierno interino de los rebeldes ha hecho su capital en Benghazi y según diferentes analistas, entre ellos Alfredo Jalife-Rahme, lo que se está buscando es balcanizar a Libia.

¿Pero si lo que ocurre y preocupa es una guerra civili sangrienta, por qué Estados Unidos y la marioneta de la ONU no han intervenido antes en sangrientas guerras civilies en África, como las de Somalia o Rawanda?

Pero lo más interesante del asunto es que el noreste de Libia, donde se han resguardado los rebeldes y donde han recibido armas de Egipto, es la zona donde más terroristas de Al-Qaeda per capita fueron reclutados para luchar en la guerra de Irak, ciudades como Darnah y Benghazi siendo las que más aportaron, como queda constatado en el reporte del 2007 del Centro para el Combate al Terrorismo de West Point. Lo que significa que Estados Unidos, quien ha suministrado armas a este grupo rebelde a través de Egipto y Arabia Saudita, está armando a grupos extremistas islámicos relacionados con Al-Qaeda. Algo que parecería completamente equizofrénico, si no supieramos que Estados Unidos creó a este grupo en los ochenta bajo la batuta de Robert Gates y la CIA en Afganistán. Por lo cual valdría preguntarnos si Al-Qaeda no es el brazo militar secreto de Estados Unidos en el mundo. Los mercenarios del terror y el caos, cuya avanzada luego Estados Unidos se encarga de poner en orden.

El mismo Gadafi, según información de Reuters del 3 de marzo, culpó a Al-Qaeda de las revueltas en su país y a Estados Unidos de orquestar una conspiración para obtener su petróleo.

Inquietantes reportes de la inteligencia francesa muestran que el MI6 y la CIA pagaron a una célula de Al-Qaeda en 1995 para que matara a Muamar Gaddafi y obstruyeron intentos de llevar ante la justicia a Osama bin Laden. Pero al parecer Gaddafi, quien se sospechaba (o sabía) había tenido que ver en el bombardeo de Lockerbie, pactó con Estados Unidos y sus aliados, relativamente comportándose, hasta que decidieron que habían tenido suficiente.

El ex comandante de la OTAN, Wesley Clark, relata en la siguiente entrevista cómo apenas 10 días depués del 11 de septiembre del 2001 se le informó en el Pentágono que se iría a guerra contra Irak, sin habérsele dado una razón. Y un par de semanas también se le informó que se iría progresivamente a guerra con Libia, Sudán, Siria, Libano y finalmente Irán.

Curiosa o sincromísticamente, la guerra contra Irak inició un 19 de marzo, al igual que la Operación Odisea del Amanecer contra Libia que también inició un 19 de marzo (una fecha que posiblemente este relacionada con Minerva, la diosa romana de la guerra simbolizada por un búho, el símbolo del Bohemian Grove y también del billete de 1 dólar).

 

El periodista Stephen Lendman hace eco de lo que se mencionó antes, la posibilidad de que se hayan infiltrado agentes de la CIA y que se haya fondeado a los grupos rebeldes para desembocar en la actualidad de la guerra y señala que Estados Unidos no salta a una guerra de improviso, prepara por meses, al menos, un conflicto así, pese a que supuestamente las fuerzas aliadas no tienen un plan sobre cuánto tiempo durará la operación o si el objetivo es solamente deponer a Gaddafi y si ocuparán el territorio de Libia.

Por otra parte lo que está sucediendo en Libia podría verse como una insurrección, por lo cual no es soprendente que Gadaffi haya respondido con violencia a esa violencia, algo que haría cualquier país.

 

Es probable que Gadafi se haya salido fuera de control y se implementara el plan de su derrocamiento. Desde los documentos de WikiLeaks esto parece gestarse; unos de los cables más difundidos por los medios occidentales  fueron los que hablaban de las  delirantes extravagancias de Gaddafi -sus enfermeras ucranianas, su uso de botox, su corrupción – como si se estuvieran sentando las bases para construir de manera depurada el personaje del psico-dictador, al cual luego, después de este masaje mediático, podrían bombardear con la mínima legitimidad requerida.

Ya en esta conferencia de la ONU en el 2009, Gadafi había dado una muestra de estar fuera de control señalando que la gripe H1N1 es un arma de bioterrorismo artificial.

 

Michel Chossudovsky, director del Center for Global Reserach, menciona que los aliados han violado la resolución de las Naciones Unidas que ellos mismo han forzado a la mal llamada Comunidad Internacional.

El artículo 19 de la resolución dice que se pondrá un embargo de armas a Libia al mismo tiempo que ellos mismos traen armas a Libia o suministran a los rebeldes con armas. La resolución especifica que ningún tipo de armas se deben meter al país

.Por lo cual esta guerra sería un acto ilegal apoyado por los países de la OTAN, pero no por los países del BRIC.

El mismo Vladimir Putin llamó a esta guerra una cruzada, haciendo veladamente eco de la teoría de que se está librando una guerra santa contra el mundo árabe por parte del cristianismo y el zionismo; Fidel Castro y Hugo Chávez, predijeron semanas antes de la guerra que Estados Unidos invadiría Libia para obtener el petróleo de este país (el 3.5% del petróleo de todo el mundo).

El ejército de Rusia señala que los ataques aéreos que supuestamente perpetró Gaddafi a los rebeldes el 22 de febrero, reportados por la BBC y Al Jazeera, no sucedieron, así como varios ataques más que los medios han reportado, esto monitoreando satélites.

¿Estaremos viendo un nuevo simulacro, como el que denunciaba Jean Baudrillard en la Tormenta del Desierto?

 

Juan Chaneton escribe en el sitio Red Voltaire:

“Samira Rajab, diputada de Barhein, entrevistada por la RIA Novosti, declaró el miércoles en Manama, capital de aquella base estadounidense que los medios insisten en llamar Barhein, que “las protestas en los países árabes, por las que ya cayeron los regímenes en Túnez y Egipto, son una etapa de realización del plan estratégico de EE.UU. conocido como Nuevo Oriente Próximo”. Agrega la legisladora que su primera fase fue Iraq y que luego siguió el Líbano.

Desde 2011 comienza una nueva etapa, cuya realización llevará al menos un decenio”, —reafirmó Rajab—. En su opinión, EEUU pretende debilitar a los regímenes dictatoriales de la región e introducir grupos opositores en los gobiernos. La inestabilidad política de la región es su negocio. El negocio del imperio”.

Aunque se puede argumentar que los costos de la guerra son demasiadossimplemente para obtener el petróleo de un país, este argumento generalmente se esgrime desde la perspectiva de que los intereses que se están manifestando al buscar obtener ese petróleo son los de un país -una entidad  hasta cierto punto abstracta-

por ejemplo Estados Unidos buscando el petróleo de Libia y no desde la noción de que un gobierno y todo el aparato militar, mediático y político esté trabajando para los intereses de unas pocas personas de ese país o incluso de otros países -donde los potentados británicos, estadounidenses e isarelíes trascienden sus fronteras georgráficas- o de una serie de corporaciones controladas por un reducido grupo de personas.

En Libia, compañías chinas tienen la mayor participación en la industria petrolera de este país, tal vez un reacomodo beneficie a las petroleras de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. O, si hay que reconstruir el país ¿qué constructoras recibirán los contratos?

El antecedente de la administración Bush y los vínculos de Dick Cheney con compañías que se beneficiaron de la guerra no debe de obviarse -particularmente Halliburton-. En este sentido a estos individuos poco les importa su país o la economía de este, lo que importa es mantener el estado de las cosas en el que se pueda seguir controlando el mundo y beneficiando a ciertas familias empostradas en lo más alto de la pirámide.

Que la guerra contra Libia o Irak sea un mal negocio para Estados Unidos -para los contribuyentes, para la macroeconomía- poco importa si es un buen negocio para los banqueros, petroleros, y los fabricantes de armas y fármacos que desde hace décadas controlan los gobiernos del mundo.

Y sobre todo si sirve para avanzar esa oscura agenda que parece guíar al poder político en el mundo y llevar a los ciudadanos al abismo.

Queda por verse si los aliados logran agenciarse el petróleo o el agua de Libia -recursos que, ante su escasez, cada vez más pueden otorgar hegemonía-  o si la guerra tiene como fin desencadenar otros conflictos.

Lo que seguramente si podemos concluir es que los aviones bombarderos de los aliados no están ahí para salvar a los civiles y que cada vez más, pese a la manipulación de los medios, las personas del planeta dejan de creer en este teatro bélico que convierte a la muerte en un simulacro a través del cual se oculta el Plan que atraviesa toda la historia.

William Burroughs: Political conflicts are merely surface manifestations. If conflicts arise you may be sure that certain powers intend to keep this conflict under operation since they hope to profit from the situation. To concern yourself with surface political conflicts is to make the mistake of the bull in the ring, you are charging the cloth. That is what politics is for, to teach you the cloth. Just as the bullfighter teaches the bull, teaches him to follow, obey the cloth.

Gregory Corso: Who manipulates the cloth?

William Burroughs: Death

Allen Ginsberg: What is death?

William Burroughs: A gimmick. It’s the time-birth-death gimmick. Can’t go on much longer, too many people are wising up.

http://pijamasurf.com/2011/03/%c2%bfque-hay-detras-del-teatro-de-la-guerra-en-libia-petroleo-agua-la-cia-al-qaeda-manipulacion-masiva/

 

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marzo 4, 2011

 
78Quedan 78 días #nolesvotes

Si eres de los que está hasta la coronilla de la pandilla de acomodados que tienes en el gobierno, en la oposición y en otros asientos libremente distribuidos en el panorama electoral español, y muy especialmente, si estás harto o harta de que, a pesar de todo, se sigan repartiendo el pastel entre ellos sin hacerte caso a ti, es muy probable que estés deseando hacer lo mismo con ellos y mandarlos a todos a freír espárragos.

Probablemente has pensado en votar en blanco, votar nulo o, directamente, no moverte de la butaca de tu casa el 22 de mayo. Si es así, tómate diez minutos y lee este post mientras te tomas el café, porque voy a intentar hacerte ver de qué sirve cada una de las tres posiciones tal como están las cosas en España, con los datos en la mano y por qué #nolesvotes no te recomienda ninguna.

La abstención

#novotes es un hashtag que se deja ver junto con el de #abstencion mucho al igual que el de #nolesvotes. A veces incluso juntos. Pero no revueltos. No son lo mismo. Cuando alguien te dice que no votes, o decides no votar estás absteniéndote de expresar tu opinión en las urnas. Abstenerse es simplemente no votar. Quedarte en casa el día 22 de mayo viendo la tele y punto.

La diferencia sutil entre la gente de #novotes y la de #nolesvotes es que mientras la primera te dice que te abstengas, la segunda te dice que no te abstengas, pero que no votes a los de siempre. ¿A quién hacerle caso? Por supuesto, a quien tú quieras, el voto es tuyo. Pero antes de decidir toma esto en cuenta.

Si no votas, probablemente es para expresar tu descontento con la situación de la política española. Probablemente digas “estoy en contra de un sistema que me toma el pelo, así que no participo en el sistema“.

Algunos de los que han montado la página de Facebook de malestar.org, piensan así. Muchos de vosotros seguro que también. No obstante, los no-votos en el sistema electoral español no cuentan nunca. Ni para mal, ni para bien.

Pongámonos en antecedentes. Si leísteis mi post del martes, ya sabréis la historia de las elecciones catalanas. En 2010 igual que en 2006, la fuerza más votada en las elecciones catalanas fue la abstención, con un 40% y 43% de abstenciones respectivamente.

Ningún partido superó esos porcentajes en ninguna de las dos ocasiones. Ni siquiera el partido más votado, CiU. De hecho en las de 2006, a pesar de no haber ganado ninguno, los partidos del tripartito se propusieron tumbar al partido más votado y juntando sus cachitos, hicieron gobierno por encima de la voluntad popular.

El caso del referéndum para la Constitución Europea es el más chocante. Según el Gobierno, de cara a la Unión Europea, fuimos el primer país en aprobar la Constitución Europea por mayoría en referéndum.

El caso es que sí, el 76% de los votos fue para el sí, por lo que la Constitución fue aprobada por una amplia mayoría. Eso sí, solo fue a votar el 42% del censo.

Casi el 60% de los españoles se quedó en casa. Fue la participación más baja de toda la historia de la democracia. ¿Sirvió para demostrar algo? No. La Constitución se aprobó pese a ello.

Por lo tanto, en España, la abstención no significa que estés en contra del sistema. En España tu no-voto se va a tomar como un voto a la mayoría. Un “me da igual lo que salga, ya veremos cómo me las apaño luego”. Si realmente te da igual lo que salga, perfecto.

Si te da igual que suba el paro, la gasolina, las hipotecas, la delincuencia…

En fin, eres libre de no votar. Pero si estás hartito o hartita de este tinglado, no tienes más remedio que ir a votar si quieres que se te oiga. Si no, tu abstención se la van a pasar por el forro.

Curiosamente, echando la vista atrás, si revisas los datos de todas las elecciones generales en España, la abstención nunca ha bajado del 20% ni ha subido del 32%.

Eso quiere decir que siempre, más de dos terceras partes de los votantes censados ha ido a votar. ¿Pero sabes cuándo se ha ido a votar más masivamente? Cuando había necesidad de cambio.

  1. En 1977. Hubo solo un 21% de abstenciones, a pesar de que los españoles estaban poco acostumbrados a votar, recién saliditos de una dictadura. ¿Por qué? ¿Las ansias de cambio, quizá? ¿La necesidad de validar la nueva democracia? ¿Las ganas de ser ellos mismos quienes decidiesen su futuro? Seguramente. Las siguientes elecciones de 1979, obligadas tras ratificar la Constitución, volvieron a dar a UCD como ganador. Parece que la gente ya daba las cosas por logradas, porque la abstención (la gente del “me da igual”) subió al 31% de golpe, hasta que pasó algo gordo.
  2. En 1982 se registró la menor abstención de la historia. El 80% de los españoles salieron a votar masivamente. Solo el 20% se abstuvo. De nuevo con las ansias de cambio. Adolfo Suárez había dimitido. Acabábamos de tener el famoso 23-F. La democracia había subsistido, mantenida con palillos y había que revalidarla, no fuese a ser que a alguien se le ocurriese quitárnosla. Sin duda, un momento histórico que, también significó un cambio. De UCD pasamos al PSOE de Felipe González.
  3. La abstención volvió a fluctuar en torno al 30% hasta otro mínimo: en 1996. Bajó hasta el 22,6%. Curiosamente con otro cambio: los votantes escogieron al PP después de una serie de escándalos del PSOE. Y ahí se quedó hasta que se le ocurrió meterse en la guerra de Irak.
  4. En 2004, después de haber pasado por otro despunte superior al 31% de no-votos al “me da igual”, la abstención volvió a bajar hasta el 24% a favor del cambio. El cambio relativo. El cambio de nuevo al PSOE, que lleva ahí desde entonces.

Como queda patente, la lectura que se hace en la sociedad y la política españolas del no-voto o abstención no es de rebeldía contra el sistema. Es más bien de continuismo. Las elecciones en las que hay abstención, mantienen el status quo conseguido en las anteriores. Las elecciones en las que hay alta participación generan cambios.

Si pretendes quejarte con tu abstención, te recomiendo que consideres una mejor manera de hacerlo, porque si no, te van a tomar por el pito del sereno.

El voto nulo

El voto nulo es el voto ambiguo. Los votos con papeletas no oficiales, votos a más de un candidato, votos rotos, votos con dibujitos, etcétera, todos esos son votos nulos, porque aunque el votante se ha personado para dar su voto, el voto no se atiene a las reglas de los votos.

Este voto, igual que las abstenciones, no suma votos en el cómputo global de votos emitidos y, para los efectos, es lo mismo. Se registra como nulo para que la contabilización al final de la jornada, entre válidos, nulos y abstenciones, sume el 100% y nadie diga que ha habido tongo.

Históricamente, en España, siempre ha habido muy pocos votos nulos. En las generales sólo ha superado el 1% las primeras 4 elecciones de 1977, 1979, 1982 y 1986, y se lo podríamos achacar perfectamente a que estaban todavía aprendiendo cómo funcionaba eso de votar.

El hecho de que el voto nulo no sea computable lo hace una muy mala elección si quieres cambiar las cosas. A todos los efectos, en España funciona igual que una abstención. Y si las abstenciones no hacen nada por el cambio, imagínate lo que hacen los votos nulos que prácticamente no superan el 2%.

En #nolesvotes te podríamos pedir que votaras a “Conejitos suicidas” o al “Partido de la Pantoja de Puerto Rico“, o a cualquier chorrada que te viniese a la mente. Incluso meter una pegatina de #nolesvotes en el sobre. Daría igual. Tu voto sería igualmente nulo y dejarías las cosas igual, porque tu voto no sería válido. Sería papel mojado.

El voto en blanco

Según la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, en su artículo 96, punto 5: “Se considera voto en blanco, pero válido, el sobre que no contenga papeleta y, además, en las elecciones para el Senado, las papeletas que no contengan indicación a favor de ninguno de los candidatos”.

¿Qué los diferencia de una abstención o un voto nulo? El tema de que sea un voto “válido”. El voto en blanco es válido porque sí cuenta para el cómputo final de votos.

Pero si te piensas que se va a traducir en escaños en blanco, te equivocas de pleno. Entonces, ¿qué se hace con ellos?

Si has oído que son votos que se dan al partido más votado, o que se distribuyen entre los más votados, no es cierto.

Pero sí perjudican a los partidos menos votados.

En España no se utiliza un sistema proporcional normal y lógico, en el que cada partido se lleva el tanto por ciento de escaños que ha conseguido en las urnas

. En España utilizamos una complicada fórmula matemática, la ley d’Hont (explicada pasito a pasito aquí y aquí), con una regla de salida básica: si no llegas al 3% de los votos, no entras en el juego.

Los votos en blanco, aunque no se le reparten a nadie, sí que hacen el saco de votos más grande, con lo que los porcentajes, se hacen más pequeños. Como consecuencia los partidos con menos votos salen perdiendo.

Además, los artículos 68 y 69 de la Constitución Española establecen que la circunscripción electoral para las elecciones generales (Congreso y Senado) es la provincia. Eso quiere decir que, aunque un partido se pase del 3% en el recuento de votos nacional, si provincia a provincia no llega al 3%, queda eliminado.

En las últimas elecciones generales, le pasó a IU de manera escandalosa. Aunque sacó más votos que CiU en las elecciones al Congreso, sacó 8 diputados menos. ¿Por qué? Porque circunscripción a circunscripción había quedado eliminada, a pesar de tener un total nacional superior.

En las próximas elecciones municipales y autonómicas pasa tres cuartos de lo mismo. Cada autonomía tiene su propia Ley Electoral, siendo la Valenciana de las más hirientes contra los partidos minoritarios, ya que eleva el mínimo al 5%.

No obstante, como la circunscripción electoral sigue siendo la provincia, aunque un partido llegue al 5% global en todas las provincias de la autonomía, o incluso al 10%, o al 12%, no tendrá acceso a escaño si no llega al 5% al menos en una de ellas.

Luego, votar en blanco hace más difícil a los partidos pequeños más difícil llegar a obtener escaños, o lo que es lo mismo, hace más fácil a los partidos mayoritarios obtenerlos. De ahí que el voto en blanco acreciente las injusticias electorales y que #nolesvotes no te lo recomiende.

En todo caso, hay una iniciativa llamada “Ciudadanos en Blanco” que te proponen que les votes a ellos. Ellos a cambio, cada escaño que consigan lo dejarán vacío, siempre que legalmente sea posible.

Y cuando no lo sea, no lo defenderán ni votarán en los plenos, excepto si es para votar que los votos en blanco se conviertan en asientos vacíos en una futura Ley Electoral.

En resumen

Estás jodido. O jodida. Porque te puedes quejar todo lo que quieras, tenemos libertad de expresión, pero si no sales a votar el 22 de mayo, las cosas no van a cambiar.

Claro, viendo que abstenerte no es una opción, romper tu papeleta tampoco y dejar el sobre vacío menos todavía… ¿qué hacemos?

#nolesvotes es una gran alternativa. No es un partido político, ni es una organización.

Es una idea. Una idea lógica después de haber visto lo que acabas de ver.

“Si no quiero el sistema actual, no quiero votar PP, no quiero votar PSOE, pero no quiero tampoco que salgan elegidos por mi inacción, porque me tienen hartito, voto a los demás.”

¿Qué consigues con eso? En primer lugar, si diversificamos el voto, la ley d’Hont es más difícil de aplicar y menos abusiva. Repartir los escaños entre cinco partidos donde dos quedan eliminados y otros dos tienen en conjunto el 70% de los votos restantes es favorecer el bipartidismo.

Si bajamos ese 70% y subimos el resto, favorecemos que la representación en las cortes autonómicas y los ayuntamientos sea más equitativo y castigamos verdaderamente a la clase política asentada, porque entonces es cuando verdaderamente pierden poder.

En segundo lugar, ayudamos a que las formaciones políticas que quedan injustamente excluidas por la barrera del 3% o el 5% y la circunscripción electoral tengan opciones a conseguir escaños en las autonomías. Aunque no consigan todos los que les corresponden por derecho porcentualmente, al menos tendrán la oportunidad de dejar oír su voz y defender tu voto.

Por último conseguimos un cambio aún más grande: en la ciudadanía. Porque #nolesvotes no te pide que des tu voto indiscriminadamente a cualquiera.

Te pide que te informes de las alternativas y escojas la que te parezca mejor a ti. La ciudadanía tiende a pensar que si no votamos PP hay que votar PSOE, porque PP y PSOE nos invitan a pensar así.

Pero eso no es cierto. Hay otros partidos a los que, tal vez por ser pequeños, tal vez por pensar que no van a llegar a ese 3%, tal vez por pensar que es tirar tu voto, no les das ni la oportunidad de leerte su programa electoral.

¿Y si tienen ideas buenas? ¿Vas a permitir que se pierdan esas ideas por seguir la misma tendencia de siempre? ¿Y si quieren cambiar este sistema electoral por uno mejor? ¿No sería eso digno de ser votado?

Pues ale. Si ya te has terminado el café, piensa sobre todo esto. Compártelo con quien quieras. Busca alternativas. Pero sobre todo, el 22 de mayo #nolesvotes, pero vota.

http://lalibretaenblanco.wordpress.com/2011/03/04/abstenciones-votos-blancos-y-votos-nulos-nolesvotes/

SOBRE LA REFORMA CONSTITUCIONAL.


TÍTULO X.
DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL.

Artículo 166.

La iniciativa de reforma constitucional se ejercerá en los términos previstos en los apartados 1 y 2 del artículo 87.

Artículo 167.

1. Los proyectos de reforma constitucional deberán ser aprobados por una mayoría de tres quintos de cada una de las Cámaras. Si no hubiera acuerdo entre ambas, se intentará obtenerlo mediante la creación de una Comisión de composición paritaria de Diputados y Senadores, que presentará un texto que será votado por el Congreso y el Senado.

2. De no lograrse la aprobación mediante el procedimiento del apartado anterior, y siempre que el texto hubiere obtenido el voto favorable de la mayoría absoluta del Senado, el Congreso por mayoría de dos tercios podrá aprobar la reforma.

3. Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación cuando así lo soliciten, dentro de los quince días siguientes a su aprobación, una décima parte de los miembros de cualquiera de las Cámaras.

Artículo 168.

1. Cuando se propusiere la revisión total de la Constitución o una parcial que afecte al Título Preliminar, al Capítulo II, Sección I del Título I, o al Título II, se procederá a la aprobación del principio por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y a la disolución inmediata de las Cortes.

2. Las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras.

3. Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación.

Artículo 169.

No podrá iniciarse la reforma constitucional en tiempo de guerra o de vigencia de alguno de los estados previstos en el artículo 116.

DISPOSICIÓN ADICIONAL PRIMERA.

La Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales.

La actualización general de dicho régimen foral se llevará a cabo, en su caso, en el marco de la Constitución y de los Estatutos de Autonomía.

DISPOSICIÓN ADICIONAL SEGUNDA.

La declaración de mayoría de edad contenida en el artículo 12 de esta Constitución no perjudica las situaciones amparadas por los derechos forales en el ámbito del Derecho Privado.

DISPOSICIÓN ADICIONAL TERCERA.

La modificación del régimen económico y fiscal del archipiélago canario requerirá informe previo de la Comunidad Autónoma o, en su caso, del órgano provisional autonómico.

DISPOSICIÓN ADICIONAL CUARTA.

En las Comunidades Autónomas donde tengan su sede más de una Audiencia Territorial, los Estatutos de Autonomía respectivos podrán mantener las existentes, distribuyendo las competencias entre ellas, siempre de conformidad con lo previsto en la Ley Orgánica del Poder Judicial y dentro de la unidad e independencia de este.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA PRIMERA.

En los territorios dotados de un régimen provisional de autonomía, sus órganos colegiados superiores, mediante acuerdo adoptado por la mayoría absoluta de sus miembros, podrán sustituir la iniciativa que el apartado 2 del artículo 143 atribuye a las Diputaciones Provinciales o a los órganos interinsulares correspondientes.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA SEGUNDA.

Los territorios que en el pasado hubiesen plebiscitado afirmativamente proyectos de Estatuto de autonomía y cuenten, al tiempo de promulgarse esta Constitución, con regímenes provisionales de autonomía, podrán proceder inmediatamente en la forma que se prevé en el apartado 2 del artículo 148, cuando así lo acordaren, por mayoría absoluta, sus órganos preautonómicos colegiados superiores, comunicándolo al Gobierno. El proyecto de Estatuto será elaborado de acuerdo con lo establecido en el artículo 151, numero 2, a convocatoria del órgano colegiado preautonómico.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA TERCERA.

La iniciativa del proceso Autonómico por parte de las Corporaciones locales o de sus miembros, prevista en el apartado 2 del artículo 143, se entiende diferida, con todos sus efectos, hasta la celebración de las primeras elecciones locales una vez vigente la Constitución.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA CUARTA.

1. En el caso de Navarra, y a efectos de su incorporación al Consejo General Vasco o al régimen Autonómico vasco que le sustituya, en lugar de lo que establece el artículo 143 de la Constitución, la iniciativa corresponde al Órgano Foral competente, el cual adoptará su decisión por mayoría de los miembros que lo componen. Para la validez de dicha iniciativa será preciso, además, que la decisión del Órgano Foral competente sea ratificada por referéndum expresamente convocado al efecto, y aprobado por mayoría de los votos válidos emitidos.

2. Si la iniciativa no prosperase, solamente se podrá reproducir la misma en distinto período de mandato del Órgano Foral competente, y en todo caso cuando haya transcurrido el plazo mínimo que establece el artículo 143.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA QUINTA.

Las ciudades de Ceuta y Melilla podrán constituirse en Comunidades Autónomas si así lo deciden sus respectivos Ayuntamientos, mediante acuerdo adoptado por la mayoría absoluta de sus miembros y así lo autorizan las Cortes Generales, mediante una Ley orgánica, en los términos previstos en el artículo 144.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA SEXTA.

Cuando se remitieran a la Comisión de Constitución del Congreso varios proyectos de Estatuto, se dictaminarán por el orden de entrada en aquella, y el plazo de dos meses a que se refiere el artículo 151 empezará a contar desde que la Comisión termine el estudio del proyecto o proyectos de que sucesivamente haya conocido.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA SÉPTIMA.

Los organismos provisionales autonómicos se considerarán disueltos en los siguientes casos:

  1. Una vez constituidos los órganos que establezcan los Estatutos de Autonomía aprobados conforme a esta Constitución.
  2. En el supuesto de que la iniciativa del proceso autonómico no llegara a prosperar por no cumplir los requisitos previstos en el artículo 143.
  3. Si el organismo no hubiera ejercido el derecho que le reconoce la disposición transitoria primera en el plazo de tres años.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA OCTAVA.

1. Las Cámaras que han aprobado la presente Constitución asumirán, tras la entrada en vigor de la misma, las funciones y competencias que en ella se señalan, respectivamente, para el Congreso y el Senado, sin que en ningún caso su mandato se extienda más allá del 15 de junio de 1981.

2. A los efectos de lo establecido en el artículo 99, la promulgación de la Constitución se considerará como supuesto constitucional en el que procede su aplicación. A tal efecto, a partir de la citada promulgación se abrirá un período de treinta días para la aplicación de lo dispuesto en dicho artículo.

Durante este período, el actual Presidente del Gobierno, que asumirá las funciones y competencias que para dicho cargo establece la Constitución, podrá optar por utilizar la facultad que le reconoce el artículo 115 o dar paso, mediante la dimisión, a la aplicación de lo establecido en el artículo 99, quedando en este último caso en la situación prevista en el apartado 2 del artículo 101.

3. En caso de disolución, de acuerdo con lo previsto en el artículo 115 y si no se hubiera desarrollado legalmente lo previsto en los artículos 68 y 69, serán de aplicación en las elecciones las normas vigentes con anterioridad, con las solas excepciones de que en lo referente a ineligibilidades e incompatibilidades se aplicará directamente lo previsto en el inciso segundo de la letra b del apartado 1 del artículo 70 de la Constitución, así como lo dispuesto en la misma respecto a la edad para el voto y lo establecido en el artículo 69.3.

DISPOSICIÓN TRANSITORIA NOVENA.

A los tres años de la elección por vez primera de los miembros del Tribunal Constitucional se procederá por sorteo para la designación de un grupo de cuatro miembros de la misma procedencia electiva que haya de cesar y renovarse. A estos solos efectos se entenderán agrupados como miembros de la misma procedencia a los dos designados a propuesta del Gobierno y a los dos que proceden de la formulada por el Consejo General del Poder Judicial. Del mismo modo se procederá transcurridos otros tres años entre los dos grupos no afectados por el sorteo anterior. A partir de entonces se estará a lo establecido en el número 3 del artículo 159.

DISPOSICIÓN DEROGATORIA.

1. Queda derogada la Ley 1/1977, de 4 de enero, para la Reforma Política, así como, en tanto en cuanto no estuvieran ya derogadas por la anteriormente mencionada Ley, la de Principios del Movimiento Nacional de 17 de mayo de 1958; el Fuero de los Españoles de 17 de julio de 1945; el del Trabajo de 9 de marzo de 1938; la Ley Constitutiva de las Cortes de 17 de julio de 1942; la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 26 de julio de 1947, todas ellas modificadas por la Ley Orgánica del Estado de 10 de enero de 1967 y en los mismos términos esta última y la de Referéndum Nacional de 22 de octubre de 1945.

2. En tanto en cuanto pudiera conservar alguna vigencia, se considera definitivamente derogada la Ley de 25 de octubre de 1839 en lo que pudiera afectar a las provincias de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya.

En los mismos términos se considera definitivamente derogada la Ley de 21 de julio de 1876.

3. Asimismo quedan derogadas cuantas disposiciones se opongan a lo establecido en esta Constitución.

DISPOSICIÓN FINAL.

Esta Constitución entrará en vigor el mismo día de la publicación de su texto oficial en el Boletín Oficial del Estado. Se publicará también en las demás lenguas de España.

 

Por tanto, Mando a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta Constitución como norma fundamental del Estado.

Palacio de las Cortes, a 27 de diciembre de 1978.

– Juan Carlos –

 

El Presidente de las Cortes,
Antonio Hernández Gil.
El Presidente del Congreso de los Diputados,
Fernando Alvarez de Miranda y Torres.
El Presidente del Senado,
Antonio Fontán Pérez.

Notas:
Artículo 13 (apdo. 2):
Reforma de 27 de agosto de 1992. Véase el Boletín Oficial del Estado número 207, de 28 de agosto de 1992.

FUENTE http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/constitucion.t10.html#a167

Vigente
Vigente

OTAN saquea oro de Libia mientras cae Trípoli


22
AGO
2011
El verdadero eje del mal

Precisamente como lo pronosticamos el mes pasado, las fuerzas de la OTAN y sus respaldados rebeldes de Al Qaeda lanzaron un ataque masivo sobre Trípoli para concluir el saqueo y conquista de Libia a tiempo para conversaciones cruciales en las Naciones Unidas sobre un estado palestino que comenzarán en menos de dos semanas.

El 8 de julio en un artículo titulado, “EE. UU. quiere a Gaddafi derrocado para septiembre”, informamos que “Estados Unidos y Francia han establecido una fecha límite para el 2 de septiembre para derrocar al Coronel Muammar Gaddafi, con los poderes de la OTAN listos para ocasionar un triturador golpe si Gaddafi rechaza salir pacíficamente”.

Ese duro golpe se encuentra ahora en plena vigencia mientras circulan informes sobre más de mil muertos y miles de heridos durante los ataques del fin de semana, dirigido por los buques de guerra y aviones bombarderos de la OTAN como parte de la “Operación Sirena del Amanecer”, que llevó a la captura de los hijos de Gaddafi mientras él se encuentra oculto.

Aviones bombarderos fueron desplegados para atacar objetivos claves del gobierno mientras los medios de comunicación internacionales pretendieron que todo el ataque era un levantamiento del pueblo libio, reproduciendo una y otra vez imágenes de grupos celebrando.

En otro informe publicado el 15 de julo, dijimos que los poderes de la OTAN y los rebeldes lanzarían un bombardeo final a Trípoli entre 6 y 8 semanas si Gaddafi rechazaba salir del poder, que es exactamente lo que se desarrolló apenas en menos de 6 semanas después.

Barack Omaba y David Cameron están ahora ocupados ordeñando el espectáculo con palabras duras como si ellos dirigieran el ataque personalmente. En realidad, la conquista de Libia representa poco más que otro acto de saqueo colonial en nombre de la máquina de guerra de la OTAN, con Siria como el próximo objetivo en la mira.

La guerra fue lanzada, con el alegre apoyo de los medios de comunicación occidentales, sobre el engaño de que el gobierno de Gaddafi estaba asesinando en masa a “manifestantes”. En realidad, estos “manifestantes”comandaban tanques militares y aviones bombarderos. Por semanas, la prensa del establishment remarcó lo que era una guerra civil como una serie brutal de crímenes contra la humanidad por el gobierno de Gaddafi, solo el tiempo suficiente para que la ONU aprobara una resolución para una “zona de exclusión aérea” que instantáneamente se convirtió en un bombardeo masivo de la OTAN de la noche a la mañana.

Bancos centrales mundiales ahora llegarán a repartirse la nación más rica en petróleo de África mientras simultáneamente se reparten alrededor de 144 toneladas de lingotes de oro, que podría de alguna manera ir al pago del presidente Hugo Chávez luego de su anuncio de que Venezuela nacionalizará su industria de metales preciosos. A no ser por supuesto que Chávez se convierta en la próxima cabeza sobre la tabla de picar para otra “intervención humanitaria”.

El ataque sobre Libia, encabezado por Obama sin la aprobación del Congreso, en contra del consejo de sus propios abogados constitucionales, y sobre la promesa de que el conflicto duraría “días y no semanas”, fue una descarada ilustración de cómo la llamada “guerra contra el terrorismo” fue una cruel patraña.

Desde el comienzo y en violación de su propia resolución, los poderes de la OTAN armaron, financiaron y entrenaron a militantes de Al Qaeda que asesinaron a tropas estadounidenses, configurándolos a comandar a los rebeldes en la marcha hacia Trípoli. Como informó The Wall Street Journal en un texto titulado ‘Ex Mujahedeen ayuda a dirigir a rebeldes libios’, terroristas de Al Qaeda que trabajaron directamente para Osama Bin Laden fueron encargados de reclutar, entrenar y actuar como comandantes de campo de línea frontal para el ejército rebelde.

El alcance entero de la guerra fue en torno a capturar a Libia como otra plataforma más de lanzamiento para la construcción del imperio en el Medio Oriente y el norte de África, que es el por qué los neoconservadores del PNAC (Proyecto para el Nuevo Siglo Estadounidense) ordenaron al “Nobel de la Paz”, Barack Obama, a hacerlo en primer lugar. La conquista fue en torno a asegurar los recursos más ricos de petróleo en toda Africa, fue en torno al robo de 6 mil millones de dólares en reservas de oro y fue en torno a detener los esfuerzos de China de virtualmente recolonizar a África. Aunque Gaddafi fue un dictador autócrata, él reinvirtió mucha de la riqueza petrolera de Libia en el país, transformándola en una de las naciones mejor desarrolladas en toda la región, que es la razón por la que muchos de la clase media en las grandes ciudades mantuvieron su apoyo al líder libio.

Todo eso va a cambiar ahora que las fuerzas de la OTAN y los bancos centrales que están detrás de ellos finalmente obtendrán la oportunidad de saquear adecuadamente a Libia con todo lo que tiene. Las condiciones de vida se desplomarán, hombres de poder corruptos tomarán control con las bendiciones de los globalistas y llevarán al país al suelo por su propio bien, tanto como permitan que bases de la OTAN y EE. UU. sean construidas a lo largo del país.

A excepción para algún contra-ataque de último minuto de las fuerzas de Gaddafi, la máquina de guerra de los globalistas pueden ahora centrarse en derrocar a su próxima ficha del dominó en el camino a la dominación mundial.

Tengan la seguridad, que ya sea Siria, Irán, Paquistán o cualquier otro país, una conveniente patraña será inventada como pretexto para una invasión y los medios de comunicación occidentales del establishment servilmente crearán la narración perfecta para un ataque sangriento disfrazado de alcance humanitario.

Fuente/ PP

http://www.patriagrande.com.ve/temas/internacionales/otan-saquea-oro-libia-mientras-cae-tripoli/?utm_medium=twitter&utm_source=twitterfeed

Traducción/ Ivana Cardinale

La conexión entre el robo nocturno en las calles y el robo diario perpetrado por las elites


La conexión entre el robo nocturno en las calles y el robo diario perpetrado por las elites

PUBLICADO POR MISTERIO PÚBLICO/AG ON LUNES 22 DE AGOSTO DE 2011 / ETIQUETAS: 
Naomi Klein
The Nation/Alternet, 22.8.2011
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Oigo todo el tiempo comparaciones entre los disturbios de Londres y los que suceden en otras ciudades europeas, destrozo de vitrinas en Atenas o incendios de coches en París. Y hay paralelos, sin duda: una chispa provocada por la violencia policial, una generación que se siente olvidada.
Pero esos eventos estuvieron marcados por destrucción masiva; los saqueos fueron menores. Ha habido, sin embargo, otros saqueos masivos en los últimos años, y tal vez deberíamos hablar también de ellos.
Fue en Bagdad después de la invasión estadounidense, un frenesí de incendios y de saqueos que vaciaron bibliotecas y museos. Las fábricas también fueron afectadas.
En 2004 visité una que fabricaba refrigeradores. Sus trabajadores la despojaron de todo lo que tenía algún valor, luego la incendiaron tan a fondo que el almacén era una escultura de planchas de metal retorcidas.
En esos días la gente en las noticias por cable pensó que los saqueos fueron altamente políticos. Dijo que es lo que pasa cuando un régimen carece de legitimidad a los ojos del pueblo.
Después de ver durante tanto tiempo cómo Sadam y sus hijos se servían de todo y de todos a su gusto, muchos iraquíes de a pie pensaron que habían ganado el derecho a apoderarse de unas pocas cosas para sí mismos. Pero Londres no es Bagdad, y el primer ministro británico David Cameron está lejos de ser Sadam, de modo que es seguro que no se puede aprender nada del asunto.
¿Y si consideramos un ejemplo democrático? Argentina, casi en 2001. La economía estaba en caída libre y miles de personas que vivían en vecindarios difíciles (antiguas zonas industriales prósperas antes de la era neoliberal) invadieron supermercados de propiedad extranjera.
Salieron empujando carritos de compra abarrotados de bienes que ya no podían permitirse, ropa, electrónica, carne. El gobierno proclamó un “estado de sitio” para restaurar el orden; a la gente no le gustó y derrocó al gobierno.
El saqueo de Argentina fue políticamente significativo porque era la misma palabra utilizada para describir lo que las elites de ese país habían hecho al vender los activos nacionales del país, en tratos de privatización, de una corrupción flagrante, ocultando su dinero en el exterior, pasando luego la cuenta a la gente mediante un brutal paquete de austeridad.
Los argentinos comprendieron que el saqueo de los centros comerciales no habría sucedido sin el mayor saqueo del país, y que los verdaderos gángsteres eran los que estaban a cargo.
Pero Inglaterra no es Latinoamérica, y sus disturbios no son políticos, o por lo menos es lo que se nos dice. Solo tienen que ver con muchachos ingobernables que aprovechan una situación para apoderarse de lo que no es suyo. Y la sociedad británica, nos dice Cameron, detesta ese tipo de conducta.
Y lo dice con toda seriedad.
Como si los masivos rescates de los bancos no hubieran sucedido jamás, seguidos de las descaradas bonificaciones récord. Seguidos de las reuniones de emergencia del G-8 y del G-20, cuando los dirigentes decidieron, colectivamente, no hacer nada para castigar a los banqueros por parte de todo esto, no hacer nada serio para impedir que una crisis similar vuelva a ocurrir.
En lugar de hacerlo, todos volverían a sus respectivos países e impondrían sacrificios a los más vulnerables. Lo harían despidiendo a trabajadores del sector público, convirtiendo a los maestros en chivos expiatorios, cerrando bibliotecas, aumentando el coste de la educación, rechazando los contratos con los sindicatos, creando privatizaciones aceleradas de activos públicos y disminuyendo las pensiones: mezclad el cóctel según vuestro país.
¿Y quién se presenta en la televisión sermoneando sobre la necesidad de renunciar a esos “beneficios”? Los banqueros y los administradores de los fondos de alto riesgo, por supuesto.
Estamos ante un saqueo global, días de gran toma de beneficios. Alimentado por un sentido patológico de los derechos a beneficios, este saqueo se realizó a plena luz del día, como si no hubiera nada que ocultar. Sin embargo, existen algunos molestos temores. A principios de julio, elWall Street Journal, citando un nuevo sondeo, informó de que un 94% de los millonarios temen la “violencia en las calles”. Resulta que ése era un temor razonable.
Evidentemente, los disturbios de Londres no fueron una protesta política. Pero la gente que comete robos nocturnos está endemoniadamente segura de que sus elites han estado cometiendo robos a plena luz del día. Los saqueos son contagiosos.
Los conservadores tienen razón cuando dicen que los disturbios no tienen que ver con los recortes. Pero tienen mucho que ver con lo que representan esos recortes: que te recorten como si fueras una sobra. Ser excluido en una clase baja en rápido crecimiento, y que los pocos escapes que existían –un empleo sindicalizado, una buena educación asequible– se cierran rápidamente.
Los recortes son un mensaje. Dicen a sectores completos de la sociedad: te vas a quedar donde estás, como los migrantes y refugiados que rechazamos en nuestras fronteras cada vez más fortificadas.
La respuesta de David Cameron a los disturbios es hacer que esta exclusión sea literal: desalojos de viviendas sociales, amenazas de cortar los medios de comunicación y condenas indignantes (cinco meses a una mujer por recibir un short robado). Vuelven a enviar el mismo mensaje: desapareced, y hacedlo en silencio.
En la “cumbre de la austeridad” del G-20 del año pasado en Toronto, las protestas se convirtieron en disturbios y se quemaron numerosos coches policiales. No fue nada en comparación con los sucesos de Londres 2011, pero fue chocante para nosotros, los canadienses.
La gran controversia entonces fue que el gobierno había gastado 675 millones de dólares en la “seguridad” de la cumbre (pero a pesar de todo parece que no pudieron apagar esos incendios).
Entonces, muchos de nosotros subrayamos que el costoso nuevo arsenal adquirido por la policía –cañones lanza-aguas, cañones de sonido, gas lacrimógeno y balas de goma– no se había adquirido solo para reprimir a los manifestantes en las calles.
Su uso a largo plazo era: disciplinar a los pobres, los que en la nueva era de austeridad tienen tan poco que perder que se vuelven peligrosos.
Es lo que no comprende David Cameron: no se pueden recortar los presupuestos de la policía al mismo tiempo que se recorta todo lo demás.
Porque cuando se roba a la gente lo poco que tiene, a fin de proteger los intereses de los que tienen más de lo que cualquiera merece, hay que contar con que haya resistencia, sean manifestaciones organizadas o saqueos espontáneos.
Y no es política. Es física.

Naomi Klein es una periodista galardonada, columnista publicada en numerosos periódicos y autora del éxito de ventas internacional del New York Times, 
La doctrina del shock:
El auge del capitalismo del desastre (septiembre de 2007); y de un éxito de ventas internacional anterior:No logo:
El poder de las marcas; y de la colección: 
Vallas y Ventanas: Despachos desde las trincheras del debate sobre la globalización (2002).
Lea más en Naomiklein.org.
La puede seguir en Twitter: @naomiaklein
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Fuente: http://www.alternet.org/story/152064/

La gran estafa multimillonaria de las corporaciones farmacéuticas


La gran estafa multimillonaria de las corporaciones farmacéuticas
Esta es la primera parte de un documento en dos entregas que examina los métodos utilizados por las corporaciones farmacéuticas internacionales para controlar los mercados y las vidas.
Khadija Sharife | OMAL
www.kaosenlared.net/noticia/gran-estafa-multimillonaria-corporaciones-farmaceuticas-1


Junto a enfermedades neumocóccicas como meningitis y neumonía, la diarrea relacionada con rotavirus es una importante asesina de niños en los países en desarrollo, de la que se piensa que destruye las vidas de 500.000 niños cada año.

Un abrumador 85% de estos niños son africanos y asiáticos. La necesidad de milagros médicos es mayor que nunca, pero la manipulación de los precios por las corporaciones farmacéuticas genera inmensos beneficios, mientras aumenta el precio de medicinas que pueden salvar vidas.

La corporación farmacéutica basada en Gran Bretaña, GlaxoSmithKline (GSK), ofreció recientemente un convenio para suministrar a naciones pobres 125 millones de dosis de la vacuna rotavirus -Rotarix- a 2,50 dólares la dosis, solo un cinco por ciento del precio habitual en los mercados occidentales. A través del grupo GAVI, la agencia de vacunas internacional financiada por países desarrollados como el Reino Unido, se espera que GSK y la multinacional farmacéutica Merck -que, entre ellas dominan el mercado de la vacuna rotavirus- suministren una línea segura de medicinas a bajo coste a unos cuarenta países en el futuro cercano.

¿Pero es realmente un descuento?, y si lo es, ¿quién paga el coste?

El mecanismo financiero que subvenciona la vacuna se llama Advance Market Commitment (AMC) [Compromiso anticipado de mercado], un proyecto creado por el G8, así como por el Banco Mundial y la Fundación Gates, como incentivo “atrayente” para que las multinacionales farmacéuticas consideren los mercados a largo plazo de los países en desarrollo para “bienes públicos” farmacéuticos como las vacunas. Rotarix ha despegado bien:

Desde 2007 unos 50 millones de niños -mediante 100 millones de dosis- ya se han beneficiado de Rotarix; en 2009 las ventas globales de Rotarix llegaron a 440 millones de dólares -un aumento del 50% en comparación con 2008, y Rotateo de Merck llegó a 564 millones de dólares en ventas.

El ejecutivo jefe de GSK, Andrew Witty, describió la estructura de los precios como, “ni como un artilugio ni como un gesto filantrópico aislado”, sino más bien como “parte de una estrategia concertada para cambiar nuestro modelo de negocios” -diseñado para combinar “el éxito comercial con contribuciones sustentables a largo plazo”.

Estructuras de precios y beneficios

Compañías farmacéuticas como GSK han afirmado frecuentemente que el alto coste de la “innovación”, es decir investigación y desarrollo (R&D, por sus siglas en inglés) es de entre 1.000 y 1.700 millones de dólares para introducir un nuevo medicamento al mercado. La recolección de 4.300 millones de dólares por AMC y GAVI para financiar la compra de vacunas se proyectó con la premisa de que hay que compensar el alto coste de R&D de las multinacionales farmacéuticas.

Durante las últimas décadas, la industria farmacéutica de EE.UU. -más de la mitad de la cual incluye compañías basadas en Europa- ha sido en su mayor parte la industria más lucrativa en la economía de la nación, gracias a mecanismos como la ausencia de una estructura de precios impuesta por el gobierno.

“La libre fijación de precios y la rápida aprobación aseguran un rápido acceso a la innovación sin racionamiento”, dijo Daniel Vasella, ex jefe de Novartis (basada en Suiza), sobre las ventajas de hacer negocios en EE.UU.

Las multinacionales farmacéuticas afirman que los consumidores estadounidenses están obligados a financiar la investigación y desarrollo necesarios para mantener el funcionamiento de la innovación global.

En Australia, Europa, así como en Canadá -la fuente de la “re-importación” de muchos medicamentos recetados por ciudadanos estadounidenses, donde las medicinas se venden a veces por la mitad del precio normal en EE.UU.- los gobiernos aseguran que las estructuras de los precios hagan que los medicamentos patentados sean asequibles.

Aunque las multinacionales farmacéuticas generan considerables beneficios en esos países, cerca de un 50% de las ganancias de la industria farmacéutica global se genera en EE.UU. En 2006, por ejemplo, las ventas globales de medicamentos recetados ascendieron a más de 640.000 millones de dólares, de los cuales casi 300.000 millones fueron ventas generadas en EE.UU.

Pero el verdadero engaño no son tanto las tácticas maquiavélicas utilizadas por las principales compañías farmacéuticas para aplicar Botox al resultado neto como síe el terrible mito detrás del “verdadero” precio de la innovación: la píldora de los mil millones de dólares.

De 1996 hasta 2005, las grandes compañías farmacéuticas gastaron 739.000 millones de dólares en mercadeo y administración:

En este caso los costes de “administración” incluyen contabilidad, salarios de los ejecutivos (incluidas bonificaciones, opciones de compra de acciones, etc.), así como gastos de recursos humanos. “Mercadeo”, mientras tanto, consiste de publicidad directa al consumidor, argumentos de venta y muestras gratuitas para los médicos, junto con publicidad en las revistas médicas.

Un examen más minucioso del coste de los medicamentos

Durante el mismo período de 1996 a 2005, las compañías farmacéuticas gastaron 288.000 millones de dólares en R&D y 43.000 millones en propiedad y equipamiento, y generaron 558.000 millones en beneficios.

Desde el principio, es posible ver que R&D está en penúltimo lugar en términos de gastos. Pero el desglose del propio R&D no es transparente: las compañías no detallan los gastos reales para el desarrollo de un medicamente en particular, y afirman que esa información incluye secretos comerciales exclusivos y/o confidenciales.

Sin embargo, según Harvard Business Review: “El coste de un nuevo medicamento aprobado ha aumentado más de un 800% desde 1987, o 11% por año durante casi dos décadas”.

Corporaciones farmacéuticas como Novartis y GSK declaran que compañías que producen medicamentos genéricos -a menudo indias- pueden eludir costes semejantes, y vender sus medicamentos “copiados” por una fracción del precio del producto patentado, vendiendo frecuentemente entre 65% y 99% más barato que las firmas intercontinentales.

El “coste de 1.000 millones de dólares” se deriva de un estudio de 2003 publicado en el Journal of Health Economics por Joe DiMasi et al del Tufts Center for the Study of Drug Development. Los autores y su organización afirmaron que el estudio fue objetivo, a pesar de que el propio Tufts Center está financiado en un 65% por las compañías farmacéuticas.

Aunque los resultados se han normalizado como exactos por los medios, los hechos han sido desacreditados desde hace tiempo por especialistas independientes.

Los autores analizaron diez grandes corporaciones farmacéuticas (responsables entre ellas de un 42% de los gastos en R&D en EE.UU., donde se realiza la mayor parte de ese trabajo), examinando los costes de R&D de 68 medicamentos seleccionados al azar, y determinaron el coste del desarrollo de cada uno en 802 millones de dólares (elevado a 1.000 millones por el ajuste a la inflación).

Como los datos fueron presentados confidencialmente por las compañías farmacéuticas a los autores, no hay modo de verificar la calidad de la información, ni hubo alguna consideración del volumen potencial de manipulación corporativa de los precios entre compañías.

Los nombres de las firmas no se mencionaron; tampoco los nombres de los medicamentos, los tipos de medicamentos; o su estatus -si se trataba de un medicamento prioritario, incluyendo tratamiento avanzado, o de un medicamento “para todos”- es decir una variación de productos que ya estaban en el mercado.

“Desmitificando” los costes

Para comenzar, la cifra de 802 millones de dólares no tomó en cuenta la forma opaca y extraña de contabilidad involucrada, comenzando con “costes capitalizados”. Según los autores, los gastos de R&D. “deben ser capitalizados a una tasa de descuento apropiada -el ingreso esperado del que se privan los inversionistas durante el desarrollo cuando invierten en R&D farmacéutica en lugar de una cartera igualmente arriesgada de valores financieros”.

Como declaró Marcia Angell, doctora estadounidense, ex jefa de la redacción de The New England Journal of Medicine y catedrática senior en la Escuela de Medicina de Harvard: «Los consultores de Tufts simplemente lo agregaron a los costes generales de la industria. Esa maniobra contable casi duplicó los 403 millones de dólares a 802 millones.”

Por lo tanto, al tomar en cuenta costes actualizados por PhTMA (2006), el aumento de R&D general a 1.320 millones de dólares, más de 650 millones han sido simplemente incluidos como “investigación y desarrollo” por compañías farmacéuticas pretendiendo ganancias míticas que podrían haber sido generadas, si hubieran invertido en, digamos, Wall Street – y no en la “innovación” científica utilizada para justificar inmensas ganancias de patentes exclusivas.

El estudio tampoco incluyó alivios impositivos y subsidios corporativos, así como la evasión fiscal deliberada y legal de impuestos corporativos (ni hablar de cualquier evasión tributaria ilegal).

En la revista BioSocieties, el sociólogo Donald Light y la economista Rebecca Warburton “desmitifican” los costes del desarrollo de medicamentos en R&D analizando también los alivios impositivos involucrados en los costes de R&D.

La Oficina de Evaluación Tecnológica (OTA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. reveló que: “El coste neto de cada dólar gastado en investigación debe ser reducido por el monto de impuestos evitados por ese gasto”. Los autores utilizaron datos de fuentes oficiales como el Tax Policy Center [Centro de política tributaria], para revelar ahorros impositivos adicionales de un 39%. Acumulativamente, los subsidios y créditos de los contribuyentes redujeron los costes generales de 403 millones de dólares a 201 millones.

Secreto fiscal

Además, como explica el artículo “Planificación Tributaria” de Ernst & Young, los costes de R&D usualmente se transfieren a jurisdicciones de alta tributación para compensar costes. Por otra parte, los beneficios generados por patentes frecuentemente se «re-ubican» en jurisdicciones de baja tributación.

Las compañías farmacéuticas prefieren generar “gastos” de R&D en jurisdicciones de alta tributación como EE.UU. a fin de compensar los costes contra el ingreso gravable.

Sin embargo, el coste de R&D no incluye impuestos “evitados”. No es sorprendente que la mayoría de las compañías farmacéuticas también estén ubicadas en jurisdicciones de impuestos bajos y secreto fiscal como Delaware en EE.UU., donde los beneficios se pueden transferir a beneficios pasivos y a compañías de propiedad intelectual.

En un artículo [impreso originalmente en el periódico New Age, y publicado en línea en Al-Jazeera] escribí con John Christensen, fundador de la Red de Justicia Tributaria y ex consejero económico de Jersey, uno de los máximos paraísos fiscales del Reino Unido, revelamos cómo el secreto fiscal y la propiedad intelectual (IP) se explotan para beneficiar a las corporaciones farmacéuticas, en lugar de servir las necesidades de gente vulnerable.

«Pfizer, Novartis, GlaxoSmithKline, así como más de un 60% de las multinacionales de Fortune, mantienen todas entidades en Delaware, aprovechando a tope los instrumentos de opacidad legal y financiera.

Aparte del secreto fiscal y la nula revelación del beneficiario efectivo, Delaware permite que las sociedades matrices establezcan compañías holding en dos días, que no producen nada, que no realizan ninguna actividad económica en el Estado, y que en general albergan solo un accionista (la compañía madre).

Semejantes entidades, que permiten que la compañía madre pague a la entidad recién creada un “honorario” por el uso de la IP, sirve como un conducto pasivo que convierte renta imponible en beneficio pasivo no imponible. El único sentido de la entidad es poseer y ‘administrar’ ingresos blanqueados generados de la IP.”

Los gigantescos gastos legales incurridos por especialistas en el desarrollo de patentes, defensa legal, la contratación de los paraísos fiscales y otros temas relacionados con la IP constituyen más costes, incluidos como R&D. Esta estrategia de optimización tributaria se parece de cerca a la de compañías de “alta tecnología” que dependen de capital intangible para la mayor parte de su riqueza. Según la revista Forbes, en 1999, tres de las cuatro personas más ricas del mundo hicieron su fortuna con derechos de propiedad intelectual. Debían su fortuna, dijo Michael Perelman, a “Microsoft, uno de los mayores propietarios de derechos de propiedad intelectual, algo muy apropiado para la denominada Nueva Economía en la cual el ‘Capital DOS’ ha suplantado a El Capital”.

Beneficios del tratamiento del SIDA

La administración de los derechos de propiedad intelectual puede ser ciertamente un negocio lucrativo. El primer tratamiento de VIH/SIDA, zidovudina [AZT], vendido con el nombre de marca Retrovir, fue fabricado por la compañía Burroughs Wellcome, incorporada posteriormente a GSK.

En 1983, dos años después de que se informó por primera vez sobre el SIDA, los Institutos Nacionales de Salud [NIH] de EE.UU. y el Instituto Pasteur de París identificaron su causa -el retrovirus VIH.

Ese mismo año Samuel Broder, jefe del Instituto Nacional del Cáncer (una filial de los NIH), estableció un equipo global para seleccionar instrumentos antivirales, incluida la molécula AZT descubierta por la Fundación del Cáncer de Michigan, subsiguientemente adquirida por Burroughs Wellcome.

El equipo NIH-NCI de Broder, junto a eruditos de la Universidad Duke, descubrió la efectividad de AZT contra el virus del SIDA y realizó los primeros ensayos clínicos en 1985.

Como explica Marcia Angell en su informativo libro: The Truth About Drug Companies [La verdad sobre las compañías farmacéuticas], Burroughs Wellcome patentó inmediatamente el medicamento y “realizó los ensayos posteriores que posibilitaron que recibiera la aprobación de la Agencia de Alimentos y Medicamentos o Agencia de Drogas y Alimentos de EE.UU. [FDA] en 1987” después de un estudio de solo unos pocos meses.

La corporación cobraba a los pacientes más de 10.000 dólares anuales por el tratamiento y se auto-cumplimentó en demasía por el logro de la medicina salvavidas.

Después de una carta auto-laudatoria de ese tipo del presidente ejecutivo de Burroughs Wellcome al New York Times, Broder y sus colegas del NCI y de la Universidad Duke respondieron airadamente, declarando: “La Compañía no desarrolló específicamente o suministró la primera aplicación de la tecnología para determinar si un medicamente como AZT puede suprimir el virus vivo del SIDA en células humanas, ni desarrolló la tecnología para determinar a qué concentración se puede lograr un efecto semejante en seres humanos.

Además, no fue la primera en administrar AZT a un ser humano con SIDA, ni realizó los primeros estudios clínicos farmacológicos en pacientes. Tampoco realizó los estudios inmunológicos y virológicos necesarios para deducir que el medicamento podría funcionar, y que por ello valía la pena continuar con más estudios. Todo esto fue realizado por el personal del NCI trabajando con el personal de la Universidad Duke.”

Acentuando la información, agregaron: “Por cierto uno de los obstáculos para el desarrollo de AZT fue que Burroughs Wellcome no trabajó con virus vivos del SIDA, ni quiso recibir muestras de pacientes con SIDA”.

Tácticas asesinas

Paradójicamente, el medicamento Retrovir fue clasificado por la compañía como “medicamento huérfano”, es decir: un medicamento para el cual existe un mercado de menos de 200.000 personas -y por ello no era probable que fuera lucrativo comercialmente.

Esto se hizo para pedir un crédito de 50% del gobierno por los costes de los ensayos clínicos. En 2005 se acusó a GSK de aumentar artificialmente sus beneficios a corto plazo al no aumentar la producción para satisfacer la demanda en drástico aumento, creando así “escasez” de su producto patentado.

Esto se vio como un último intento de explotar la patente que debía expirar en septiembre de 2005. Poco después, el gobierno de EE.UU. aprobó versiones genéricas del medicamento.

En África se conoce a GSK -literalmente- por sus tácticas asesinas.

Cuando el distribuidor en Ghana, Healthcare Ltd. importó una versión genérica del medicamento (una combinación de AZT y 3TC – conocida como Combivir) de una compañía farmacéutica india llamada CIPLA, que la suministraba a un precio asequible (90 centavos de dólar por píldora) en lugar del precio patentado estadounidense (10 dólares por píldora), GSK amenazó al distribuidor con los tribunales, llevando a Healthcare Ltd. a cesar las ventas.

Sin embargo, incluso mientras GSK acusaba a CIPLA de violar los derechos de la patente, GSK no poseía los “derechos” de Combivir en la oficina regional de patentes de África Occidental. AZT y otros tratamientos para el SIDA siguieron siendo medicamentos que fueron éxitos de venta para GlaxoSmithKline, generando 2.400 millones de dólares en beneficios en los primeros seis meses de 1997, gracias en particular a AZT y 3TC. En 1998, se referían al SIDA como “crisis sanitaria a escala mundial”, considerada por muchos como “una epidemia”.

Consecuentemente GSK ganó miles de millones de dólares con una patente, controló un mercado y determinó las vidas -y las muertes- de miles de millones de personas en todo el mundo, mediante algo que ellos no habían inventado. Afirmaron, sin embargo, que ellos concibieron que funcionaba. Esta noción bastó para excluir a los científicos del NCI, incluido Broder, de ser mencionados como inventores.

¿Pero es un ejemplo aislado?

La segunda parte de “La gran estafa de los miles de millones de dólares de las corporaciones farmacéuticas” se publicará próximamente.

Khadija SharifePeriodista y académica visitante en el Centro por la Sociedad Civil (CCS) basado en Sudáfrica, y colaboradora de la Red por la Justicia Tributaria. Autora de Tax Us If You Can Africa.

http://www.omal.info/www/article.php3?id_article=4115

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